Del modelo privado al público
Es el gran cambio. Hasta 1993 el servicio lo prestaba el sector oficial, pero ese año la Empresa Distrital de Servicios Públicos (EDIS) fue liquidada porque las basuras invadieron la ciudad. Desde entonces comenzó a operar un sistema de concesión de este servicio para ser prestado por operadores privado, vía licitación. Mientras un sector de la sociedad cree que retornar un modelo público para la recolección de basuras es devolverse en la historia a la burocracia y el mal servicio, para la administración de Bogotá el nuevo modelo de “Basura Cero” es positivo, pues, a diferencia de los operadores privados, aquí no hay afán de lucro, sino de prestar un mejor servicio a la ciudadanía.
¿Qué empresa lo prestará?
La Empresa de Acueducto y Alcantarillado de Bogotá (EAAB) es la encargada de prestar el servicio de aseo en la capital a partir del martes. La decisión de escoger esta entidad se basó no solo en su capacidad logística y administrativa; el conocimiento que tiene de todos los rincones de la ciudad; la facultad para contratar directamente; que ostenta calificación triple AAA otorgada por las firmas internacionales evaluadoras de riesgo; presenta utilidades cercanas a los 230 mil millones anuales; y, además, factura el servicio de agua, alcantarillado y basura casa por casa, incluyendo el de aseo, así sea prestado por privados, entre otros.
¿Y el personal?
La idea de la Administración es que los trabajadores que se necesitan para lograr la cobertura total de la ciudad serán vinculados en condiciones dignas y decentes. Para la completa prestación del servicio habrá 435 conductores, 871 operarios, 56 supervisores y 12 coordinadores. Igualmente se necesitarán 145 camiones recolectores. Para el servicio de barrido, se contará con 86 conductores, 3.013 operarios, 83 supervisores y 8 coordinadores. Así mismo, habrá 13 barredoras mecánicas, 83 motos, 78 volquetas y 8 camionetas. De este modo, con el nuevo modelo se contará con 4.564 trabajadores y 433 vehículos.
1.500 bodegas para reciclar
Hoy para el aprovechamiento de los residuos reutilizables existe una cadena que va desde la persona que esculca en la basura hasta el industrial que compra el material para reutilizarlo. En el nuevo modelo los recicladores serán parte vital, según Petro, siguiendo las directrices fijadas por la Corte Constitucional. Los recicladores van a llevar todo lo que recuperen a un sistema de 1.500 bodegas en la ciudad. Así mismo, hay seis zonas de recolección: Usaquén y Suba; Engativá y Fontibón; Chapinero, Barrios Unidos, Teusaquillo, Santa Fe, Candelaria y Mártires; Puente Aranda y Ciudad Bolívar; Antonio Nariño, Rafael Uribe Uribe, San Cristóbal y Usme; y Kennedy y Bosa. Se les pagará una tarifa, según la Administración, acorde con los precios del mercado para dignificar y profesionalizar su labor.
Separación en la fuente
Después que la Administración expedirá el decreto que reorganiza el aseo en la capital del país, lo más llamativo para el ciudadano es que hay obligación de reciclar en la fuente. Es decir que cada quien en su casa deberá separar lo reciclable de lo que debe desecharse. La UAESP monitoreará permanentemente este sistema para garantizar la práctica de separación y entrega de material reciclable al sistema público de aprovechamiento.
Plan pedagógico
La base de estos cambios culturales es el programa “Basura Cero”, manejado por la UAESP y el apoyo de la Secretaría de Salud, el Instituto para la Economía Social (IPES), el Programa Misión Bogotá, el Instituto Distrital de Participación y Acción Comunal (Idpac) y los recicladores de oficio. Las jornadas de sensibilización iniciaron en viviendas de los estratos 1, 2 y 3 en las localidades de Suba, Tunjuelito y Kennedy y ahora seguirán en las 18 localidades restantes, donde los promotores llegarán a los hogares para enseñar el uso adecuado de la bolsa blanca y la bolsa negra al momento de disponer los residuos. El llamado a los bogotanos es a que saquen a la calle, en los horarios y frecuencias habituales de recolección, una bolsa blanca con los residuos reciclables que recogerán los recicladores, y una bolsa negra con los demás desechos, que recogerá el sistema de aseo de la ciudad y los llevará al relleno sanitario.
¿A dónde irán las basuras?
Por ahora no hay problema pero ya la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR), con base en estudios técnicos y el análisis de los antecedentes jurídicos, negó la solicitud de “corrección de polígono” para el botadero de basuras Doña Juana, que había sido presentada por la UAESP. En otras palabras: limitó la capacidad de utilización del relleno sanitario. La entidad argumentó que ahora deberán adelantarse las gestiones para la modificación de la licencia ambiental o, en su defecto, la ubicación de un nuevo sitio, con las especificaciones técnicas y ambientales, para la disposición de las basuras, teniendo en cuenta que dentro de un año la ciudad estaría frente a la posibilidad de una emergencia sanitaria por no tener lugar para depositar las basuras. La Administración, con su nuevo modelo, considera que una política de reciclaje más ambiciosa y tecnificada permitirá que se envíe cada vez menos basura al relleno.
Bajan tarifas
Con base en la reducción de las utilidades de los operadores privados de aseo, la Administración considera que hay margen para lograr bajar las tarifas a los usuarios, pero todavía no está establecido cuánto y cuándo. También se busca mejorar las condiciones laborales de los trabajadores e incluir a la población recicladora, beneficiando a casi 20 mil familias bogotanas. Es decir, 14 mil familias de recicladores y cinco mil que hacen parte de los trabajadores de la nueva empresa de aseo. Se acabaría, de paso, con el 90 por ciento de los vehículos de tracción animal que son utilizados para el reciclaje.