Lunes, 6 de Junio de 2016
En 13 minutos Millonarios logró lo que parecía imposible: marcarle 4 goles a Junior, pero cuando lo tuvo al borde del nocaut con dos Mangazos de Escobar, uno de Rangel y otro de Henao, le entregó el balón al rival y le permitió revivir.
El de ayer en El Campín por cuartos de final de la Liga Águila fue atípico. Contra todo lo que se esperaba, los Tiburones, que llegaron con ventaja de 2 anotaciones, a pesar de los apuros que pasaban, se fueron arriba en el marcador a través de Aguirre, al minuto 28, y estuvieron cerca de aumentar la cuenta.
Y no era porque Millonarios jugara mal o porque no hiciera lo necesario para llegar al gol, sino porque cuando no era Viera el que lo impedía, era la falta de puntería de los artilleros azules o porque aparecía una pierna salvadora para auxiliar al portero uruguayo.
El 3-0 y lo que ocurría en el gramado de El Campín parecía indicar que la suerte estaba echada a favor del visitante, que se defendía como podía e intentaba sorprender a la zaga rival.
Esa extraña sensación se vivió hasta el minuto 45 cuando los equipos se fueron al vestuario, pero la angustia de los aficionados celestes se incrementó cuando los protagonistas retornaron a la cancha porque el visitante tomó la iniciativa, intentó aumentar la cuenta y fue cuando Vikonis tuvo que emplearse a fondo para evitar que la cuenta fuera mayor.
Pero llegó el minuto 58 y se empezó a escribir una nueva historia. Manga Escobar dijo presente y en lo suyo, la individual, señaló el descuento con un golazo, con remate cruzado lejos del alcance del Ángel Viera.
De ahí en adelante se vino una faena heroica. El mismo Escobar se encargó de pegarle otro Mangazo a Junior, pero la tarea todavía no estaba completa porque Junior seguía arriba en la cuenta 3-2.
Entonces apareció Rangel para recordar que él era el goleador del equipo y señaló el 3-1 con lo que igualaba la serie en este partido de 180 minutos y en el que el Junior, como el pasado 21 de abril, ganó el primer tiempo y Millonarios remontó en el segundo.
Todavía faltaba más. Una falta del defensa Arias contra Rangel fue sancionada y al cobro desde los 12 pasos fue Henao quien con un potente zurdazo venció a Viera y el estadio parecía que se iba a caer. El 4-1 le daba la clasificación directa a los azules a la semifinal, para enfrentar a Nacional.
Pero como en el fútbol los errores se pagan caros y más cuando hay una seguidilla, lo que parecía una remontada épica para una clasificación segura, se tornó drama.
El primer yerro fue del técnico Rubén Israel, que como lo hizo en Barranquilla, tomó una decisión equivocada al sacar de la cancha, cuando faltaban 18 minutos para que terminara el partido, a la gran figura, al hombre que desequilibraba, que mantenía ocupada a la defensa rival, que le impedía al lateral derecho irse al ataque y al que con una genialidad pudo aumentar la cuenta: Manga Escobar.
También sacó a Estrada para reforzar la marca, con lo que Junior se le fue encima a los azules, así fuera a los trancazos y en un pestañeo de la defensa, Vladimir Hernández señaló el 4-2 con lo que fue necesaria la definición desde los 12 pasos. Y Millonarios falló.
Por Junior acertaron Hernández, Arias, Narváez y Tolosa, falló Ovelar, mientas que por los locales marcaron Henao y Carrascal. Viera se lució ante Silva y Rangel.
Con ello Junior clasificó a la semifinal y Millonarios se quedó en el camino, pero hay que reconocerle que cayó luchando, que no se doblegó ante la adversidad y que el 2-0 inicial más el gol en El Campín, antes que amilanarlo, lo revitalizó y tuvo fuerzas para irse arriba en la serie hasta cuando los errores aparecieron desde el banco técnico y en la cancha al darle espacio a un hombre que no se podía.
La directiva tendrá que tomar decisiones porque este es un nuevo fracaso que suma, pero es claro que hay una muy buena fase y jugadores que sienten la camiseta.
Por los lados de los Tiburones, el técnico Mendoza tendrá que revisar el funcionamiento de su defensa y de la primera línea de volantes porque si sacó un triunfo en Barranquilla y en Bogotá la cuenta no fue mucho más amplia, fue precisamente porque tiene un gran arquero, solo que eso no siempre es suficiente.
La otra llave
Bogotá se quedó sin semifinalista porque en El Campín, Cortuluá eliminó al Santa Fe con el empate 1-1, luego de la victoria en casa 2-1 del miércoles.
Por su parte, el Medellín sí hizo la tarea, derrotó 2-0 a Cali ayer en el Atanasio Girardot y avanzó.
Mientras Junior enfrentará el miércoles a Nacional, Medellín lo hará frente a Cortuluá.
El Poderoso, ayer hizo respetar su casa y ante unos 35 mil espectadores celebró su paso a la siguiente ronda de la Liga Águila, luego de perder en la visita a Palmaseca 2-1.
Hernán Hechalar abrió el marcador y empató la serie. Al minuto 14 definió y de media vuelta ante la portería de Hernández celebró el primero.
A los 63 minutos y de cabeza, Mao Molina selló la clasificación de Medellín luego de un gran pase de Hernán Hechalar.
Muy emotiva resultó la ronda de cuartos de final del rentado profesional, con partidos dramáticos y unas definiciones mucho más reñidas de lo esperado, pero un pobre balance para Bogotá que tenía dos equipos y los dos salieron.
Vendrán días para recapacitar. Ya el presidente de Santa Fe anunció tres contrataciones y dijo que vendrán más noticias. Toca esperar las de Millonarios.