El gobierno de Estados Unidos sigue comprometido con el proceso de paz entre Colombia y la guerrilla de las FARC, y hará todo lo que esté a su alcance para que la iniciativa tenga éxito, dijo este martes el secretario de Estado, John Kerry.
Estados Unidos "hará todo lo que pueda para ayudar a los colombianos a alcanzar la paz", dijo Kerry durante un discurso en el Departamento de Estado y en referencia a las negociaciones de paz que se desarrollan en Cuba.
El gobierno colombiano pasó a ser presionado el lunes por opositores a ese diálogo, que ambas partes decidieron mantener pese a un ataque de las FARC el 15 de abril en la región del Cauca que dejó 11 militares muertos.
Después del ataque, las FARC anunciaron que mantendrían el "cese unilateral al fuego y a las hostilidades por tiempo indefinido" mientras no sean "objeto de asedio permanente de las tropas", mientras que Santos ordenó reanudar los bombardeos aéreos contra las posiciones de la guerrilla que había suspendido el 10 de marzo.
"Como hemos visto en los días recientes, el esfuerzo para establecer una paz duradera no es fácil", dijo Kerry.
De acuerdo con el jefe de la diplomacia estadounidense, Santos ha considerado "prioritario negociar una solución pacífica al conflicto, y Estados Unidos apoya plenamente ese esfuerzo".
El presidente, Barack Obama, incluso nombró al enviado especial Bernard Aronson "para ayudar a acompañar de cerca esas conversaciones", dijo.
Kerry recordó que cuando integraba la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado hace dos décadas, las discusiones sobre el llamado "Plan Colombia" se realizaban sin tener una idea clara del resultado.
"Y miren ahora el resultado, gracias a los propios colombianos, que tomaron la decisión de que querían recuperar su futuro", expresó en referencia a los avances en las negociaciones.
Colombia "es un país en movimiento, ha recorrido una enorme distancia en las últimas décadas", recordó.
Representantes del gobierno colombiano y de las FARC llevan adelante desde noviembre del 2012 en La Habana conversaciones para poner fin a medio siglo de violencia, en un proceso que tiene el apoyo explícito de toda la región.
Internamente, sin embargo, Santos se tornó el centro de críticas por decidir mantener abiertos los canales de diálogo a pesar del ataque de la semana pasada. El presidente fue abucheado en el lunes en Medellín, donde fue a reunirse con empresarios.