Pese a que en las últimas semanas ha hecho varios gestos bajo la presión de la izquierda independentista vasca que espera obtener buenos resultados en las legislativas del 20 de noviembre en España, su desmantelamiento llevará aún tiempo, según consideran analistas.
ETA multiplicó los anuncios en los últimos días. El 23 de septiembre, el colectivo de presos de la organización armada anunció su decisión de "sumarse al Acuerdo de Gernika", que un año antes había pedido el fin definitivo de la violencia.
El sábado pasado llegó el anuncio de la disolución de la organización radical ilegal vasca Ekin, considerada por la justicia española como la estructura política de ETA. Inmediatamente después, la organización armada se comprometía a cooperar con una comisión internacional de verificación de su alto el fuego "permanente, general y verificable" anunciado el 10 de enero.
Con todo, ETA nunca ha mencionado del abandono de la lucha armada o su disolución, como exige el gobierno español.
Esto no ha impedido al Partido Socialista (PSOE, en el poder), designado como perdedor por los sondeos a un mes y medio de los comicios, utilizar como argumento de campaña el debilitamiento de ETA, que no ha cometido atentados desde agosto de 2009.
El fin de la organización está "más cerca que nunca", afirmó el ministro del Interior, Antonio Camacho.
"Vamos a ver el fin de ETA. La cuestión que se le plantea es ¿cómo guardar las apariencias?", analiza Gorka Landaburu, director de la revista Cambio 16, que fue víctima de un atentado con paquete bomba en 2001.
En su opinión, estos gestos son la prueba de "una victoria de lo político sobre lo militar" porque los políticos independentistas vascos presionan a ETA para "aprovechar su éxito del mes de mayo" en las elecciones locales, esperando obtener "cinco a seis diputados" en el Congreso de Madrid.
Bildu -alianza electoral formaba por el entorno de la ilegalizada Batasuna, el partido independentista Eusko Alkartasuna y la formación Alternatiba- sorprendieron en las elecciones municipales del 22 de mayo al convertirse en la segunda fuerza política del País Vasco, por detrás del Partido Nacionalista Vasco (PNV, centro-derecha) y hacerse con el ayuntamiento de San Sebastián.
Los anuncios de ETA son "declaraciones propagandísticas" destinadas a "apoyar la campaña de Bildu", considera Florencio Domínguez, autor de varios libros sobre la organización armada vasca.
A esto puede explicar igualmente la creación de una nueva coalición independentista vasca de izquierda, Amaiur, que reúne a Bildu y al movimiento independentista Aralar, nacido de una escisión de Batasuna, para las elecciones de noviembre.
Aun así, la desaparición de ETA "no llegará de la noche a la mañana", considera Gorka Landaburu. Sobre todo porque "habrá que negociar con el nuevo gobierno" que salga de las urnas que, de confirmarse los sondeos, será del Partido Popular (PP, conservador), lo que llevará entre "seis meses y un año", según el experto./AFP