El presidente italiano, Giorgio Napolitano, se tomó "un plazo de reflexión" tras la segunda ronda de consultas este viernes a los principales líderes políticos para intentar hallar una salida a la parálisis política del país.
"El presidente se va tomar un plazo para reflexionar", explicó a la prensa el vocero de la presidencia, sin precisar la fecha en que Napolitano anunciará si encarga o no a una nueva personalidad política de formar un gobierno.
Napolitano, un veterano político de 87 años que concluirá su mandato en mayo, convocó de nuevo a las tres mayores fuerzas políticas este Viernes Santo, después de que líder de la izquierda, Pier Luigi Bersani reconociera la víspera que no logró convencer a sus rivales políticos.
Tanto el líder de la derecha Silvio Berlusconi como la nueva fuerza política de Italia, el Movimiento 5 Estrellas del cómico Beppe Grillo, reiteraron sus posiciones, dejando al país sin salir del punto muerto.
Napolitano se reunió por último con los dirigentes del Partido Democrático, quienes cuentan sólo con la mayoría en la Cámara de Diputados y les falta la del Senado para poder gobernar.
"Proponemos una convención constituyente para que se resuelva el impasse en el que se encuentra Italia", declaró Enrico Letta, vicepresidente del partido y mano derecha de Bersani.
El dirigente del PD descartó toda alianza con la derecha del magnate de las comunicaciones Silvio Berlusconi: "No es la solución idónea para salir de la situación", afirmó.
Letta manifestó claramente que su partido apoyará "en forma responsable" las decisiones que Napolitano tome y descartó la posibilidad de volver a las urnas con la actual ley electoral, culpable del bloqueo.
El irreverente Movimiento 5 Estrellas reiteró su rechazo a apoyar la formación de un gobierno de izquierda que introduzca las reformas que exige su electorado, lo que aumentó el clima de incertidumbre en la península, agobiada por la crisis económica y el aumento del desempleo (12%).
"Reiteramos que no estamos dispuestos a apoyar un gobierno liderado por un político o por un pseudo técnico propuesto por los partidos", declaró el portavoz del M5E en el Senado, Vito Crimi, al término de una reunión con el presidente Napolitano.
El jefe de Estado, que cuenta con un enorme prestigio, se hizo cargo en persona del atolladero político en que se encuentra Italia y se reunió primero con Berlusconi, quien propuso de nuevo un gobierno de coalición nacional entre el Partido Democrático y su partido, el Pueblo de la Libertad.
"Hemos manifestado nuestra disponibilidad a formar un gobierno de coalición", declaró Berlusconi al término del encuentro.
El magnate de las comunicaciones intenta por todos los medios impedir la formación de un gobierno de izquierda apoyado por los parlamentarios "antisistema" de Grillo y sobre todo quiere pesar en la elección en abril del nuevo presidente de la República, cuyo mandato dura siete años.
Berlusconi presiona para que el próximo presidente lo favorezca ante los graves problemas judiciales que tiene y que podrían determinar su definitiva "muerte" política.
Según la prensa, el magnate de las comunicaciones aspira a llegar personalmente a la presidencia o a imponer una figura como Gianni Letta, su brazo derecho y consejero en la sombra de su gobierno, gracias a una base electoral sólida que según los sondeos ha crecido en los últimos días y supera el 32%.
El PD cuenta con la mayoría sólo en la Cámara de Diputados y necesita el apoyo de otra fuerza en el Senado para obtener la confianza del Parlamento necesaria para gobernar.
Pese a que el movimiento de Beppe Grillo aboga por una serie de cambios, entre ellos la reforma de la ley electoral y el recorte drástico del costo de la política, tal como propone el PD, las dos formaciones no logran ponerse de acuerdo.
Según Stefano Folli, editorialista del diario económico Il Sole24Ore, Napolitano podría indicar una personalidad que no proviene del mundo político, una figura prestigiosa de las instituciones, neutra, que adopte una serie de medidas, como la ley de presupuestos, el recorte del costo de la política y sobre todo la reforma de la ley electoral, en el plazo máximo de 12 meses.
Numerosos nombres circulan en la prensa, entre ellos el de la actual ministra del Interior, Anna Maria Cancelliere, nombrada por el ejecutivo de transición liderado por Mario Monti, el del presidente del Tribunal Constitucional, Franco Gallo, y el del actual gobernador del Banco de Italia, Fabrizio Saccomani.
La ingobernabilidad de Italia y la posibilidad de que sea de nuevo blanco de la especulación de los mercados y que se dispare la prima de riesgo, preocupan en Europa.
AFP.