No han sido las últimas semanas las mejores para el arte y el espectáculo. Son varias las figuras icónicas que han muerto. Al cantante británico David Bowie y el escritor francés Michel Tournier se unió ahora el fallecimiento del director de cine italiano Ettore Scola, autor entre otros títulos inolvidables de "Una jornada particular" o "Nos amábamos tanto".
Scola fue ingresado en el servicio de cirugía cardíaca de la policlínica de Roma, uno de los más grandes hospitales de la capital italiana, donde se encontraba en estado de coma desde el domingo.
Era uno de los últimos grandes maestros del cine italiano, realizador de obras maestras con actores como Marcello Mastroianni, Sophia Loren, Vittorio Gassman, Stefania Sandrelli o Nino Manfredi.
Maestro de la comedia italiana junto con Dino Risi o Mario Monicelli, Scola deja una obra abundante y diversa que explora siguiendo diferentes caminos estilísticos las relaciones entre historia e individuo.
Nacido el 10 de mayo de 1931 en Trevico, cerca de Nápoles, y criado en Roma, era un cronista minucioso, apasionado e irónico de la sociedad italiana, desde los años sombríos del fascismo hasta la crisis de identidad de los primeros años del siglo XXI.