Si los sectores que actualmente están empujando al crecimiento como infraestructura y construcción elevan el PIB más allá de lo que esperan los analistas, los mercados están convencidos que habrá un cambio en el rumbo de la política monetaria.
Este camino que debe ser definido por el Banco de la República, no debe ser otro a reducir las tasas de intervención y a mantener estable el nivel de inflación.
De acuerdo con Daniel Velandia y Sergio M. Ferro de CredicorpCapital “los riesgos a la baja sobre las proyecciones de crecimiento se han incrementado recientemente”.
Los investigadores señalan que buena parte de esta situación es explicada por la delicada situación acontecida por cuenta del paro agrario, el paro de la minera Drummond (segunda productora de carbón del país) que suma 40 días y la debilidad que mantienen varios sectores de la industria.
“No cabe duda que la decisión de la Junta Directiva en su próxima reunión a finales de este mes, será completamente data-dependent, con lo que la publicación del dato del PIB del segundo trimestre (que se dará el próximo 19 de septiembre) y producción de la industria en julio (20 de septiembre) serán relevantes. Así mismo, un deterioro de la confianza por cuenta de la situación reciente a nivel local y la eventual continuidad de paros, impondrían mayores presiones para un nuevo recorte de la tasa de referencia”.
Señalan los expertos que “a la espera de la información que se publicará en las siguientes semanas y de la evolución de la situación interna en materia de orden público, esperamos que el Banco de la República mantenga inalterada su tasa de referencia en la próxima reunión. En todo caso, reconocemos que los riesgos a la baja sobre nuestras proyecciones tanto de crecimiento como de tasas de interés derivados de una serie de acontecimientos a nivel local completamente inesperados en medio de un año pre-electoral, se han incrementado en forma importante”.
Frente a la postura del Banco de la República de dejar estable el tipo de intervención, los analistas creen que en la última reunión de la Junta Directiva, “al menos dos codirectores habrían votado a favor de reducir la tasa de interés de referencia, entre los cuales se encuentra el ministro de Hacienda, Mauricio Cárdenas”.
De otro lado, en el mercado se destaca “la posibilidad de que los términos de intercambio no sean inferiores a los observados en 2012 si los precios del petróleo se mantienen cerca de los niveles actuales por un tiempo prolongado, un crecimiento económico de las economías avanzadas en el segundo trimestre mejor que el esperado, la expectativa de una tasa de crecimiento del consumo de los hogares y de la inversión en obras civiles y edificaciones “algo mayor” entre marzo y junio (lo cual resultaría destacable si se considera que el sector de la construcción creció un 17%)”.
Además, los analistas contemplan “una devaluación del peso que contribuiría a un mejor desempeño de los sectores transables de la economía y, por ende, a un crecimiento más balanceado de la misma”.
Estos factores favorables son contrarrestados por la mención de una expansión de buena parte de las economías emergentes de Asia y América Latina menor a la prevista, unas condiciones financieras generales que pueden haberse ajustado como resultado del encarecimiento del financiamiento externo (lo cual no es nuevo) y la referencia explícita de que los riesgos a la baja sobre las proyecciones se han incrementado recientemente.
Por lo tanto, considerando que aún son varios factores expuestos por el Banco de la República los que resultan favorables, a lo que se suma un mejor comportamiento de indicadores líderes de la economía en el arranque del tercer trimestre tales como la demanda de energía, producción de petróleo, compras de los hogares y producción y despachos de cemento, no juzgamos como inminente una nueva reducción de la tasa repo en la próxima reunión de política.