Un estadounidense de 40 años fue ejecutado este miércoles en Texas (sur) por el asesinato de una joven, cometido hace 21 años, llevando a 33 el número de condenados a muerte ejecutados este año en Estados Unidos, informaron fuentes carcelarias.
La muerte por inyección letal de Bobby Hines fue declarada a las 18H28 locales (00H28 GMT del jueves), indicaron en un comunicado los servicios penitenciarios del estado sureño.
La ejecución había sido postergada en junio para la realización de exámenes de ADN, que finalmente probaron la responsabilidad del condenado en el homicidio de una joven de 26 años, Michelle Wendy Haupt, a la que pretendió asaltar en su apartamento de la ciudad de Dallas.
Hines, entonces de 19 años, estranguló a la muchacha y luego la hirió 18 veces con un picahielos.
Tras el homicidio, la agencia de gestión del edificio en el que vivía Haupt aceptó pagar cinco millones de dólares a la familia de la víctima, que sostuvo que el sistema de cerraduras de los apartamentos era deficiente, según comentó la prensa local.
Hines fue el ejecutado número 33 este año en Estados Unidos, y el undécimo en Texas, el estado que más aplica el castigo capital, en franca disminución en el resto del país.