El tope de 80 demandas diarias de asilo establecido por Austria para frenar el flujo migratorio entró en vigor este viernes, pese a las críticas de la Comisión Europea.
Desde la medianoche, sólo 80 personas podrán pedir cada día asilo en este país. Además, el gobierno ha limitado a 3.200 el número diario de personas que pueden transitar por Austria para solicitar asilo en un país vecino.
Una vez alcanzadas las cuotas, "las fronteras serán cerradas", dijo a la AFP el portavoz de la policía Fritz Grundnig.
Las medidas adoptadas por Viena fueron enérgicamente criticadas por el comisario europeo de Migración, Dimitris Avramopoulos.
El funcionario europeo consideró que "tal política sería llanamente incompatible con las obligaciones de Austria bajo la ley europea e internacional", en una carta dirigida a la ministra austríaca del Interior, Johanna Mikl-Leitner.
El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, también criticó la decisión.
"Debo decir que no me gusta esta decisión; estamos viendo si entra dentro de la legislación europea, y tendremos una discusión amigable", dijo Juncker a la prensa el jueves.
Sin embargo, el canciller austríaco, Werner Faymann, rechazó las críticas.
"No se levantará la decisión", aseveró el jueves, durante la cumbre de la UE que se celebra en Bruselas.
Austria, uno de los principales países de tránsito para los refugiados e inmigrantes, pretende limitar a 37.500 el techo de nuevos solicitantes de asilo en 2016, tras haber recibido 90.000 pedidos en 2015.