El entrenador brasileño Luiz Felipe Scolari y varios jugadores de su 'seleçao' manifestaron el apoyo a cualquier "manifestación pacífica" por un "Brasil mejor", en medio de las gigantescas protestas contra los gastos multimillonarios para el Mundial-2014.
"La selección es del pueblo, somos del pueblo", aseguró Scolari, que desde que asumió la selección a finales del año pasado, busca reconquistar la confianza de su hinchada, perdida en el mal desempeño del equipo.
El equipo auriverde se encuentra concentrado en Fortaleza (noreste), donde prepara su partido del miércoles contra México por la segunda fecha del Grupo A de la Copa FIFA Confederaciones.
"Es común y normal en una democracia que se acepten las demostraciones y que situaciones sean recibidas y percibidas por nuestro gobierno o las personas involucradas. Esperemos que continúen pacíficas, democráticas y normales. Es lo que queremos", comentó el entrenador en una rueda de prensa.
Más de 250.000 personas desfilaron el lunes por una decena de ciudades brasileñas a un año del Mundial, y mientras se celebra en el país su ensayo general, la Copa Confederaciones, hasta el 30 de junio, dos eventos en los cuales el gobierno gastará en total 15.000 millones de dólares.
Las manifestaciones reclaman el gasto desproporcionado para organizar los eventos en un país con servicios públicos deficientes, en especial salud, educación y transporte.
La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, afirmó el martes que las voces de la calle deben ser escuchadas y que éstas piden el fin de la corrupción.
Por su parte, el presidente de la FIFA, Joseph Blatter, en Brasil para la Copa, dijo que el fútbol es "más fuerte que la insatisfacción de la gente", según publicó el martes el diario O Estado de S. Paulo.
Y el presidente de la Confederación Brasileña de Fútbol, Jose Maria Marin, dijo a la prensa en Sao Paulo que "nuestro trabajo es dentro del estadio. Ahí no tengo dudas que no habrá problemas. (...) Fuera del estadio no nos corresponde (CBF)".
Marin no ve objeciones en las declaraciones de los jugadores sobre las manifestaciones.
"La CBF se preocupa del jugador en la parte deportiva. Pero la libertad de expresión existe. Les damos la libertad, no existe, no existirá censura".
"Orden y progreso"
La primera declaración fue del lateral Daniel Alves, del FC Barcelona, quien en su cuenta en la red social Instagram publicó una foto con la imagen de un ojo gigante con los colores amarillo y verde, y el lema de la bandera nacional: orden y progreso, acompañado de la siguiente leyenda:
"Orden y progreso" sin violencia por un Brasil mejor por un Brasil en paz por un Brasil educado por un Brasil saludable por un Brasil honesto por un Brasil feliz".
Poco después, antes del entrenamiento del martes, el zaguero David Luiz (Chelsea) y el delantero Hulk (Zenith) también se pronunciaron a favor de las manifestaciones.
"Lógico que por venir de abajo y estar ahora en una buena posición vemos esas manifestaciones y sabemos que tienen toda la razón ahí, que lo que hablan y dicen tiene total sentido", dijo Hulk, atacante del Zenith ruso.
"Soy un brasileño que vive fuera, pero que ama su país. Estoy a favor de una manifestación pacífica. Los ciudadanos tienen derechos, solo basta los brasileños estar unidos y manifestar por aquello que tiene que mejorar", indicó por su parte el zaguero David Luiz del Chelsea.
"Espero que podamos llegar a un consenso y que en el futuro tengamos un Brasil mejor", añadió.
'Felipao' aplaudió "la personalidad" de sus jugadores al expresar estas opiniones y aseguró que ninguno es censurado.
"Mis jugadores tienen libertad de opinar sobre cualquier asunto, asumiendo su responsabilidad (...). Creo que estas expresiones normales de nuestros atletas son interesantes porque también parece que esta alineación impuesta a nuestros jugadores está dejando de existir", explicó el DT.
Sin interferencia
"Creo que estamos dando a la gente aquello que más esperan de nosotros, que el equipo vaya creciendo y pueda representar a Brasil", añadió.
La mayoría de los miles de brasileños que colmaron las calles en las mayores manifestaciones de Brasil en los últimos 20 años son jóvenes, que serían los más atraídos por un espectáculo como el Mundial en un país apasionado por el fútbol.
El entrenador sí aclaró que las manifestaciones no interferirán en su preparación para disputar la Copa Confederaciones, que termina el 30 de junio en Rio de Janeiro.
Después de México, Brasil enfrenta a Italia por el Grupo A.
"Nosotros apenas tenemos que hacer nuestro trabajo, podemos ver, asistir, tener opiniones, pero no interfiere en nuestro trabajo", lanzó./AFP