El líder norcoreano Kim Jong-Un dijo este sábado que tras la prueba exitosa el viernes de un misil balístico intercontinental (MBIC) quedó demostrado que "todo el territorio continental de Estados Unidos" está ahora a su alcance.
Con ese nuevo disparo de un MBIC, Corea del Norte volvió a retar al presidente estadounidense Donald Trump, quien calificó la acción de "temeraria y peligrosa" y ordenó ejercicios militares conjuntos con Corea del Sur en respuesta.
Según Kim, la prueba demostró la capacidad de Corea del Norte para lanzar un ataque "en cualquier lugar y momento". "El líder dijo orgulloso que la prueba confirmó además que todo el territorio continental de Estados Unidos está ahora a nuestro alcance", agregó la agencia oficial norcoreana KCNA.
Pyongyang aseguró que la prueba fue un éxito. El misil voló 998 kilómetros durante 47 minutos, a una altitud de 3.724 kilómetros, según KCNA.
"Estados Unidos condena este ensayo y rechaza el argumento del régimen de que estas pruebas --y estas armas-- garantizan la seguridad de Corea del Norte. En realidad, tienen el efecto opuesto", señaló Trump en un comunicado.
"Amenazando al mundo, estas armas y estos ensayos aislarán más a Corea del Norte, debilitarán su economía y perjudicarán a su pueblo", aseguró, añadiendo que "Estados Unidos tomará todos los pasos necesarios para garantizar la seguridad de nuestro país y proteger a nuestros aliados".
El misil fue lanzado desde Mup'yong-ni y se hundió en el Mar de Japón, según informó el Pentágono, en una nueva escalada en la crisis internacional con el régimen comunista.
Ejercicios militares
En este contexto, Estados Unidos y Corea del Sur comenzaron a efectuar ejercicios militares conjuntos utilizando misiles tierra-tierra, según informó el Ejército estadounidense el viernes.
"Estamos realizando ejercicios militares en respuesta al lanzamiento misilístico de Corea del Norte", explicó un funcionario bajo petición de anonimato.
Este ejercicio conjunto tiene lugar poco después de que miembros del Departamento de Defensa indicaran que Estados Unidos y Corea del Sur estaban analizando "opciones de respuesta militar".
El Ejército estadounidense afirmó, en un comunicado, que los ejercicios conjuntos se llevaban a cabo con el sistema de misiles tierra-tierra ATACMS (Army Tactical Missile System) y el misil surcoreano Hyunmoo II.
Inmediatamente tras el ensayo del misil intercontinental (ICBM), el general Joe Dunford, jefe del Estado Mayor Conjunto estadounidense, y el almirante Harry Harris, responsable del mando estadounidense en el Pacífico, hablaron con el general Lee Sun Jin, jefe del Estado Mayor Conjunto surcoreano.
"Durante la llamada, Dunford y Harris expresaron su compromiso blindado con la alianza Estados Unidos - Corea del Sur", informó la oficina de Dunford en un comunicado.
"Los tres jefes también analizaron diversas opciones de respuesta militar", añadió.
Mientras las autoridades estadounidenses indicaron que el misil lanzado este viernes "tuvo una trayectoria de unos 1.000 kilómetros antes de hundirse en el Mar de Japón", Moscú señaló que el proyectil "tiene las características de un misil de medio alcance".
La Unión Europea, por su parte, advirtió que el disparo de un nuevo misil "amenaza seriamente la paz y la seguridad internacional".
Más sanciones
Pyongyang provocó alarma mundial el 4 de julio cuando probó su primer ICBM, que según expertos podría llegar a Alaska, provocando tensiones en la región y enfrentando a Washington, Tokio y Seúl contra China, el último gran aliado de Pyongyang.
Después de la prueba, Estados Unidos presionó a Naciones Unidas, que hasta ahora ha impuesto seis paquetes de sanciones a Pyongyang, para que adoptara medidas más duras.
A pesar de un fortalecimiento de las sanciones internacionales y la presión de la ONU sobre China, el régimen de Kim Jong-un ha continuado con sus programas militares balísticos y nucleares.
Esta semana sin embargo la embajadora de Estados Unidos ante la ONU, Nikki Haley, informó de avances en las conversaciones con China sobre la imposición de nuevas sanciones a Corea del Norte, definidas por ella como "muy serias".
Un días después del lanzamiento del primer misil intercontinental, Haley había dicho al Consejo de Seguridad que esperaba presentar en unos días nuevas medidas, como recortar el suministro de petróleo, prohibir la entrada de trabajadores de Corea del Norte, así como la imposición de nuevas restricciones aéreas y marítimas a Pyongyang.
El Pentágono se prepara desde hace tiempo para la eventualidad de un conflicto con Corea del Norte, pero el lenguaje cortante del comunicado de este viernes marca una evolución con respecto a las precedentes reacciones públicas que, hasta ahora, se limitaban a criticar los lanzamientos sin mencionar opciones de respuesta militar.
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