El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, comienza este miércoles el último año de su gobierno, que se presenta como el más difícil con una ciudadanía reacia a su reelección y el desafío de concretar su mayor empeño, un acuerdo de paz con la guerrilla.
"Este año será el más importante y el más pesado de su gobierno. No podrá salir vencedor del todo, aunque gane las elecciones", opinó Enrique Serrano, investigador del Centro de Estudios Políticos e Internacionales.
Santos, un dirigente liberal que esta semana cumplirá 62 años, llegó a la presidencia el 7 de agosto de 2010 con un discurso dual frente a las guerrillas de izquierda que actúan en Colombia desde hace medio siglo.
Así como prometió combatirlas sin cuartel, este exministro de la Defensa ofreció usar "la llave de la paz" si se daban las condiciones.
Tras autorizar operaciones militares en las que murieron los dos máximos comandantes de las Farc, Jorge Briceño 'Mono Jojoy' en 2010 y Alfonso Cano en 2011, Santos emprendió a fines de 2012 un proceso de paz con esa guerrilla en La Habana.
Y aunque aún no formaliza su deseo de ir a la reelección, poner fin al conflicto más prolongado de América Latina, la apuesta más importante de su gobierno, parece exigirle un tiempo adicional.
Además, está pendiente de entablar conversaciones con la otra guerrilla que actúa en Colombia: el ELN.
"El primer desafío de Santos en este último año de su mandato será suscribir un acuerdo de paz y lograr que sea aprobado por los colombianos", dijo a la AFP el politólogo Jairo Libreros, catedrático de la Universidad Externado de Bogotá.
"Una estrategia será mantener la coalición política (de centro-derecha, con la cual gobierna) y convertirla en una alianza electoral", de cara a los comicios legislativos y presidenciales de 2014, opinó Libreros.
Sin contendor, pero con poco apoyo
Aunque encuestas y analistas coinciden en que no se perfila hasta ahora una personalidad que pueda disputarle la presidencia, los sondeos de opinión muestran también un rechazo a la reelección que alcanza hasta 60%.
Sobre ello, Santos se defendió diciendo que "las encuestas se hacen sobre un universo y no sobre la gente que va a votar".
Sin embargo, el politólogo Rubén Sánchez, profesor en la Universidad del Rosario de Bogotá, apuntó que Santos se arriesga a que haya "una tasa de abstención alta que le haría llegar debilitado a un gobierno que tendrá que aplicar un proceso de paz".
"Lo difícil es aplicar el acuerdo, no firmarlo", resaltó este experto a la AFP.
Y es que un eventual acuerdo estará compuesto de algunos principios generales que será necesario desarrollar, en muchos casos con leyes.
Por ello, Libreros sostuvo que si "Santos no tiene el apoyo del Congreso, se le va a complicar mucho el proceso de paz y un segundo gobierno".
Para las legislativas, el mayor obstáculo que encontrará el presidente será la eventual participación de su predecesor Alvaro Uribe (2002-2010), aún muy popular y actualmente su más férreo opositor.
Si bien el exmandatario, que impulsó la postulación de Santos en 2010, está impedido de optar a una nueva candidatura presidencial tras haber sido reelecto una vez en 2006, sí podría encabezar una lista al Congreso. Con una veintena de senadores en contra, Santos vería bloqueadas sus propuestas legislativas.
En opinión de Serrano, la popularidad que mantiene Uribe no traduce solamente "una adhesión al caudillo, sino también un escepticismo sobre lo que Santos ha logrado".
Y el mandatario parece estar consciente de esa percepción: "El presidente Uribe le hizo un gran favor a este país porque se dedicó a mejorar la seguridad. En mi gobierno hemos mantenido ese objetivo, pero le agregamos dos más: crear un país más justo y construir un país más moderno. No solamente la seguridad es lo que el país necesita", se defendió recientemente. AFP