Un ciudadano estadounidense de origen coreano fue condenado a 15 años de campo de trabajo en Corea del Norte por "actos hostiles" al régimen comunista, anunció este jueves la agencia de prensa oficial KCNA en un contexto de tensión diplomática y militar en la península coreana.
Pae Jun-ho, cuyo nombre estadounidense es Kenneth Bae, fue detenido el pasado 3 de noviembre en la ciudad portuaria de Rason (noreste) en posesión de un visado turístico.
Según la prensa surcoreana, este estadounidense-coreano de 44 años, responsable de un touroperador, viajaba con varios turistas y uno de ellos llevaba un disco duro de ordenador que contenía presuntos datos sensibles.
"El Tribunal Supremo lo condenó a 15 años de trabajos forzosos por ese delito", indicó KCNA sin precisar los cargos en su contra.
La agencia afirmó el sábado que el acusado "confesó los delitos de animosidad contra la República Popular Democrática de Corea e intento de derribar" el régimen. "Los cargos (retenidos contra él) fueron corroborados con pruebas", según la agencia.
Washington solicitó su inmediata liberación.
"La salud física de los ciudadanos estadounidenses es una prioridad absoluta para nosotros. Instamos a la RPDC a poner en libertad sin dilación a Kenneth Bae por razones humanitarias", declaró el lunes pasado un portavoz del Departamento de Estado, Patrick Ventrell.
Estados Unidos sigue la situación a través de la Embajada de Suecia en Pyongyang que interviene "en los temas que implican a ciudadanos estadounidenses en Corea del Norte" porque Washington no dispone de representación diplomática en el país.
Consultado por la AFP, un militante anti-Pyongyang basado en Seúl formula la hipótesis de que Pae fue detenido después de sacar fotos de niños que tenían señales de malnutrición con objeto de movilizar a la comunidad internacional acerca de las necesidades de Corea del Norte en materia de ayuda humanitaria.
Según responsables estadounidenses, podría ser utilizado como "moneda de cambio política" en un contexto de gran tensión en la península coreana después del tercer ensayo nuclear de Pyongyang, en febrero, y las consiguientes sanciones adoptadas por el Consejo de Seguridad de la ONU.
"El contexto es bastante diferente de los precedentes en materia de rehenes" entre Corea del Norte y Estados Unidos, señala no obstante Yang Moo-jin, profesor de la Universidad de Estudios Norcoreanos de Seúl.
"La situación diplomática y militar es tan tensa que Estados Unidos no debería cambiar radicalmente su posición ni proponer una reanudación del diálogo con Corea del Norte solo para salvar a este tipo", estima.
La península coreana está en efervescencia desde el tiro con éxito en diciembre de un cohete considerado un misil balístico por Seúl y sus aliados, seguido de una tercera prueba nuclear en febrero y nuevas sanciones de la ONU.
Desde entonces, Pyongyang profiere amenazas de ataques y guerra nuclear y ha despegado lanzaderas de misiles de alcance variable a lo largo de su costa.
Varios estadounidenses fueron detenidos y puestos en libertad estos últimos años en Corea del Norte.
En 2011, Robert King, enviado especial de Estados Unidos para derechos humanos, consiguió la liberación de Eddie Jun Yong-su, un empresario californiano detenido por proselitismo religioso.
En 2010, el expresidente estadounidense Jimmy Carter obtuvo la liberación de Aijalon Mahali Gomes, condenado a ocho años de trabajos forzosos por entrar sin autorización en Corea del Norte desde China.
Un año antes, Bill Clinton consiguió la puesta en libertad de dos periodistas estadounidenses, Laura Ling y Euna Lee, detenidas también por cruzar la frontera desde China.
AFP.