Aunque lospaíses trabajen independientemente en busca de reactivar el crecimiento de la región, la Eurozona no debe abandonar las reformas fiscales, acordaron el presidente estadounidense Barack Obama y la canciller alemana Angela Merkel.

Los mandatarios mantuvieron un encuentro bilateral en la residencia campestre del presidente estadounidense en Camp David (noreste) tras la cumbre de dos días del G8, dominada por la crisis de la deuda en Europa.

Mientras Obama, que este año busca la reelección, animó a sus pares europeos a reactivar el crecimiento, la canciller alemana mantuvo firme su postura sobre las medidas de austeridad para combatir la crisis de la deuda que afecta a la zona euro.

Pero tras el encuentro bilateral, el consejero de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ben Rhodes, explicó a la prensa que ambos mandatarios coincidieron en que impulsar el crecimiento no significa "sustituir la reforma fiscal", sino que ambas medidas son un "tándem".

"Hay un reconocimiento de la necesidad de adoptar pasos inmediatamente para promover el crecimiento de la Eurozona (...) así como mantener la consolidación fiscal que la canciller Merkel y otros (mandatarios) han apuntado", explicó Rhodes.

Los dos líderes no sólo discutieron qué pasos dar para llevar a cabo reformas estructurales en la zona euro, sino también medidas "que puedan tomar por encima de estas para promover el crecimiento y ayudar a estabilizar la situación", añadió el consejero de la Casa Blanca.

El grupo del G8 abogó por una Eurozona "fuerte y unida" incluyendo a Grecia, y que "el crecimiento y el empleo deben ser la máxima prioridad".