Dejando de lado las prevenciones que Hugo Chávez como mandatario y su gobierno despiertan en un amplio sector de la población colombiana, el desarrollo de los comicios el pasado domingo deja varias lecciones positivas para nuestro país en materia electoral.
Una mirada en este sentido resulta aún más pertinente en este momento en que el Congreso se apresta a iniciar el debate de un proyecto de origen gubernamental de reforma al vetusto Código Electoral, el cual data de 1985.
Desde este punto de vista luce la ocasión para que el país actualice su Código Electoral teniendo en cuenta que la normatividad existente está dispersa y es necesario sintonizarla en varios aspectos con la Reforma Política de 2009, que ‘ajustó las tuercas’ en materia de los avales y la responsabilidad que tienen sobre el particular los partidos políticos y los candidatos.
Sin embargo, si bien un nuevo Código Electoral es necesario para establecer unas reglas de juego más claras para las elecciones venideras, el mismo por sí solo no es la panacea para resolver viejos problemas que tiene el país como la alta abstención en los diferentes comicios y la alta incidencia de los delitos electorales.
Abstención
Independiente del fenómeno político que significó la tercera elección en serie de Hugo Chávez como presidente, el número de votantes es el hecho más importante de la jornada del pasado domingo, pues votaron cerca de 15 millones de ciudadanos de los 19 millones habilitados para sufragar, para una participación del 80,94%, cifra récord no solo en Venezuela sino en la región.
Analistas han justificado la alta participación argumentando que se trató de un hecho coyuntural por el grado de polarización que existe en ese país en torno al gobierno de Chávez, pues sus seguidores sintieron la amenaza de la derrota, mientras la oposición encarnada en Henrique Capriles convocó al electorado como la oportunidad histórica de dar un nuevo rumbo a Venezuela, lo que al final se tradujo en que unos y otros acudieran a sufragar.
Sin embargo, históricamente la abstención en Venezuela no ha sido tan marcada como sí en Colombia.
Entre la década de los años 50 y principios de los 70, la abstención era de apenas el 5%, la cual empezó a crecer tras la llegada de Chávez al poder. En los comicios del año 2000 la abstención fue del 43,7%, en el año 2006 llegó al 25,3%, en tanto que se presentó una cifra récord en las parlamentarias del año 2005, con una abstención del 75%, mientras que en las parlamentarias de 2010, bajó al 34%.
La alta abstención en ese país en los últimos años se ha explicado por una oposición que estaba desarticulada y desanimada frente a la figura omnipresente de Chávez, tendencia que se revirtió al encontrar ahora en Capriles una esperanza de triunfo.
En consecuencia se espera que tras lo visto el pasado fin de semana en adelante se mantenga la alta participación en las urnas en Venezuela.
En cambio en Colombia la abstención ha sido uno de los principales problemas históricamente de nuestra democracia. En la primera vuelta de las elecciones presidenciales de 2010, la abstención fue del 51%, en tanto que en 2006, Álvaro Uribe fue reelegido en medio de una abstención del 55%. En las elecciones de 1994, cuando Ernesto Samper fue elegido presidente, la abstención fue del 66%.
Voto electrónico
Venezuela cuenta con 14 años de experiencia en voto electrónico; pasó del voto manual a tecnología de escáner óptico (1998) y luego a la tecnología de última generación de máquinas con comprobante impreso del voto, convirtiéndose en el año 2004 en el primer país en realizar una elección nacional con máquinas que imprimían comprobante del voto.
Un estudio realizado por la firma Datanálisis (previo a las presidenciales del 7 de octubre) revela que para nueve de cada diez venezolanos (91,10% de los consultados) es “fácil” o “muy fácil” ejercer el voto a través de las máquinas de votación de Smartmatic (con pantalla sensible al tacto y comprobante impreso del voto).
Según la encuestadora -en las principales ciudades de Venezuela- el 55,6% de los entrevistados considera que es “muy fácil” la práctica del sufragio electrónico, mientras que 35,5% cree que es “fácil” el uso de los equipos.
Estos resultados dan muestra de la penetración del voto electrónico en la nación latinoamericana y refutan algunos argumentos relacionados con la resistencia a la tecnología, de hecho, 67,4% considera que los resultados proporcionados por los equipos automatizados son confiables.
En tanto, en Colombia la implantación del voto electrónico está aprobada desde hace varios años pero hasta la fecha no ha contado con los recursos necesarios para materializarla.
En 2006, el Procurador General, Edgardo Maya Villazón, le pidió a la Registradora Nacional de ese entonces, Almabeatriz Rengifo, la implementación del voto electrónico para las elecciones de ese año con el fin de evitar los fraudes.
La Reforma Políticade 2009 ordenó la implementación del voto electrónico para los comicios parlamentarios y presidenciales de 2014, sin embargo, este proceso avanza con lentitud y no hay claridad si se pueda cumplir esta meta.
Durante lo corrido de ese año ha venido trabajando una comisión para la implementación del voto electrónico, integrada por la Registraduría Nacional, el Consejo Nacional Electoral y el Gobierno nacional, la cual está por entregar el estudio final en cuanto al sistema que se debe adoptar.
Sin embargo, ya este proceso sufrió un traspié porque se había dispuesto una prueba piloto en las pasadas consultas de partidos, en cuanto a los distintos sistemas que proveedores han presentado a consideración, sin embargo, por falta de recursos este hecho se frustró así como la identificación biométrica (identificación electrónica de la huella).
Por el momento en Colombia sigue operando para el registro del voto un sistema basado en el papel y contabilizado de forma manual, lo que facilita el fraude a pesar de los controles establecidos por la organización electoral.
Horario
La jornada electoral del pasado domingo en Venezuela se extendió hasta las seis de la tarde, sin embargo, las urnas estuvieron abiertas hasta las 8 de la noche, pues la ley en ese país establece que se debe atender hasta el último votante.
Este sistema fue efectivo para lograr soportar la masiva llegada de los venezolanos a las máquinas de votación, que presentó sus dificultades en algunas zonas rurales, pues la gente se sometió hasta a pasar ríos crecidos para poder ejercer su derecho.
Incluso, en Caracas se presentaron quejas de seguidores de Capriles, quienes denunciaron una supuesta operación tortuga de los jurados para que se cansaran de hacer fila y se marcharan sin votar o, en otros casos, por supuestos daños en las máquinas para sufragar.
Al final todo el mundo pudo votar gracias al ‘horario extendido’, que de lo contrario habría sido un punto en contra de la transparencia de la jornada.
Como se sabe, en Colombia el horario tradicional de las elecciones (8 a.m. hasta las 4 p.m.) se ha mantenido invariable, tal vez a raíz de que es un horario cómodo para la gente y suficiente para la organización electoral.
Sin embargo, qué pasaría si en nuestro país se presentara una cifra récord de participación como en Venezuela, más teniendo en cuenta que aquí las urnas se cierran a las 4 p.m. haya o no ciudadanos esperando sufragar.
Otros puntos para observar
. Para poder aspirar a ser miembro del Consejo Electoral de Venezuela no se puede tener vínculos con partidos políticos. En Colombia son los partidos los que postulan a los magistrados del Consejo Nacional Electoral.
. En Colombia se conocen más rápido los resultados de los comicios y se entregan parciales de forma periódica. En el hermano país se espera para dar el primer resultado parcial cuando ya se tiene más del 90% de la votación contabilizada.