El congreso los diputados español dio luz verde a los presupuestos generales del Estado para 2012, caracterizados por una austeridad histórica y cuyo objetivo es reducir el déficit público del 8,9% del PIB en 2011 a 5,3% este año.
El gobernante Partido Popular (PP, derecha) hizo valer su mayoría absoluta en la cámara baja para aprobar una serie de enmiendas introducidas por el Senado, con las que quedaron definitivamente aprobados unos presupuestos con los que el gobierno pretende ahorrar 27.300 millones de euros, entre recortes y nuevos impuestos.
El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, aseguró el jueves que estos presupuestos, que se publicaron a finales de marzo, son "una garantía" para cumplir con los objetivos de déficit, para lo cual el gobierno central tendrá que alcanzar un déficit del 3,5%, las regiones del 1,5% y los municipios del 0,3%.
"El desafío de estos presupuestos es recuperar la confianza de los socios europeos en España, recuperar la confianza de los inversores", había asegurado Montoro en abril pasado, al presentar los presupuestos al parlamento.
La carrera por cumplir con el déficit, cuando el país entró en recesión en el primer trimestre del año, fue lo que llevó al gobierno a aprobar los presupuestos más austeros de la historia reciente de España, que prevén, entre otras medidas, subidas del impuesto sobre la renta, del impuesto sobre sociedades y de los impuestos sobre el tabaco.
Los presupuestos de los ministerios serán reducidos un 16,9% de media, siendo el más perjudicado el ministerio de Asuntos Exteriores, que vio su presupuesto recortado en más de un 54%.
Con estos recortes de los ministerios, el gobierno espera ahorrar, junto a otras medidas, unos 13.400 millones de euros.
La mayoría de los analistas coinciden sin embargo en la necesidad de que España ajuste sus cuentas en unos 50.000 millones de euros, teniendo en cuenta la recesión que este año debería hacer caer el PIB un 1,7%.
El resto del esfuerzo tendrá así que provenir sobre todo de las regiones y de los municipios, cuya salud es muy frágil desde el estallido de la burbuja inmobiliaria en 2008.
Las 17 comunidades autónomas ya presentaron planes de austeridad para ahorrar 18.000 millones de euros en 2012.
A ello se añade un plan de recorte aprobado por el gobierno central en sanidad y educación, con el fin de generar un ahorro de 10.000 millones de euros por año, que deberá ser aplicado por las regiones.