El plan de salvataje de la economía estadounidense, lanzado hace cinco años tras la quiebra de Lehman Brothers, marchó "bien", evitó un colapso y fue "menos costoso que lo previsto", estimaron este miércoles responsables del Departamento del Tesoro.
Bautizado TARP ("Troubled Asset Relief Program"), el programa de ayuda que se centró en la banca y el sector automotriz costó 421.000 millones de dólares que hoy ya fueron reembolsados a las autoridades, afirmaron los responsables del Tesoro bajo anonimato.
"Mucha gente pensó en TARP como un programa que vio pasar por la puerta 700.000 millones de dólares que no íbamos a volver a ver", resumió uno de los responsables, en alusión a la línea de crédito global acordada por el Congreso en octubre de 2008.
"De hecho, desembolsamos 421.000 millones de dólares" y "recuperamos 422.000 millones de dólares. Hemos entonces pasado al verde", agregó.
Estimó que el programa "cumplió el propósito de estabilizar el sistema".
"Fue mejor, más rápido y menos costoso que lo que muchos esperaron", insistió.
De 238.000 millones de dólares inyectados en más de 700 bancos vulnerables, solo restan 3 millones por ser recuperados.
En las enormes operaciones para salvar a General Motors y Chrysler de la bancarrota, el gobierno puso 80.000 millones de dólares, y el Tesoro espera en este caso una pérdida de 15.000 millones.
Pero desde entonces, la italiana Fiat compró a Chrysler y General Motors recuperó la salud, con ventas a niveles previos a la crisis y de vuelta en el mercado de acciones.
El gobierno aún posee cerca del 10% de las acciones de GM, contra dos tercios en lo peor de la crisis.
"El costo de no haber intervenido habría sido mucho más alto en términos de pérdidas de empleo y pensiones", señaló el funcionario.
En el sector inmobiliario también se registran fuertes pérdidas para el erario que podrían ascender entre 16.000 millones y 38.000 millones de dólares, según el Tesoro.
El TARP no incluye los 188.000 millones de dólares desembolsados para rescatar a las sociedades de financiación inmobiliaria Fannie Mae y Freddie Mac.
"En total, el gobierno obtendrá un beneficio significativo por estas intervenciones", dijo el funcionario aunque aclaró que el propósito de la ayuda "siempre fue salvar al sistema (financiero) y no la obtención de beneficios".
La crisis de 2008 provocó la pérdida de 9 millones de puestos de trabajo, una contracción de varios cientos de millones de dólares en la economía estadounidense, un descenso de los precios inmobiliarios que aún no llegan a su pico de 2006 y una reducción "espectacular" de la riqueza de las familias estadounidenses, según el Tesoro. /AFP