Ocho regiones españolas, encabezadas por Andalucía y Canarias, se encuentran entre las diez de la Unión Europea (UE) que sufrieron mayor desempleo en 2011, indicó este miércoles un informe de la oficina de Estadística Eurostat.

Andalucía (sur) fue en 2011 la región europea con más desempleo (30,4%), seguida del archipiélago de Canarias (29,7%), señaló Eurostat.

Es decir que ocho de las 17 comunidades autónomas españolas lideran la lista de desempleo de la UE. Sin embargo, los datos no son sorprendentes ya que España tiene la tasa de paro más alta de los países industrializados, el 24,4% de la población activa, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).

La región francesa de ultramar de la Reunión ocupó el tercer puesto con una tasa de 29,6% de personas en el paro.

En la lista quedaron incluidas además Ceuta (29,3%), Murcia (25,4%), Extremadura (25,1%), Comunidad Valenciana (24,5%), Melilla (24,4%) y Castilla-La Mancha (22,9%). La región griega Dytiki Makedonia (23,2%) completa el listado.

Del otro lado, las regiones austriacas de Salzburgo y Tirol (ambas con 2,5%) y la holandesa de Zeeland (2,7%) son las que registraron el año pasado menor tasa de desempleo de la UE. La lista de las diez primeras con menor índice de paro la completan dos regiones austriacas (en torno al 3%), cuatro alemanas (entre el 2,8 y 3,2%), una italiana (3,3%) y una belga (3,2%).

El Gobierno español prevé una tasa de desempleo muy alta para finales de 2012, del 24,3%, y cuenta con que descienda levemente en 2013 (24,2%).

España volvió a entrar en recesión en el primer trimestre del año, con una caída del 0,3% del Producto Interior Bruto (PIB), apenas dos años después de haber salido de otro periodo recesivo. El ministro de Economía, Luis de Guindos, y el Banco de España indicaron que esperan un descenso aún más marcado en el segundo trimestre del año.

El Gobierno de Mariano Rajoy debe reducir el déficit público al 5,3% del Producto Interior Bruto (PIB) a finales de año, desde el 8,9% con el que terminó 2011, a cambio de grandes sacrificios sociales. El Congreso de los Diputados aprobó el pasado jueves unos presupuestos generales con una austeridad sin precedentes, que prevén ahorrar 27.300 millones de euros.