Los aspirantes a la presidencia de Estados Unidos se ven agotados. Pero en la recta final por la Casa Blanca no hay lugar para el cansancio. Estos últimos días son muy apreciados por Donald Trump y Hillary Clinton porque algunos estados, faltando cuatro días para la elección general, no han decidido por quién votar.
Aunque más de 27 millones de norteamericanos ya votaron y un porcentaje alto de ciudadanos ya decidió su voto, aún quedan estados indecisos que se convierten en una obsesión para los candidatos. De ahí que ambas campañas estén viajando de costa a costa sin tener en cuenta las diferencias de horario o el inclemente frío que ya se empieza a sentir en el norte de Estados Unidos.
Hillary Clinton sigue confiada por las encuestas y la polémica –hoy bajo control- que desató la declaración del director del FBI. Su anuncio, que fue presentado al Congreso diciendo que tenía nuevos correos que involucraban a la candidata, al comienzo golpeó los porcentajes a su favor, pero terminó generando una polémica, que se convirtió en el centro de atención, por su presunta intromisión en la campaña.
Aquel anuncio del FBI no generó el efecto esperado: acabar con la campaña de Clinton. Pero si le dio “alas” a Donald Trump para que volviera a la contienda electoral e invirtiera dinero en su campaña, cuando una semana atrás su partido, el republicano, había dicho que no iba a pagar más por publicidad y otros rubros.
Esta semana Trump estuvo en Colorado, Wisconsin, Michigan y Nuevo México, estados que al mirar el mapa de Estados Unidos salen rojos (republicanos), pero en los últimos sondeos se han inclinado por la candidata demócrata, generando la reacción de las bases del partido.
El magnate ha escalado cinco puntos en las encuestas amenazando el liderazgo de Clinton en ellas. Aunque la media de los sondeos sigue siendo a favor de la demócrata al igual que en otro tipo de mediciones como el nivel de favorabilidad.
27 millones ya votaron
Estados Unidos, una democracia fundada en el federalismo y la autonomía de los órganos regionales, tiene un sistema electoral único. Las autoridades judiciales en cada uno de los estados están facultadas para determinar si los votantes deben hacerlo el día de las elecciones generales -8 de noviembre- o lo pueden hacer antes.
Esta vez, a cuatro días de las elecciones, cerca de 30 millones de norteamericanos ya votaron. Según la AFP, la tendencia en las urnas ha sido a favor de Clinton, mostrando una inclinación por la candidata que puede repetirse el próximo martes, día de la elección general.
Este favoritismo de la ex secretaria de Estado se da por una mayor participación en las urnas de los votantes demócratas que de los republicanos. Sin embargo, la mayoría que han acudido a los centros de votación son personas mayores de 40 años, blancas y con cierto nivel de estudio, revela el Centro de Investigación Pew.
Clinton, teniendo en cuenta esta tendencia, hasta el momento no ha logrado el apoyo mayoritario de afroamericanos y jóvenes como Obama. Estas poblaciones fueron fundamentales en la victoria del actual presidente en 2008.
En el marco de esta recta final existen dos estados que resultan claves para definir esta elección. Texas, por un lado, se ha convertido en un estado swing –indeciso-, cuando históricamente había sido republicano. Si bien Lyndon Johnson, expresidente (1963-69) demócrata originario de Texas, dejó unas bases importante en este estado, las grandes petroleras y la dinastía Bush inclinaron la balanza en las siguientes décadas a favor de los republicanos.
En pleno 2016, los que dominan el escenario electoral en Texas son los hermanos Castro, republicanos de origen latino que le hacen frente a la masiva ola de hispanos demócratas que votarán en estas elecciones. En los últimos sondeos Clinton sale por delante de Trump en este estado, activando las alarmas de los texanos republicanos.
Florida, a su vez, es otro estado que se caracteriza por su volatilidad electoral. Su heterogénea población –blancos, latinos y múltiples religiones- hace muy difícil predecir cuál partido es más fuerte en el estado. Por ello hasta el presidente Barack Obama esta semana ha viajado por diferentes ciudades haciendo campaña a favor de Clinton. Mañana va coincidir con Trump en la ciudad de Jacksonville, capital de Florida.
Sondeos
A cuatro días de las elecciones generales se conoció la última encuesta de The New York Times y CBS, en la que Clinton (45%) le saca 3 puntos a Trump (42%), medición que se ubica dentro del margen de error, lo que configuraría un empate técnico. Pero existen mediciones a favor del magnate, en parte, por la carta del FBI.
Según un sondeo de ABC y The Washington Post el entusiasmo de los votantes de la ex secretaria de Estado bajó del 51% al 43%, tras darse a conocer más correos. Al contrario, Trump se mantuvo en 53%, sacándole 10 puntos a la demócrata en esta variable de medición.
Aunque los expertos dicen que el elector ya tiene decidido su voto o, por lo menos el 92% de ellos, lo cierto es que el escenario electoral está lleno de estados indecisos. Aparte de Texas y Florida, existen otros como Ohio, Carolina del Norte y Pensilvania, donde ambos candidatos tienen posibilidades. Allí se definirá quién será el próximo presidente de Estados Unidos.