Los restos óseos de víctimas de la masacre de Pueblo Bello, en Turbo, Antioquia, serán entregados el sábado a 6 familias, de acuerdo con un comunicado de la Comisión Colombiana de Juristas (CCJ).
Según la misma fuente, el 14 de enero de 1990 en horas de la noche, aproximadamente 60 paramilitares del grupo Los Tangueros, al mando de Fidel Castaño, ingresaron al corregimiento de Pueblo Bello y por la fuerza sacaron varios habitantes del pueblo.
Los Tangueros ubicaron a las víctimas en la plaza principal y las forzaron a acostarse boca abajo, tras lo cual seleccionaron a 43 campesinos, entre ellos tres menores de edad, a quienes amordazaron y se los llevaron, sin que se les haya vuelto a ver con vida.
Según señalan algunas versiones, los 43 campesinos fueron llevados a la finca Santa Mónica, en Córdoba, donde los esperaba Castaño.
Señalan que allí fueron interrogados y brutalmente torturados.
Según se indica en la Sentencia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos, “en la mañana del 15 de enero de 1990 varios familiares de las personas secuestradas se dirigieron a la base militar de San Pedro de Urabá con el fin de obtener información sobre el paradero de los desaparecidos. En la base fueron recibidos por el teniente Fabio Enrique Rincón Pulido, quien les indicó que los camiones que transportaban a las personas retenidas en Pueblo Bello no habían pasado por el retén militar y mencionó que los pobladores de Pueblo Bello cambiaron gente por ganado”.
De acuerdo con los testimonios aportados por los familiares ante la Corte, el teniente Rincón se refería a un ganado, propiedad de Castaño, que había sido robado por la guerrilla en diciembre de 1989, justo en las afueras del corregimiento.
En venganza, según cuentan los familiares, Castaño habría dicho que por cada cabeza de ganado robado, se llevaría una persona.
Cuatro meses después de su desaparición, retroescavadoras ingresaron a la finca Las Tangas y removieron tierra y cuerpos sin ningún acompañamiento forense.
Estos restos fueron llevados al Hospital de San Pedro de Urabá donde fueron llamados los familiares a identificar a los desaparecidos. 23 años despúes se entregarán 6 de los 7 restos identificados con pruebas de ADN a sus familias. Quedan muchas preguntas por resolver.