Un gobierno que no quiera implementar el Acuerdo de Paz, tiene muchas maneras de poner el freno de mano al mismo, dijo el comisionado de Paz, Sergio Jaramillo, quien luego de 4 años de proceso de paz, deja el cargo con deber cumplido pero, con la preocupación de que hace falta el proceso de reincorporación, sin duda uno de los temas más importantes.
EL NUEVO SIGLO: ¿Pueden confiar los colombianos en que las Farc van a cumplir?
SERGIO JARAMILLO: Evidentemente un acuerdo es para cumplirlo, el Gobierno tiene que cumplir y las Farc también. Hasta ahora en el cese, el desarme y el tránsito a la legalidad -es decir, la acreditación individual de cada miembro sobre la base de la certificación de ONU de que dejó las armas, y de la firma de un acta de compromiso de no volver a retomarlas y de cumplir el Acuerdo- las Farc han cumplido en todo. Eso lo tenemos que reconocer y esperemos que sigan así.
ENS: ¿Desde su yo interno, una reflexión sobre por qué buscar la paz y acabar con una guerra de cinco décadas ha sido tan difícil y dividió al país?
SJ: Porque los regímenes democráticos son los que más dificultades tienen para resolver un conflicto interno, justamente porque la solución del conflicto y la paz están en centro del debate político. Eso es lo que pasa en Israel y lo que pasó en Irlanda del Norte y en Suráfrica. El problema colombiano, como alguna vez lo dije, es que los intereses políticos tienden a derrotar la paz. El interés por hacerse al poder es siempre mayor que el interés por terminar la guerra y construir la paz.
“Pero un gobierno que no quiera implementarlo tiene muchas maneras de hacerlo, muchas maneras de ponerle el freno de mano a la implementación”
ENS: ¿Ve un riesgo real de que un próximo gobierno haga trizas el acuerdo?
SJ: El acuerdo contiene muchas garantías de orden jurídico y presupuestal. Pero un gobierno que no quiera implementarlo tiene muchas maneras de hacerlo, muchas maneras de ponerle el freno de mano a la implementación. Basta con que nombre un ministro de agricultura que no tenga interés en el desarrollo rural o en la agricultura familiar. O que simplemente no asigne las partidas presupuestales a las que obliga el Plan Marco de Implementación. Por eso no hay que decirse mentiras: el futuro del proceso depende de quién sea elegido en el 2018.
ENS: ¿De todo este proceso de paz qué fue lo más complicado?
SJ: Todo fue complicado, nada fue fácil. La fase secreta fue supremamente intensa, de ella salió el Acuerdo General que fue nuestra hoja de ruta: nos fijó el mapa y el límite claro de lo que íbamos a hacer y de lo que no ibamos a hacer. Lograrlo fue muy difícil. Pero todo fue complejo. Casi no llegamos a un acuerdo sobre vícitmas, nos tomó un año y medio.
ENS: ¿Otro asunto complejo fue y es la polarización frente al acuerdo?
SJ: Uno lo puede ver de dos maneras: lamentar que semejante hecho tan importante para el país, como que las Farc dejen las armas, se haya visto opacado por la discusión política, por la polarización política, que finalmente es una discusión de Bogotá y de Medellín y de los medios, pero que no refleja la realidad en los territorios. Que es la otra manera de verlo: que ya la gente está viendo los cambios que trae el fin del conflicto -mire el número de turistas, o el incremento en el precio de la tierra- y comienza a entender que la paz es real, más allá de la discusión política. Por eso están apareciendo procesos de diálogo reconciliación en los territorios, algunos de manera natural, otros impulsados por mi oficina o por la ONU.
ENS: Vamos al tema de las víctimas ¿En las 16 curules especiales de paz están ellas representadas?
SJ: En el acuerdo de La Habana quedó claro que las organizaciones de víctimas podían presentar candidatos a las jurisdicciones. Luego, en el debate en el Senado, se acordó que uno de los dos nombres que conforman cada lista debe ser de una víctima. Yo estoy convencido de que las organizaciones de víctimas en lugares tan martirizados como el Urabá, el Putumayo o los Montes de María van a jugar un papel muy importante en esas jurisdicciones.
ENS: ¿Sin embargo después de aprobado el proyecto, algunas víctimas expresaron que no están representadas?
SJ: Como le dije, la lógica de las jurisdicciones es territorial, no son grupos poblacionales. Pero si usted piensa en los municipios que se escogieron y recuerda que se escogieron porque son los más golpeados or el conflicto, es fácil imaginar que habrá una importante representación de vícitmas, precisamente porque tienen la mayor cantidad de víctimas.
ENS: Hace algunos días el senador Carlos Fernando Galán denunció que en la reglamentación de la JEP se hacía una reducción adicional a quienes cuenten la verdad. Dijo, incluso, que era un ‘mico’ ¿Qué opina?
SJ: Al Acuerdo no se le puede meter la mano, ni para un lado ni para el otro. Y el Acuerdo dice que las sanciones propias serán de hasta 8 años, sin ninguna gradualidad. Ya una sanción de 5 a 8 años es suficientemente corta. No hay justificación alguna para cambiar el Acuerdo.
ENS: Los militares se quejaban por el tratamiento judicial que recibirán los encausados penalmente ¿Cómo quedan ellos en la JEP?
SJ: Recuerde que siempre dijimos que los temas de las Fuerzas Militares no se discutían en La Habana, sino en Colombia y en el Congreso de la República. El Ministerio de Defensa está al frente de ese tema.
ENS: ¿Entonces, no deben temer frente a los magistrados que hagan parte de la JEP?
SJ: Los militares deben estar tranquilos porque se hizo un esfuerzo muy grande para que las instituciones más reputadas, que no tienen intereses políticos, que no tienen intereses clientelistas, que no tienen otro interés sino el de ayudar a seleccionar a los mejores jueces, designaran unos representantes, que son las personas que están en el Comité de Escogencia para elegir a los mejores magistrados.
ENS: ¿Está, entonces, blindado ese proceso de selección de los magistrados?
SJ: No creo que en Colombia haya habido un proceso más serio de selección. De nuevo, se trata de los delegados del Secretario General de las Naciones Unidas, de nuestra propia Corte Suprema de Justicia, de la Corte Europea de Derechos Humanos, de las universidades y del principal instituto de justicia transicional, el ICTJ de Nueva York. Para elegir a un magistrado tiene que estar de acuerdo 4 de 5 delegados, es decir, es casi por consenso, todos responden por todo. Y todas estas organizaciones, excepto la Corte Europea, tienen representaciones en Colombia que tienen mucha información. No son unos ingenuos, sabrán escoger bien, de la mano de nuestra propia Corte Suprema de Justicia.
ENS: ¿Pero desde la oposición se dice que son de izquierda?
SJ: Esa es una acusación absurda. Primero por las organizaciones que representan. Y segundo por lo que son. Diego García Sayán, por ejemplo, fue Ministro de Justicia y luego Ministro de Relaciones Exteriores del Perú. Es un hombre supremamente competente, la división izquierda/ derecha es irrelevante, lo que cuenta es la independencia y el profesionalismo.
ENS: A punto de acabar su vigencia el 15 de agosto ¿cuál es su balance sobre las zonas veredales de concentración?
SJ: Aprovecho esa pregunta para resaltar el éxito que ha sido el Cese al Fuego Bilateral y Definitivo, y el proceso de desarme de las Farc. Lo reto a que busque un cese que haya tenido menos incidentes. Hay que reconocerle a las Farc su buen comportamiento, y hay que reconocer el extraordinario profesionalismo de nuestras Fuerzas Militares y de la Policía Nacional. Prácticamente no hubo incidentes, apenas uno o dos. Le debemos mucho a nuestros soldados y policías, en la guerra por supuesto, pero también ahora en la paz.
Por otra parte, el desarme de las Farc que duró un poco más de 6 meses. ¿Quién se hubiera imaginado eso? ¿Quién se imaginó que eso iba a ocurrir? Busque otro ejemplo de una guerrilla de ese tamaño, luego de un conflicto tan largo, que se haya desarmado con esa velocidad. Realmente todo salió muy bien.
ENS: ¿Qué va pasar ahora con las zonas veredales?
SJ: Lo que va ocurrir es que luego de un esfuerzo tan grande para construir estas infraestructuras vamos a convertirlas en lo que hemos llamado Espacios Territoriales de Capacitación y Reincorporación para preparar a las Farc en su reincorporación a la vida civil y también para atender las necesidades de las comunidades que viven en zonas aledañas. Así podemos poner en marcha un proceso de reincorporación comunitaria que se basa en las comunidades y beneficia a las comunidades. Y así también ponemos en marcha un modelo de convivencia, para mantener equilibrios y asegurar no solamente las Farc, sino las comunidades vean los beneficios de la paz.
ENS: ¿Qué sensación le dejó finalmente todo ese proceso?
SJ: Cumplimos con la tarea que nos puso el Presidente: llegar a un acuerdo para terminar el conflicto y luego asegurar que se surtiera debidamente el proceso de desarme y de tránsito a la vida civil de las Farc. Me queda la preocupación por su reincorporación, creo que es la tarea pendiente más urgente. Necesitamos que todo el mundo en las regiones se meta: empresarios, ongs, iglesias, universidades, todos deben apoyar la reincoporación de las Farc si queremos asegurar el éxito del proceso.
ENS: ¿Al dejar el cargo, cómo deja el tema de la implementación del acuerdo de paz?
SJ: Como le dije, creo que lo que le correspondió a la Oficina se cumplió.
ENS: ¿Por qué se va cuando el acuerdo entra en la etapa crucial de la implementación de la paz territorial?
SJ: Precisamente porque lo que le correspondía a la Oficina del Comisionado de Paz se cumplió. Lo que sigue es de otras instituciones.
ENS: ¿Se ve más adelante en política?
SJ: No.
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