EU insiste en aspersión de narcocultivos | El Nuevo Siglo
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Viernes, 16 de Junio de 2017
Redacción Nacional
El embajador Kevin Whitaker dijo que su país es respetuoso de la decisión de no reiniciar las aspersiones a los cultivos de coca, pero que ante el gran incremento de los plantíos ninguna opción se puede descartar. Destacó que “no han echado llave al mar”

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Un día después de que el Gobierno colombiano puntualizara que no es una opción en este momento reiniciar las fumigaciones aéreas a los cultivos de coca, Estados Unidos insistió ayer por medio de su embajador, Kevin Whitaker, en que es una opción que no se debe descartar. No obstante, el diplomático dijo que es una decisión soberana de nuestro país y por ello son respetuosos.

El pasado martes causaron revuelo las declaraciones del secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, quien en una intervención ante el Comité de Relaciones Exteriores del Senado de los Estados Unidos en una audiencia pública sobre el presupuesto del Departamento de Estado para el año 2018, reveló que le pidieron al presidente Santos en su visita a Donald Trump, en mayo pasado, que es necesario volver a la aspersión aérea por el crecimiento de los cultivos de coca, al llegar a las 188 mil hectáreas.

“Las cifras de hectáreas cultivadas  son increíbles”, dijo en esa oportunidad el Secretario de Estado ante esta comisión del Senado. Agregó Rex Tillerson que “les hemos dicho que tenemos que volver a la aspersión, tenemos que volver a destrozar estos campos“.

La reacción inmediata del Gobierno colombiano el mismo martes, por intermedio del Ministro de Justicia, y el miércoles por parte del vicepresidente Oscar Naranjo y el ministro para el Posconflicto, Rafael Pardo, fue para decir que en este momento no es una opción la fumigación aérea a los cultivos ilícitos, pues le seguirá apostando a su estrategia basada en erradicación manual voluntaria, a través de sustitución de cultivos, y erradicación forzada.

No obstante ayer, el embajador Kevin Whitaker dijo a Caracol Radio que “la decisión por parte de Colombia de dejar de fumigar es una decisión soberana que respetamos plenamente. Ahora bien, en una condición donde estamos enfrentando una ola de coca, que va a representar una ola de cocaína, que representa una amenaza en términos de salud pública y seguridad pública a Colombia, a Estados Unidos y a los países intermedios, hay que pensar en todas las opciones”.

Añadió el embajador de Estados Unidos que “lo que entiendo de la posición del Gobierno de Colombia, que es completamente respetable, es que van a respetar el fallo de la Corte, tiene sentido, pero no han echado la llave en el mar. Y si en algún momento vale la pena reconsiderar eso, pues van a reconsiderarlo, pero por el momento no es el plan y respetamos eso”.

Whitaker aseguró que no hay un cambio de postura de Estados Unidos hacia Colombia en materia de drogas con el cambio de Gobierno, pero “hay una cantidad de coca en el país sin precedentes, hay que dar respuesta a eso, es claro”.

Añadió que el Gobierno colombiano para enfrentar este flagelo ha optado por la erradicación manual voluntaria y forzada, “y el compromiso total de Estados Unidos es estar al lado de eso”, puntualizó.

No obstante, el embajador Whitaker puso el acento al señalar que “la figura de la fumigación, a nuestro juicio, fue segura y eficaz”.

El embajador norteamericano consideró que es difícil saber si con la desmovilización de las Farc se reducirán los cultivos de coca, no obstante consideró que la producción sí incrementará. “Lo que es cierto es que la cantidad de cocaína, resultado de cualquier monto de hectáreas que habrá, va a seguir aumentando porque hay una cantidad de coca en el país que es muy joven, de un año o dos años. Debido a esta situación que había ocurrido y al llegar a tres años o cuatro años el arbusto está al punto máximo de su productividad. Entonces habrá más cocaína, eso es inevitable”.

 

¿Incentivo perverso?

Ayer W Radio reveló un audio en que el secretario de Estado norteamericano, Rex Tillerson, aseguró ante el Senado de Estados Unidos que en las reuniones que sostuvo en mayo pasado con el presidente Santos y sus asesores, le habían explicado que el aumento en los cultivos de coca tenía que ver con el programa que prevé compensaciones a los campesinos por cambiar cultivos ilícitos por lícitos, y que Colombia reconoce que esto fue un error”.

Frente a ello el comisionado de Paz, Sergio Jaramillo, dijo que “no creo eso. Creo que la explicación de porqué ha habido este aumento de los cultivos es una explicación compleja. Uno habla con los especialistas, con los mismos agentes de Naciones Unidas, y le dan una variedad de respuestas, que el peso se devaluó, que el oro es menos buen negocio, pero tampoco se puede negar que hay una expectativa que por cuenta de los programas de desarrollo alternativo, pues la gente tenga una salida de eso y pueda haber tenido un incentivo perverso, eso tampoco se puede negar”.

Por su parte, el senador Roy Barreras indicó sobre el particular que “desde el punto de vista de la coyuntura sin duda resulta  un incentivo perverso el hecho de que los campesinos cocaleros tuvieran la oportunidad de abandonar esa actividad ilícita para irse a la legalidad en la medida que si ese paso significaba un subsidio, ellos entonces iban a poder entregar más coca a cambio de más subsidio y sembrar más”.

Polémica

La administración Santos suspendió las fumigaciones aéreas con glifosato a los cultivos ilícitos desde el primer semestre de 2015, atendiendo el principio de precaución al que hizo referencia la Corte Constitucional en una sentencia; además de que por esos días la Agencia Internacional para la Investigación en Cáncer IARC, la cual hace parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), clasificó el herbicida glifosato como “probablemente carcinogénicos para humanos”.

No obstante el fiscal General, Néstor Humberto Martínez, ha insistido al Gobierno nacional en la necesidad de estudiar volver a la aspersión aérea porque destaca sus resultados y por desconfiar del éxito de la erradicación manual.

Precisamente el pasado miércoles, el Fiscal General reiteró que la erradicación manual de los cultivos de coca es un fracaso,  luego que el gobierno colombiano descartara reanudar las fumigaciones aéreas con el glifosato a los cultivos ilícitos, ante pedido de Estados Unidos.

El primero en reaccionar a las afirmaciones del secretario Rex Tillerson fue el ministro de Justicia, Enrique Gil Botero, quien dijo que volver a las fumigaciones no es una opción “porque existe una prohibición de la Corte Constitucional y porque en la práctica han demostrado su inefectividad en la lucha contra el narcotráfico”.

De igual forma, el vicepresidente Naranjo dijo que “Colombia quiere darse una oportunidad para probar que tenemos la ventaja de sustituir esos cultivos y no hacer lo que hicimos en el pasado”.

En tanto que el ministro para el Posconflicto, Rafael Pardo, dijo que “el crecimiento de los cultivos de coca es una preocupación  del Gobierno colombiano, americano y de todo el mundo, pero la fumigación aérea ha sido descartada por la Corte Constitucional y por lo tanto no es una opción en este momento”.

Además puso en duda los resultados de la fumigación aérea. "El año que más aspersión aérea hubo fue el 2007 y fue el año que más crecieron los cultivos de coca entonces hay que mirar efectividad", aseguró.

Mientras que la Cancillería puntualizó en un comunicado que "aspersión con glifosato no es viable en Colombia. Existe una prohibición de la Corte Constitucional. Respetamos y acatamos sus decisiones".

 

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