EU y Cuba, a aterrizar la nueva era | El Nuevo Siglo
Lunes, 5 de Enero de 2015

Decantada la euforia por el sorprendente e inédito anuncio del restablecimiento de relaciones entre Estados Unidos y Cuba, en un auténtico golpe político para “lado y lado del charco”, tanto el presidente Barack Obama como Raúl Castro deberán viabilizar, con hechos concretos la hoja de ruta a seguir para hacer realidad esa nueva era bilateral.

En el final de su gobierno, Obama parece enfrentar con audacia y mayor decisión temas considerados clave para hacerse un lugar en la historia. Y allí América Latina es clave para dejar su legado.

Antecediendo al anuncio sobre Cuba, decidió establecer por decreto lo que se ha considerado el paso inicial e inaplazable de una reforma migratoria para regularizar a casi 11 millones de personas, tema con el que tradicionalmente se ha enfrentado a la oposición republicana, esa que desde hoy, en otro hecho histórico, toma el mando total del Congreso.

Los conservadores norteamericanos en el Parlamento manejarán así la agenda y fijarán los lineamientos frente a asuntos de vital importancia para el gobierno Obama, no sólo a nivel doméstico, sino exterior. Por allí deberá pasar la posibilidad de levantar el embargo a Cuba, algo que se vislumbra de antemano complejo, así las eventuales sanciones al régimen iraní –lo que dificultaría el avanzado diálogo nuclear- y la estrategia para combatir a la creciente amenaza yihadista que tiene a Siria e Irak en un interminable desangre y amenaza con traspasar las fronteras.

En este contexto, estos meses iniciales  serán decisivos en lo que concierne a otro trascendental tema internacional sobre el que, al igual que con Cuba, las negociaciones se realizaron en el mayor de los secretos: el programa nuclear iraní.

En noviembre de 2013 se firmó un acuerdo provisorio entre las grandes potencias del llamado Grupo 5+1. El nuevo plazo para alcanzar un acuerdo definitivo es el 1 de julio de 2015.

A pesar de que Washington y Teherán, sin relaciones bilaterales desde 1979, están muy lejos de normalizarlas, un acuerdo sobre el programa nuclear iraní constituiría un triunfo indiscutible de Obama, tras tres décadas de tensiones que llegaron a las amenazas de conflicto armado.

Retomando el tema cubano, con el anuncio del inicio del restablecimiento de las relaciones después de más de 50 años de enemistad, Obama pasó a la acción en los temas más candentes que abanderó durante su campaña electoral antes de llegar a la Casa Blanca en 2009.

El mandatario incluso sobrepasó todas las expectativas y se reposicionó en la región, cerrando el último resabio de la Guerra Fría en América Latina.

Con el replantamiento de la política hacia Cuba, Washington saca la “piedra del zapato”, pero para poder caminar cómodamente deberá definir un cronograma y un paso a paso que, sin duda,  requiere también de fuertes decisiones y reformas en la isla dominada por los Castro y que ya no tendrá a EU como chivo expiatorio para cargar con todos sus problemas.

Así, en oposición a la extendida idea de que los últimos dos años del mandato de un presidente estadounidense son muy poco productivos, los de Obama podrían resultar decisivos a la hora del balance final de su gestión.

Agenda diplomática de Castro

Este inédito y positivo viraje de EU hacia Cuba se podrá evidenciar, sobre el terreno, en abril en Ciudad de Panamá, en donde se verificará la Cumbre de las Américas y en la que se espera que, por primera vez desde su creación hace dos décadas, se registre un “face to face” entre Obama y Raúl Castro, que contará con la buena vibra de todos los asistentes, incluyendo a los tradicionales detractores del “imperio” como los mandatarios de Venezuela y Bolivia, Nicolás Maduro y Evo Morales, respectivamente.

Así, Cuba tendrá una activa agenda diplomática este año  y entre ella se contempla  la primera visita a la isla comunista de un funcionario estadounidense de alto rango en medio siglo. La subsecretaria de Estado para América Latina, Roberta Jacobson, participará en esta primera reunión de alto nivel a fines de enero en La Habana, según adelantó la propia funcionaria el 18 de diciembre, un día después de la histórica reconciliación anunciada por Barack Obama y el presidente cubano Raúl Castro.

Castro, por su parte, tiene grandes retos internos como la creación de instituciones fuertes y creíbles que abran la puerta política, económica e inversionista a Estados Unidos, cambios que como el propio Obama admitió son necesarios pero tardarán en llegar.

A nivel externo, el mandatario de la isla seguramente analizará si regresa a la Organización de Estados Americanos, que en 2009 dejó sin efecto la suspensión a la isla del organismo hemisférico en 1962, así como también una “remasterizada” tónica en su relación con Venezuela y hasta con Rusia.

La agenda también contempla la tercera ronda de negociaciones con la Unión Europea (UE) para normalizar los lazos bilaterales y dejar atrás la "Posición Común" europea de 1996, que supeditaba la cooperación a avances en derechos humanos en la isla.

Esta ronda, que debe efectuarse en La Habana, estaba programada para el 8 de enero, pero fue pospuesta por solicitud de Cuba y no hay fecha anunciada.

La UE anunció el inicio de las negociaciones el 29 de enero, el mismo día en que Raúl Castro cerraba en La Habana una cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), con asistencia de 30 gobernantes, en una contundente muestra de apoyo regional a la isla que Washington intentó aislar tras la Revolución de Fidel Castro en 1959.

"Las expectativas declaradas de que embajadas formales serán abiertas en cuestión de meses sugieren que el proceso ya está en marcha", indicó la revista Foreign Affairs, especializada en asuntos diplomáticos y editada por el Council on Foreign Relations, un centro de estudios en Nueva York.

Se espera "tsunami" de empresarios

Mientras se espera el paso a paso para el restablecimiento de las relaciones bilaterales, los  empresarios estadounidenses se apresuran a ponerse en fila ante las enormes oportunidades que ofrece el acercamiento a Cuba, aunque deberán ser pacientes para aprovechar todo el potencial, advirtieron consultores en Florida, el estado que más podría beneficiarse.

"Todo el mundo está inquieto, esto es como un tsunami de pronto. Hay mucho empresario estadounidense que ha entrado en pánico" dijo Emilio Morales, presidente del Havana Consulting Group en Miami.

"Quieren apurarse, pero esto no es así, es todo un proceso, que comienza ahora y va a haber un periodo de al menos un par de años" mientras se afinan los detalles de la nueva relación, dijo Morales, quien afirma que su teléfono no ha dejado de sonar desde la semana pasada.

Lo más importante es que cambió "dramáticamente el tono de la conversación" y eso "desde el punto de vista de negocios", hace que "lo que antes era solo un prospecto del futuro, ahora empiece a estar en el horizonte", indicó Pedro Freyre, abogado cubano-estadounidense que dirige la división internacional de la firma Akerman.

Comenzó la fase "de desmontar el embargo, y el mercado crecerá y será más atractivo en la medida en que se vayan quitando las piezas del embargo y ese es un proceso que va a tardar", señaló Morales.

El presidente de la influyente Cámara de Comercio estadounidense, Thomas Donohue, que visitó Cuba este año, afirmó que su organización "se encuentra preparada para ayudar al pueblo cubano a desarrollar el poder de la libre empresa para mejorar sus vidas".

Nuevo lobby

 

 Cuando Obama anunció que abría un diálogo con Cuba para normalizar las relaciones, dispuso también una serie de medidas que permitirán mayores intercambios, como mayores viajes y envío de remesas a la isla o exportación de materiales de construcción y equipamiento agrícola.

Pero el embargo económico, virtual barrera para las inversiones y las relaciones comerciales hacia Cuba, sigue vigente y solo puede levantarlo el Congreso.

Republicanos clave como el senador Marco Rubio, estadounidense de origen cubano que dirigirá desde enero la subcomisión de Relaciones Exteriores para América Latina, han prometido echar mano a todas las herramientas para sabotear el acercamiento a Cuba, porque temen que el régimen castrista sea el principal favorecido con las nuevas relaciones.

Pero en medio de la incertidumbre, las empresas estadounidenses no quieren perder oportunidades y esperan que pronto se instale la embajada en La Habana que facilite viajes exploratorios a la isla para "ver cuáles son los nichos que pueden ser buenos para ellos", dijo el cubano Morales.

"Vamos a ver una transformación del lobby político en un lobby empujado por las empresas, que es un lobby más fuerte porque estarán los intereses de grandes compañías" estadounidenses con apetito por el mercado de 11 millones de personas en la isla, agregó.

Mucho que ofrecer

Cuba, que importa gran parte de lo que consume y donde mucho está por hacerse, es un terreno fértil para introducir desde alimentos a vehículos, y podrá recibir inversiones en turismo, infraestructura, biotecnología, industria de la salud y hasta petróleo una vez se abra el dique, indican los consultores.

Y Florida, estado del sureste de Estados Unidos separado de Cuba por tan solo 150 km de mar y donde tienen residencia la mayor parte de los dos millones de cubanos en el país, es la región natural para sacar mayor provecho.

Por lo pronto, las empresas autorizadas por el Departamento del Tesoro para realizar viajes fletados a la isla, que en su gran mayoría operan en Florida, han notado un fuerte incremento en la demanda, según la prensa local.