Los estudiantes chilenos marcharon en Santiago exigiendo que sus demandas por una mejor educación sean acogidas por la presidenta Michelle Bachelet y las incluya en su reforma educativa, en una protesta que culminó con incidentes.
La marcha, convocada por agrupaciones de estudiantes y trabajadores de la educación, partió desde la plaza Italia y recorrió la emblemática avenida Alameda de la capital chilena, pasando frente al Palacio de La Moneda. Terminó luego de dos horas de caminata.
Los manifestantes, unos 6.000 según los organizadores, caminaron pacíficamente al son de tambores y trompetas bajo un sol primaveral, portando pancartas con leyendas como: "¡Educación gratuita ya!" y "Queremos ser parte de la discusión", aludiendo al debate en el Congreso de una reforma educativa patrocinada por el gobierno.
Al final de la marcha, los manifestantes decidieron bloquear la circulación de vehículos, tras lo cual fueron expulsados por la policía con carros lanzaaguas.
Encapuchados causaron destrozos en tiendas del comercio y levantaron barricadas, pero fueron dispersados rápidamente por la policía, que por el momento no informó de detenidos ni heridos.
En la protesta los estudiantes exigieron a la presidenta Bachelet que escuche sus demandas de una educación gratuita a nivel universitario, además que se ponga fin al lucro en los colegios privados, y se otorgue mayor calidad a nivel escolar.
Los manifestantes demandan que estas peticiones sean respondidas en la reforma educativa que discute el Congreso.
"Queremos una educación democrática, estatal, participativa, y que realmente se considere a las bases en la toma de decisiones, no podemos hablar de reforma si finalmente los actores que están en la calle no están siendo considerados", dijo a la AFP Jorge Muñoz, representante de los trabajadores de la educación.
Los estudiantes decidieron abandonar en agosto pasado una mesa de diálogo que había instalado el gobierno para discutir con los actores de la educación chilena sobre la reforma educativa, y que los estudiantes consideraron inefectiva.
La dirigencia estudiantil exigió que el gobierno entable con ellos conversaciones directas, lo que no ha ocurrido hasta el momento.
La reforma educativa tiene como fin cambiar el actual sistema educativo chileno, fuertemente privatizado y segregador, herencia de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).
Esta medida será financiada mediante una reforma tributaria que fue aprobada en septiembre y que pretende recaudar unos 8.300 millones de dólares anuales.
La manifestación fue el preámbulo de un Congreso Nacional por la Educación de los Pueblos que se realizará entre el 18 y 19 de octubre en Santiago, en el que participarán estudiantes, trabajadores de la educación, apoderados y movimientos sociales.