Los naranja se impusieron 2-1 en el Parque Estadio.
Pese a no jugar bien, Millonarios logró obtener un resultado manejable de cara a sus aspiraciones de avanzar en la Liga Postobón, frente al Envigado.
El cuadro Naranja se impuso ayer 2-1 a los celestes, con goles de John Triciclito Córdoba y el veterano Neider Morantes. El lateral Lewis Ochoa, convirtió el descuento, en un partido en el que el visitante se expuso a una goleada, cometió errores y al final reaccionó.
Era claro que para controlar los ímpetus del Envigado era necesario no permitir que Morantes tuviera en balón en sus pies y se falló en la marca, en el anticipo, se le dieron espacios para que organizara a su equipo y pusiera a jugar a sus delanteros, quienes fácilmente vulneraron la defensa azul.
Fue un primer tiempo para olvidar para Millonarios, en el que hasta el técnico Richard Páez se equivocó al poner a jugar a Wilson Carpintero como lateral-volante por derecha, a sabiendas de que no conoce esa posición, que así se sacrifique y trate de contribuir a la marca, le cuesta y que no es un hombre para levantar centros, sino para cabecear.
Tampoco funcionó el creativo, Mayer Candelo, y Toloza parece andar en otro planeta, alejado del arco, equivocado en la definición, queriendo lucirse cuando debe rematar a puerta y sin volantes que llegue a acompañar, a no ser Robayo, quien se desordena y olvida que debe ayudarle a Ortiz en la marca.
Y como todas las veces Ramos no puede ser el súper héroe, esta vez vio caer dos veces su valla ante la pasividad de su sector medular y defensivo, con un gran trabajo de todo el conjunto local, pero siempre guiado por el talento de Morantes.
Para la segunda mitad, Páez quiso corregir pero volvió a equivocarse al enviar a la cancha a Preciado, quien no pesó, no aportó, al punto que después fue relevado por Bocanegra.
El cambio que sí le funcionó al técnico Páez fue el de sacar a Martínez, poner a Mosquera como lateral izquierdo y enviar a la cancha a Erick Moreno, porque aunque no marcó, si le dio mayor movimiento al ataque, entretuvo más a la defensa adversaria, a parte de que los laterales, en este caso Mosquera y Ochoa, tuvieron más proyección, hubo mayor volumen de ataque y se llegó al descuento.
Envigado, con el correr de los minutos perdió ímpetu, bajó la presión sobre el arco defendido por Ramos y no aprovechó los espacios que le brindó el rival, porque aunque se vio una reacción de Millonarios, fue evidente que siguió desordenado en defensa y en medio campo y que era atacable.
Para los celestes, no es malo el resultado. No es el ideal, pero la estrecha diferencia le permite pensar en remontar en la vuelta en Bogotá, el jueves, y avanzar a semifinales de la Liga Postobón.
No será fácil porque Envigado es un equipo que sabe defenderse, que enreda y tiene un jugador desequilibrante, como no lo tiene Millonarios, o por lo menos, Candelo no demostró ayer serlo.
Un 2-0, o lo que es peor, de acuerdo con lo que se vio en el gramado del Parque estadio, un marcador más abultado, hubiera sido catastrófico para las aspiraciones del 13 veces campeón. Ahora solo hay que esperar que elementos como Candelo, preciado, Franco y sobre todo Toloza, recuperen su nivel y si no es así, por lo menos que vuelvan a parecer esas ganas que llevaron al equipo a ganar partidos.
Millonarios no ha sido un dechado de virtudes, sino un equipo de obreros y tal vez la mejoría que se notó ayer, fue producto de esas ganas que algunos hombres, como Robayo, Ochoa, Ortiz, se debió a ello y no a las variantes tácticas del técnico Páez.
El estratega venezolano tiene tiempo para analizar, corregir y sobre todo, motivar a sus jugadores para que si no recuperan su nivel, por lo menos metan ganas y que Toloza se olvide de los lujos cuando esté en el área y piense en asegurar el remate al arco.