Estudian fauna del Amazonas con cámaras-trampa | El Nuevo Siglo
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Miércoles, 3 de Enero de 2018
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En reconocer la composición y la estructura de las comunidades de animales vertebrados terrestres que habitan en los bosques de la región, trabajan investigadores de la Universidad Nacional (U.N.) sede Amazonia.

Según explica el profesor Gabriel Colorado Zuluaga, coordinador del grupo de investigación en Ecología y Conservación de Fauna y Flora Silvestre de U.N. sede Amazonia, es importante reconocer la fauna que se encuentra en el departamento para identificar qué tipo de animales habitan en la región y luego analizar cómo responden a las temporadas de inundaciones, en qué épocas son más abundantes y de qué se alimentan, entre otros aspectos de su composición.

Para esto, los investigadores de la U.N. han utilizado cámaras-trampa, dispositivos automáticos usados para capturar imágenes que se instalan en un lugar en el que el animal registrado no lo vea fácilmente.

“Estas cámaras tienen un sensor de movimiento infrarrojo que se activa automáticamente al detectar la presencia de un animal, y toma una foto o un video”, detalla el docente Colorado.

Los dispositivos se ubicaron en alrededor de 20 k al norte de Leticia, en un área de reserva forestal establecida por la Ley Segunda de 1959, que tiene una extensión aproximada de 500 k2, y las cámaras fueron colocadas cada 4 k2.

Se escogió este espacio amplio con el objetivo de reconocer dónde están los animales vertebrados terrestres, desde el cazador tope, que es el jaguar y puede recorrer grandes distancias en busca de sus presas, pasando por los tigrillos y el puma, hasta sus presas que pueden ser roedores como los ñeques o las borucas, también llamadas guaguas.

En la Amazonia colombiana se tienen bosques de tierra firme –que son los que normalmente no están influenciados por el río Amazonas– y bosques inundables, que son los que se colman en el primer periodo del año, hasta mayo, cuando el río alcanza su nivel máximo.

“Queremos determinar cómo responden tanto los depredadores como sus presas a esos tipos de inundación, cómo se comportan en el tiempo, si aparecen en tierra firme o inundable, en qué periodos del año y cómo se distribuyen”, agregó el profesor Colorado.

En la sede Amazonia de la U.N. también se lleva a cabo este muestreo desde hace tres años, ya que el campus cuenta con un bosque de alrededor de 18 hectáreas y en las últimas décadas se ha recuperado la flora y la fauna. Hasta ahora se han detectado animales roedores pequeños, además de tigrillos que deambulan, chigüiros y aves de suelo, entre otros.

En el caso de la reserva se han encontrado jaguares, pumas, paujiles aves grandes, guacharacas, pavas, dantas, tairas, correcaminos y cerdillos (marranos de monte).

La U.N. se espera hacer un registro anual para saber si las poblaciones de estos animales aumentan o disminuyen con el tiempo, al reconocer los factores que producen el incremento o la disminución de ciertas especies se pueden tener más herramientas para responder ante fenómenos adversos como la deforestación y el cambio climático.

A mediados del siglo pasado, al decaer la explotación del caucho en el Amazonas, muchos de los habitantes de la región se dedicaron a la exportación de pieles; el jaguar fue uno de los animales más amenazados por esta práctica, y aunque ha disminuido la presión de esta especie aún no se tienen datos de seguimiento para constatar si las poblaciones se han recuperado.

Por esto, la información recopilada por los investigadores servirá para diseñar planes de conservación que tengan en cuenta la composición de las especies, la variación de sus poblaciones y los posibles factores ambientales que las afecten.