El Gobierno español intentó ayer tranquilizar a los mercados al día siguiente de una nueva sanción por parte de la agencia de calificación crediticia Standard & Poor's, que suena a toque de los mercados, impacientes por ver al país pedir su rescate financiero.
Mientras que S&P, como su competidora Moody's, amenaza con sancionar a España colocándola en la categoría de inversión especulativa, "nosotros lo que queremos (...) es desmentir estas proyecciones", afirmó el secretario de Estado para Asuntos Europeos, Iñigo Méndez de Vigo, a la radio pública.
"Creo que esta agencia de rating está haciendo unas proyecciones" sobre las perspectivas económicas de España, contra las que "vamos a luchar por que no se cumpla esta realidad", dijo Méndez, tras afirmar que habrá que ver si las previsiones de S&P se hacen reales.
Luchar contra el pesimismo de los mercados y del Fondo Monetario Internacional (FMI), que prevén una fuerte recesión hasta 2013, es la consigna del gobierno conservador de Mariano Rajoy que quiere contrarrestar también la imagen que se tiene de España en el extranjero, de un país superado por la crisis, además de luchar contra la presión de los inversores para que pida la ayuda europea lo antes posible.
Pero su indecisión empieza a irritar y el miércoles por la tarde, S&P bajó la nota de España de BBB+ a BBB-, la más baja para inversiones fiables, añadiendo una "perspectiva negativa", señal de que podría llevarla a bono basura a medio plazo.
La misma amenaza planea desde junio por parte de Moody's, que se debe pronunciar de aquí a finales de octubre.
Una sanción de Moody's "es el peligro real", destaca Daniel Pingarrón, analista de IG Markets, y si tiene lugar, será "un empujón más, o un paso más para que España pida el rescate", puntualizó.
"España tiene que pasar de alguna manera por una asistencia financiera", subraya Marian Fernández, estratega del banco Inversis.
La decisión de S&P "ayuda, nos deja algo más cerca" de este pedido de ayuda y "si encima hubiera alguna rebaja de Moody's, podría ser un detonante: sería un motivo perfecto, una oportunidad perfecta para la petición de la ayuda", añadió.
Sin sorpresas, la bolsa madrileña se encontraba ayer en números rojos, cediendo 0,34% a las 10H15 GMT.
"España ha vuelto a convertirse nuevamente en el 'gran problema' de la región", considera la casa Link Securities.
En su decisión, S&P critica sobre todo "la falta de dirección política clara por parte de la zona euro".
"A las constantes dudas del Gobierno español sobre la posible petición de ayuda al BCE", se han "unido recientemente las reticencias de Alemania y de algunos otros países como Holanda o Finlandia a respetar los acuerdos de la Cumbre Europea del pasado verano", añadió Link.