Las tensas relaciones entre Benjamin Netanyahu y la Casa Blanca podrían complicarse aún más, después de que la prensa afirmara que Israel espió las negociaciones de las grandes potencias con Irán sobre el programa nuclear iraní.
El diario estadounidense Wall Street Journal afirmó en su edición del martes, citando a un alto funcionario estadounidense, que Israel robó secretos de Estados Unidos.
Israel transmitió esos secretos a congresistas estadounidenses contrarios a las negociaciones para que los utilizaran contra los esfuerzos diplomáticos de la Casa Blanca y del departamento de Estado, afirmó el diario.
Israel desmintió inmediatamente esa información, que tildó de "contraria a la verdad".
"Una cosa es que Estados Unidos e Israel se espíen mutuamente. Pero otra cosa es que Israel robe secretos de Estados Unidos y los comparta con legisladores estadounidenses para sabotear la diplomacia estadounidense", escribe The Wall Street Journal, citando a un alto funcionario estadounidense.
"Esta información no es cierta. Obviamente Israel tiene que defender sus intereses en materia de seguridad y tenemos nuestros propios servicios de inteligencia. Pero nosotros no espiamos a Estados Unidos", dijo el ministro israelí de Exteriores, Avigdor Lieberman.
"Obtuvimos nuestras informaciones de otras fuentes, no de Estados Unidos. Las instrucciones han sido claras desde hace décadas: no espiamos a Estados Unidos, directa o indirectamente", agregó.
"Hay suficientes participantes en estas negociaciones, incluidos los iraníes", insistió el ministro dando a entender que las filtraciones podían tener otro origen.
La actividad desplegada por el gobierno saliente contra las negociaciones sobre el programa nuclear iraní, incluida la intervención excepcional de Netanyahu en el Congreso el 3 de marzo pasado, irritaron a la Casa Blanca.
"El carácter público de la mutua hostilidad" entre Obama y Netanyahu "representa el punto más bajo de la relación", opinó Jonathan Rynhold, autor de un libro sobre las relaciones entre Estados Unidos e Israel.
"Creo que nunca hubo críticas personales tan violentas en público", agregó Rynhold en diálogo con la AFP.
La administración estadounidense cuestionó incluso la credibilidad de Netanyahu.
"Las palabras cuentan. Si usted dice algo diferente al cabo de dos días, ¿qué es lo que hay que creer?", dijo el lunes el departamento de Estado.
"No leemos en su pensamiento", agregó.
La campaña electoral de Netanyahu exasperó por diversas razones al gobierno estadounidense.
Para hacerse elegir, Netanyahu prometió que no iba a haber un estado palestino, que Jerusalén nunca sería la capital de un estado palestino, que iba a continuar con la colonización y esgrimió el peligro de un voto masivo de los árabes israelíes.
Después de la victoria, Netanyahu intentó matizar sus declaraciones sobre la creación de un estado palestino y el lunes dijo que lamentaba haber herido la sensibilidad de los árabes israelíes.
El lunes, el secretario general de la Casa Blanca, Denis McDonough, llamó a Israel a terminar con "la ocupación que dura desde hace casi 50 años", recordando que Estados Unidos es favorable a la solución de dos estados, uno israelí y el otro palestino.
Obama, primer presidente negro de Estados Unidos, había criticado las declaraciones de Netanyahu sobre el voto de los árabes israelíes, dando a entender que el primer ministro socavaba la democracia israelí.
Las declaraciones poselectorales de Netanyahu no tranquilizaron a Washington y la administración estadounidense dijo que estaba obligada a reevaluar el apoyo histórico que aporta a Israel en la ONU.
Algunos expertos sospechan que la Casa Blanca aprovecha las circunstancias para presionar a Netanyahu abocado a la formación de su nuevo gobierno.
Otros consideran que la polémica con Israel distrae a la opinión publica de las negociaciones con Irán.
Las declaraciones de Obama "muestran claramente el daño diplomático y el daño que sufre la imagen de Israel en Occidente", escribió el martes el diario Haaretz, crítico notorio de Netanyahu.
En cambio, Israel Hayom, un diario favorable a Netanyahu criticó violentamente a la Casa Blanca que "superó todos los límites".
"Netanyahu se disculpó. ¿Qué más quieren?", pregunta el diario.
Obama quería un gobierno de izquierda, pero los electores decidieron otra cosa y los estadounidenses deben "respetar al elector israelí", afirmó Israel Hayom.