El euro se situó ayer en su nivel más bajo frente al dólar en los últimos 16 meses y en el menor frente al yen en la última década, cuando los mercados tratan de digerir los resultados de una emisión de deuda muy esperada en Italia y que se saldó con éxito por los pelos.
El euro se pagaba a 1,2866 dólares, su nivel más bajo desde el 14 de septiembre de 2010. A la misma hora, la divisa europea cotizaba a 100,11 yenes, un nivel que no se veía desde junio de 2001.
La moneda europea seguía la tendencia bajista iniciada el miércoles porque persisten los temores sobre la zona euro y, en particular, sobre Italia, donde preocupan las perspectivas presupuestarias.
La capacidad de Italia, tercera economía de la eurozona, en poder hacer frente a su colosal deuda (1,9 billones de euros) sigue, no obstante, preocupando a los mercados.
Las tasas italianas a medio plazo bajaron con respecto a una operación similar en noviembre, mientras que las de a 10 años permanecieron por debajo del umbral simbólico de 7% en una emisión de bonos ayer.
El Tesoro italiano logró colocar 7.000 millones de euros a tres, siete y diez años, cuando se había fijado como objetivo entre 5.000 y 8.500 millones. Las tasas a tres años bajaron a 5,62% con respecto a 7,89% el 29 de noviembre, confirmando una mejora de la confianza en Italia para las emisiones a corto y medio plazo.
Para los títulos de referencia a 10 años (con término en marzo de 2022), la tasa alcanzó 6,98%, por debajo del récord de 7,56% alcanzado el 29 de noviembre, con un ratio entre la demanda y la oferta mejor que en la precedente emisión de obligaciones similares (1,36 por 1,34).
El Tesoro logró colocar 2.500 millones de estos títulos de referencia, cuando se había marcado un objetivo de entre 2.000 y 3.000 millones.
Por lo que respecta a los títulos a término en septiembre de 2021, las tasas fueron de 6,70% contra 5,77% el 13 de octubre pasado, pero en esa época los rendimientos italianos todavía no se habían disparado. El Tesoro colocó 1.200 millones, dentro de la horquilla prevista (entre 1.500 y 2.500 millones).
El jefe del Gobierno italiano Mario Monti calificó como "más bien alentadores" los resultados de las dos últimas emisiones obligatorias del Tesoro realizadas este año.
Monti advirtió, no obstante, que pese al relativo éxito de estas subastas "las turbulencias financieras no se pueden dar por acabadas".
Italia era el último país europeo que aún debía acudir a los mercados para colocar obligaciones antes del 31 de diciembre.
El país, no obstante, deberá aún refinanciar su deuda, a altura de 450.000 millones de euros en 2012, sobre una deuda global de 1,9 billones de euros, una cifra colosal que inquieta a los mercados.
Tras haber puesto en orden las cuentas públicas, el jefe del Gobierno italiano prometió medidas para reactivar la economía, aunque no las anunciará hasta 2012, al tiempo que Italia recobra poco a poco la confianza de los mercados para refinanciar su deuda.
Monti no anunció medidas específicas en su conferencia de prensa de final de año, pero prometió un programa para favorecer el crecimiento y la competitividad: "Tras el plan 'Salvar Italia' no pongo objeciones si deciden llamar a esta nueva fase 'Crecimiento Italia'" y se mostró optimista sobre la capacidad de los italianos para "entender" lo que está en juego y aceptar los sacrificios.
Italia está amenazada por la recesión. El Gobierno prevé una contracción de 0,4% del PIB el próximo año y necesita por todos los medios insuflar oxígeno a una economía, la tercera de la zona euro, que no ha logrado crecer más allá de 1% en la última década.