El luxemburgués Jean-Claude Juncker recibió el respaldo del Parlamento Europeo para presidir la Comisión, aunque no fue masivo a pesar de un discurso repleto de promesas, entre ellas un plan de inversiones de hasta 300.000 millones de euros.
Juncker, designado por los jefes de Estado y de gobierno de 26 de los 28 Estados miembros como el próximo presidente de la Comisión Europea -el británico David Cameron se opuso rotundamente a su nombramiento así como el húngaro Viktor Orban-, logró 422 votos a favor contra 250 y 47 abstenciones. Necesitaba obtener la mayoría absoluta de los 751 diputados, es decir 376 votos.
En teoría Juncker podía aspirar a lograr 480 votos, en virtud de un compromiso entre el Partido Popular Europeo con los socialistas y los liberales en respuesta al avance de los euroescépticos y antieuropeos en las elecciones del 25 de mayo.
Hasta el final, Juncker intentó convencer a los diputados desplegando un catálogo de compromisos y promesas, entre ellas la de "movilizar" un masivo plan de inversiones de 300.000 millones de euros para "reindustrializar" la Unión Europea.
"Lo haremos", aseguró antes del voto, utilizando "bien los fondos estructurales, y todos los instrumentos que existen".
Juncker quiere que en su próximo mandato de cinco años se implemente este plan que permita invertir en proyectos de infraestructuras, de energía renovables y de transportes para "reindustrializar Europa".
"Hay un 29º Estado que se está creando, el Estado de los que no tienen empleo, ahí en donde se encuentran todos los que están excluidos, al margen de la sociedad", dijo Juncker antes de pedir el apoyo del Parlamento a este programa de inversiones.
- La crisis no terminó -
Durante su discurso, Juncker afirmó que con "25 millones de hombres y mujeres sin empleo, la crisis económica en la UE no terminó".
El luxemburgués pidió que se coordinen las políticas económicas, que se ponga en pie "una especie de gobierno económico" destinado a darle una voz única al bloque y "dejar de hacer el ridículo" cuando representan "una de las monedas más fuertes del globo tantos representantes que a menudo se contradicen".
En ese sentido, Juncker, deslizando sus convicciones federalistas para la UE, querría que la Unión Económica y Monetaria, es decir los miembros de la zona euro, puedan ocupar "una sola silla en las instituciones de Bretton Woods", el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, una perspectiva que levantó protestas de los euroescépticos presentes en el hemiciclo.
"Fui presidente del Eurogrupo [durante la crisis de la deuda], y estoy contento de ya no serlo", confesó agregando que tuvieron que "reparar un avión en fuego mientras volaba, no fue simple, pero logramos mantener la unidad de la zona euro".
"El euro protege a Europa", continuó destacando que si no se hubiese construido un "continente de paz" los países miembros estarían "debilitados", declaraciones abucheadas por los antieuropeos y euroescépticos.
- Un TLC con EEUU pero no a cualquier precio -
Juncker también prometió transparencia en las negociaciones con Estados Unidos pare crear la zona de libre comercio más importante del mundo, publicando los documentos relativos a las negociaciones.
La falta de transparencia es una de las principales críticas a la Comisión Europea, que no hizo público el mandato de negociación que recibió de los Estados miembros.
Pero se filtró una versión de la se desprende que la UE cedería su soberanía frente a eventuales litigios judiciales.
"Estoy a favor de concluir este acuerdo [...] pero no a cualquier precio", dijo. "No podemos abandonar nuestras normas de salud, nuestras normas sociales, nuestras exigencias en materia de protección de datos", indicó señalando que no querría que se instauren "jurisdicciones paralelas secretas".
En su discurso, Juncker también aseguró que no habrá nuevas adhesiones al bloque europeo en los próximos cinco años, aunque las negociaciones continuarán con los países aspirantes, entre ellos los de los Balcanes o Turquía.
- Proponer y velar por la aplicación de las leyes -
La Comisión es el órgano más importante de las instituciones europeas. Tiene entre sus prerrogativas el casi monopolio de la iniciativa legislativa, está a cargo de la aplicación de las leyes y vela por el respeto de los tratados.
Este organismo cuenta con 28 comisarios, uno por Estado miembro, y abarca todos los temas relativos a la UE, desde los temas de competencia hasta los de justicia, pasando por los de agricultura, la energía, la política digital o la ayuda humanitaria.
Quedan ahora por definir los cargos más importantes de la nueva Comisión, entre ellos el de la diplomacia europea. Actualmente la británica Catherine Ashton ocupa este puesto.
Los jefes de Estado y de gobierno se reunirán el miércoles en una cumbre extraordinaria para intentar ponerse de acuerdo sobre su sucesor, al menos. Quedan también por definir el presidente del Consejo, que representa a los Estados miembros, y el presidente del Eurogrupo, así como las carteras "de peso" de la Comisión, en concreto la económica.