España pone a prueba los mercados | El Nuevo Siglo
Martes, 18 de Septiembre de 2012

España verificará si los inversores confían en el país al emitir deuda a 10 años, principal indicador de confianza de los mercados que esperan impacientes que Madrid se decida a pedir un rescate para su economía, la cuarta de la zona euro.

 

El gobierno español no solamente se toma su tiempo para ello, sino también empieza a dudar de la necesidad de pedir un rescate.

"Actualmente estudiamos la situación, vamos a ver si nos conviene o no, si es o no necesario", explicó tranquilamente la semana pasada el jefe del ejecutivo conservador, Mariano Rajoy.

 

En efecto, Madrid se beneficia últimamente de una cierta distensión en los mercados, algo que pudo verificar este martes, al pagar menos intereses para captar 4.600 millones de euros en bonos a 12 y 18 meses.

El éxito de esa captación se daba por descontado, dado que el nuevo programa del Banco Central Europeo (BCE) para apoyar a las economías en crisis de la Eurozona consistirá precisamente en la compra ilimitada en el mercado secundario de obligaciones con vencimientos de hasta tres años.

 

El gran test se producirá el jueves, cuando España intente captar la misma suma en obligaciones a tres y diez años, emisión a largo plazo considerada como el verdadero barómetro de la confianza del mercado.

La emisión "llega en un momento cómodo, porque ya se han cubierto tres cuartas parte de las necesidades de financiación y el mercado se ha relajado mucho, entonces no creo que vayan a surgir demasiadas dificultades", augura Alberto Roldán, director del departamento de análisis bursátil de Inverseguros.

"Estas últimas semanas, el comportamiento en las subastas ha sido bueno", opina Marian Fernández, del banco Inversis, que apuesta por "una razonable acogida" a la emisión.

 

España obtuvo en junio una promesa de respaldo de hasta 100.000 millones de euros para su sector bancario, golpeado por el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008.

Pero los inversores y algunos de sus socios europeos presionan para que el gobierno solicite un rescate económico global, que necesariamente implicaría condiciones económicas.

 

Ahora, "la tentación sería no hacer nada", plantea Jean-François Robin, estratega de Natixis.

"Las tasas españolas retornan a niveles bajos, anticipando una intervención del BCE, y Madrid no parece demasiado incitado a pedir formalmente ayuda mientras se mantengan (los intereses) bajos", explica en una nota.

 

El tipo de interés para los bonos españoles a 10 años volvió a pasar el lunes por debajo del 6%.

Según el diario El Pais, el ministro de Economía Luis de Guindos desea un rápido rescate, a diferencia de Rajoy, preocupado por su coste político, que hace todo lo posible por retrasarlo o incluso evitarlo.

 

España vivirá una serie de cruciales acontecimientos en las próximas semanas: el 27 de septiembre se desvelará el proyecto de presupuesto 2013, el 28 se esperan las auditorías del sector bancario y, a más tardar el 30, la agencia Moody's podría ser la primera en rebajar la nota de la deuda soberana dal país a categoría especulativa.

Octubre será también un mes importante: Madrid ocupará buena parte de la reunión del Eurogrupo (ministros de Finanzas de la Eurozona) el 8 y luego de la cumbre europea (18 y 19).

En el horizonte del propio Rajoy hay otra fecha políticamente esencial, el 21 de octubre, cuando se celebran elecciones regionales en Galicia (noroeste) y País Vasco (norte), lo que podría retrasar aún más la demanda de rescate.

 

Pero el gobierno de Madrid está de momento concentrado en un mes de octubre complicado desde el punto de vista financiero. "Todavía hay un problema de liquidez y nos acercamos a las vencimientos de octubre", cuando España tendrá que devolver 30.000 millones en un solo pago, recuerda Marian Fernández.

Tras el anuncio del BCE, "se ha relajado de forma significativa la prima de riesgo y efectivamente el siguiente paso de debería venir desde España" ya que "si no pedimos ningún tipo de asistencia financiera o de rescate, el BCE no intervendrá comprando deuda", explica.

 

De ahí el riesgo de jugar con la paciencia de los mercados: "Es evidente que todos los inversores trabajan con una única expectativa, que es la de un rescate a España. Invertir esta situación ahora mismo sería muy costoso en términos de credibilidad", advierte Alberto Roldán.