La NSA, agencia estadounidense encargada de interceptar comunicaciones, violó miles de veces leyes que protegen la privacidad sin notificar regularmente a las autoridades de control, un revés para las promesas de transparencia del presidente Barack Obama.
Estas infracciones fueron reveladas por el análisis de una auditoría interna y otros documentos secretos, entregados al Washington Post por el exconsultor de la NSA, Edward Snowden, hoy refugiado en Rusia.
Además, ponen en duda los llamados a la confianza del presidente, quien afirmó el 9 de agosto haber "tomado medidas para que haya (...) protección real con el fin de impedir abusos y proteger los derechos del pueblo estadounidense" y desmintió que haya habido excesos por parte de los programas de vigilancia.
Esta auditoría, realizada en mayo de 2012, contabilizó 2.776 incidentes en el transcurso de los 12 meses anteriores en cuanto a "recolección, almacenamiento, acceso y comunicación de datos protegidos legalmente, sin autorización". La mayoría no son intencionales sino debido a que no se respetó los procedimientos.
Estos incidentes sólo tienen que ver con los que se registraron en la región de la capital, Washington, donde se halla el cuartel general de la NSA, pero no incluyen a aquéllos registrados en muchos centros del resto del país.
El diario da como ejemplo el control en 2008 de una "gran cantidad" de llamadas telefónicas procedentes de Washington luego de un error de programación por el que se invirtió el prefijo de la zona de la capital estadounidense (202) con el de Egipto (20).
Este error no había sido revelado por el equipo de control de la NSA.
Consultada por la AFP, la NSA no desmintió las informaciones del Post, pero aseguró que "investiga" cada "error" cometido.
"Cuando cometemos un error (...), lo notificamos internamente y a los supervisores federales y vamos al fondo del problema", agregó la agencia, y señaló que sus "actividades de registro de inteligencia exterior son continuamente auditadas y supervisadas interna y externamente".
El personal encargado de asegurar el cumplimiento de las leyes por la NSA consta de "más de 300 personas, cifra que se multiplicó por cuatro desde 2009", según un comunicado del director del departamento de control interno, John DeLong.
En un hecho más grave según el Post, la NSA no rinde cuentas a las autoridades de control en forma exhaustiva de los incidentes en los cuales interceptó comunicaciones de estadounidenses fuera del marco legal.
Esta auditoría "contiene un nivel de detalles y de análisis que no es sistemáticamente comunicado al Congreso o a la corte especial" secreta, la FISC, encargada de controlar las actividades de la NSA.
El Congreso sólo recibe versiones parciales de los informes de incidentes. Si los legisladores quieren conocer la versión completa, éstos o los pocos miembros de su equipo que cuenten con una habilitación de inteligencia, tienen que desplazarse a salas seguras para consultar los documentos y tienen prohibido tomar notas.
Uno de los incidentes más graves concierne la captación y almacenamiento del tráfico de datos por un cable de fibra óptica en territorio estadounidense, que incluyó información de comunicaciones de ciudadanos estadounidenses, lo cual está formalmente prohibido excepto por motivos excepcionales y específicos.
Sin embargo, según el diario, no fue sino en octubre de 2011, "meses después del inicio del programa", que la FISC consideró este hecho como "anticonstitucional".
Uno de los documentos explica también a los empleados cómo ocultar partes de informes sobre incidentes con marcador y recurrir a "descripciones genéricas" para justificar interceptaciones de comunicaciones ante el Departamento de Justicia y la Dirección de Inteligencia (ODNI).
Para la influyente asociación de defensa de derechos civiles ACLU, estas revelaciones son "asombrosas" y muestran cómo la FISC, la corte secreta, tiene las "manos atadas" ante la agencia que está encargada de vigilar, puesto que depende de las infornaciones que la NSA le quiere entregar.