La Eurocopa-2012 impulsó la lucha contra el racismo en el fútbol de Europa del Este gracias, en parte, a una posición firme que tomaron los organizadores frente a los incidentes que la afectaron, indicó el miércoles Paul Elliott, exfutbolista reconvertido en activista.
Elliott fue el primer capitán negro del Chelsea en 1991 y se ha ganado un amplio reconocimiento por su trabajo contra el racismo en los años siguientes, lo que le valieron un reconocimiento de la reina Isabel II.
Desde la caída del Telón de Acero hace dos décadas, grupos de extrema derecha han alimentado las tensiones sociales y étnicas en todo el exbloque comunista.
Esos grupos han encontrado terreno fértil entre algunos hinchas que querían copiar el modelo de 'empresas' de hooligans ingleses, de los primeros en organizarse para causar lío dentro de los estadios.
"La extrema derecha utiliza el fútbol para lanzar sus campañas de reclutamiento", subrayó Elliott.
Sin embargo, Elliott piensa que en las semanas previas a la Eurocopa, parte de la prensa empezó a sacar a la luz ese problema de racismo en los países organizadores del torneo, Polonia y Ucrania. Y entonces, eso ayudó a combatirlo.
"Lo que fue correcto fue señalar que había problemas en Polonia y Ucrania. Pero hay problemas en toda Europa", afirmó el exjugador a la AFP en una entrevista en Varsovia, donde el jueves se disputa la segunda semifinal del torneo entre alemanes e italianos.
"Se puede ir a ciertas zonas de Londres, en el lugar y momento equivocado, y se puede sufrir la misma violencia. Eso es un hecho", añadió el exdefensor, que también ha militado en el Pisa de Italia y en el Celtic escocés.
Elliott trabaja en estrecha colaboración en Polonia con activistas contra el racismo y ha visitado la región con frecuencia, por lo que ha recogido muchos datos.
Finalmente, a pesar de las preocupaciones sobre la violencia racista por parte de hooligans polacos y ucranianos, han sido hinchas de otros equipos los que causaron problemas y se llevaron los titulares. En primera línea, los rusos y los croatas, que fueron sancionados por la Unión Europea de Fútbol.
"Para mí, ha sido muy importante para Polonia y Ucrania que les dieran la organización de la Eurocopa, porque así tuvieron una oportunidad de utilizar el poder del fútbol para abordar y desafiar todos esos temas. Y creo que ha sido un gran éxito", agregó Elliott.
AFP