Por: Pablo Uribe Ruan
Editor Internacional
LOS atentados que se registraron los últimos dos meses pueden ser sólo el comienzo de la escalada de ataque que planea el Estado Islámico, según Jean Pierre Filiu, profesor del Instituto de Ciencia Política de París y experto en movimientos yihadistas.
Si bien los ataques contra el Bataclán y los restaurantes de la zona 10 del viernes 13 en París fueron muestra del estruendoso potencial de los yihadistas, otros países como Turquía, Rusia y el Líbano, no dejaron de ser blanco de los terrorista y al igual que Francia fueron víctimas del radicalismo musulmán.
La secuencia de actos de terror es impresionante. El 10 de octubre el Estado Islámico (EI) mató a 102 personas en Ankara, posteriormente, el 31 del mismo mes, un artefacto explotó avión comercial ruso en el Sinaí con un saldo de 224 fallecidos, sin embargo, su escalada continuó en Beirut, el 12 de noviembre, en donde fallecieron 44 personas y, finalmente o, por el momento, sus últimas víctimas fueron París y Yemen.
La terrorífica muestra del poderío del EI está representada en los resultados de sus ataques. A mediados de este año Rusia y Estados Unidos empezaron a bombardearlo en Siria, lo que conllevó a que se pensará que la capacidad del El Daesh- acrónimo en árabe-iba disminuir considerablemente. Sin embargo, durante los últimos meses demostró que sigue vivo y es capaz de atentar contra una de las principales ciudades de Europa.
Francia, como se vio durante el transcurso de la semana, incrementó su arsenal aéreo en Sira y bombardeó la ciudad de Raqa. A pesar de esta ofensiva aérea, en la que murieron aproximadamente 40 hombres, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, hasta el momento no se ha conocido la baja de ninguno de los principales líderes del EI.
Ellos, evidentemente, se anticiparon a la ofensiva francesa. "La dirección de Daesh no está, por supuesto, bajo las bombas en Raqa. Están al abrigo, en escondites (...) Es sorprendente que los rusos hayan reaccionado tan limitadamente al atentado contra su avión empezando a bombardear seriamente a Daesh”, aseguró Filiu.
Lo cierto es que la campaña de bombardeos aéreos contra las instalaciones del EI en las regiones que controlan redujo poco su potencial y no alcanzó a sus jefes. Con el dominio de un vasto territorio que comprende partes de Siria e Iraq, se instalaron en zonas seguras.
Es claro que dar con Abu Bakr al-Baghdadi, jefe del EI y por el que sus seguidores rezan y juran lealtad, probablemente será una tarea tan difícil como larga, tal cual fue el camino que debió recorrer Estados Unidos para encontrar a Bin Laden en Pakistán.
La teoría de las “redes” de Sergey Markedonov, profesor asociado de la Universidad Estatal Rusa de Humanidades, sirve para explicar la dificultar para encontrar el paradero de al-Baghdadi. Según el catedrático,“no debemos esperar que los seguidores de este tipo de estructura a obedecer las órdenes de un "califa" o "emir". Ya que cualquier célula de la red puede mostrar independencia y organizar un ataque independiente y sin coordinación central.
En todo caso, el tema pasa por cantidad y calidad. Para acabar con el Daesh debe existir una estrategia común. En entrevista con la AFP, David Kilcullen, experto en contrainsurgencia, sugiere que los bombardeos no han sido suficientemente fuertes para debilitar al Estado Islámico. En parte porque son esporádicos, poco continuos, lo que demuestra la ausencia de una "campaña aérea seria", diez o veinte veces más intensa que lo que se hace actualmente.
Tal vez otro de los problemas que ha tenido la guerra contra el EI es su caracterización. La gente se pregunta. ¿Qué son? Occidente los ve como unos terroristas aislados con un potencial de ataque medio que comienza a elevarse. Kilcullen, no obstante, plantea que “habría que atacarlos como a un Estado enemigo. Es lo que son. Eso significa destruir sus fuentes de energía, sus aprovisionamientos de agua, los campos petrolíferos, las ciudades que controlar".
Sería apresurado pensar que con bombardeos el Estado Islámico se acabaría. Bombardear es tan sólo una de las varias formas militares que hay que emplear contra el grupo terrorista que despliega sus combatientes en un territorio del tamaño de Bélgica, 40.000 kilómetros cuadrados. Incluso, algunos se atreven a decir que el califato opera en una zona de 90.000 kilómetro, casi igual al tamaño de Inglaterra.
Ante semejante dimensión territorial y con una estructura de gobierno que va desde ministerios hasta instituciones educativas, El Daesh tributa, imparte la sharia (ley radical del islam) y adoctrina a niños, jóvenes y adultos, que en muchos casos se ven obligados a unirse a sus filas.
Washington afirma que existen aproximadamente 15.000 milicianos activos en la región. Sin embargo, Hisham al Hisham, experto iraquí en seguridad, dijo, en entrevista con la BBC, que podrían ser alrededor de 30.000 y 50.000 los combatientes, de los cuales el 30% están por convicción, el resto han sido reclutados sin su consentimiento.
Combatir a un ejército de ese número implica una estrategia común de parte de los miembros de la coalición internacional. Esta semana Francia, Estados Unidos y Rusia, mostraron serios avances para logar una alianza tripartita que actúe coordinadamente en Siria e Irak. Paralelamente, el yihadismo está presente en Europa y África con un contingente importante en Francia, Bélgica e Inglaterra.
Al parecer los muyahidines europeos (personas que hacen la yihad) no tienen límites. De vuelta a las prácticas kamikazes, explotan, y acribillan a sus víctimas en nombre de Alá. "Por el momento, mantienen la iniciativa en todos lados (...) Pueden sorprendernos todavía en los próximos días. En su lógica, hay que golpear lo más rápidamente posible en Europa. Lo ideal para ellos sería un ataque coordinado en alguna parte de Europa ", así lo explica el profesor Filiu.
El portal Intelligene Online, que goza de credibilidad por su información certera, publicó el jueves un artículo en el que decía, que "varios servicios de inteligencia árabes transmitieron informaciones a sus homólogos occidentales indicando que seis capitales fueron señaladas como blancos por Daesh: París, Londres, Moscú, El Cairo, Riad y Beirut".
Abdelhamid Abaoud, supuesto cerebro de los atentados de París y quien fue dado de baja el miércoles, había sido designado para manejar a los muyahadines de Francia, España e Italia, en una reunión que líderes del Estados Islámico celebraron en Mosul, Irak, segunda ciudad después de Raqa, su bastión en Siria.
Las potenciales occidentales tendrán que ponerse de acuerdo en la manera como van actuar en Siria e Iraq e inevitablemente, como parte de esa estrategia común, les tocará enviar efectivos a la región. El miedo, por supuesto, es fracasar como ocurrió en Irak.