Muchos términos han ido tomando vuelo y son utilizados por diferentes autores, la mayoría de las veces sin un contexto claro de su significado y de las implicaciones que conllevan. Por ejemplo, es común hoy en día hablar de la “sostenibilidad de los proyectos” o de “proyectos sostenibles”. Intentaré entrar en el fondo de estos nombres y determinar la importancia de los mismos para el desarrollo del país.

Tradicionalmente se ha definido la sostenibilidad como la capacidad de continuar generando utilidades a través del tiempo. Para ello se deben tener en cuenta algunos factores como la relación en el tiempo de costos/beneficios, la disponibilidad en el tiempo de las materias primas requeridas y la necesidad o deseo de compra de lo producido en el tiempo.

De conformidad con esta definición cualquier proyecto debería contar con estudios serios de sostenibilidad para garantizar su futuro. Lamentablemente esto no es así y, por lo tanto, vemos a diario ejemplos vivos de proyectos no sostenibles como tractores inservibles, fábricas abandonadas, carreteras inutilizadas y otros muchos de este tipo.

Ahora bien: aunque un proyecto sostenible ha de ser rentable y, por lo tanto, deberá generar más ingresos o beneficios que sus costos de construcción o producción, también es cierto que la sola rentabilidad no garantiza la sostenibilidad del mismo. Es claro que una inversión por rentable que ella sea, fracasará si deteriora o acaba los recursos naturales que suministran la materia prima de la que se sirve o con la que se mantiene. Es pues indispensable tener claro el panorama de los aspectos ambientales en la formulación de cualquier tipo de proyectos.

Decía la sabiduría de los abuelos que “plata es lo que plata vale”. Por este motivo es que se deben tener en cuenta los beneficios obtenidos por las comunidades en algunos tipos de proyectos que, evidentemente, no generan rendimientos económicos, tales como escuelas, carreteras, hospitales y otros varios.

Del impacto ambiental

Para la mayoría de quienes formulan proyectos, la elaboración de estudios de impacto ambiental suele significar un aumento innecesario de trabajo que, además, genera sobrecostos y no produce réditos económicos. Por ello suele ser demeritado y se busca la manera de minimizar sus costos y sus mitigaciones.

Pero, en realidad, el asunto es diferente. Los estudios de impacto ambiental, más allá de ser un obstáculo para la inversión o un sobrecosto de los proyectos, es una poderosa herramienta que garantiza que los proyectos tengan sostenibilidad en el largo plazo. Esto es, en definitiva, lo esencial del proyecto.

Si por alguna razón la inversión realizada llegara a tener como consecuencia el deterioro o la extinción de nuestros recursos, estos terminarán por agotarse más temprano que tarde. Ello se puede comprobar en proyectos tan sencillos como los cultivos indiscriminados en laderas, que podrían producir en forma abundante pero en poco tiempo generarán desertización o erosión, acabando con la productividad de las mismas.

Sin embargo no es tan fácil determinar estos daños a priori. Algunas veces pasan décadas para que los daños causados por las inversiones no sostenibles se hagan visibles y es posible que la responsabilidad de los mismos se diluya de tal manera que sea prácticamente imposible determinar un único responsable.

Sirva como ejemplo la contaminación producida por miles de proyectos no sostenibles en cercanías del rio Bogotá. Estas inversiones dieron resultados económicos en el corto plazo pero hoy una gran población está pagando dichos costos.

De la evaluación ambiental

A diferencia del impacto ambiental, la evaluación ambiental permite actuar en la fase previa y evitar que existan impactos. Consiste en un análisis cuidadoso del proyecto mediante el cual se prevén los posibles impactos a generar y se propone una mitigación de los mismos para evitar sus efectos negativos.

Como es natural este proceso debe llevarse a cabo en las primeras fases del proyecto para incluir sus conclusiones en el diseño y en la puesta en marcha del mismo. No se debe perder de vista que los estudios ambientales deben incluir los aspectos sociales y culturales de las zonas o regiones afectadas o de influencia.

Del monitoreo ambiental

También conocido como monitoreo de impacto ambiental, es básicamente una herramienta definida desde el inicio mismo de los proyectos, mediante la cual se identifican indicadores que puedan mostrar las diferencias que se generan en la ejecución con la línea base ambiental y se dosifica, de alguna manera, las medidas de mitigación necesarias para mantener en su estado natural los entornos afectados. Esta herramienta debe comenzar con la ejecución del proyecto y continuar utilizándose a lo largo de toda la vida del mismo. Así se pueden determinar aspectos como:

• Verificar que las medidas que se determinen para combatir el efecto en el ambiente, o medidas de mitigación, cumplan con el objetivo primario que es mantener las condiciones socio-ambientales del entorno.
• Proveer información de detalle para la elaboración y puesta en marcha de nuevos proyectos similares.
• Determinar la ocurrencia de impactos no considerados en el proyecto y permitir el ajuste necesario en las medidas de mitigación.
• Permitir la evaluación ambiental del proyecto y el cálculo de los costos ambientales del mismo.

Del impacto social

Son muchos los proyectos que generan cambios en el comportamiento social del entorno, algunos de ellos en forma de franco deterioro de las costumbres de las comunidades adyacentes. También se producen cambios profundos en las relaciones internas de la misma comunidad. Sin embargo es claro que aunque todos los proyectos tienen impacto social en mayor o menor medida, hay algunos que deben tener un cuidado especial en su desarrollo. Entre ellos se pueden contar:

• Los que determinan un aumento significativo en el poder adquisitivo de unos u otros grupos especiales.
• Los que afectan las costumbres de las comunidades raizales o indígenas asentadas por largos periodos en el entorno.
• Los que pueden llegar a afectar la salud humana en su desarrollo o en su explotación.
• Los que determinan cambios en el acceso a los bienes de primera necesidad o a los recursos naturales o a las vías de comunicación.

Así las cosas, los estudios de impacto ambiental son una necesidad para el desarrollo armónico del país y no un sobrecosto para quienes los promueven o desarrollan. En virtud de esto es necesario que las autoridades ambientales solidifiquen el control sobre la elaboración de los mismos y sobre el cumplimiento estricto de lo que en ellos se determine.

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