El ex primer ministro italiano y magnate de las comunicaciones Silvio Berlusconi fue condenado a 4 años de cárcel por fraude fiscal en la adquisición de derechos televisivos para su imperio audiovisual Mediaset, una sentencia ejemplar que fue reducida a un año gracias a una amnistía pero que provocó revuelo en la península y que fue calificada por “Il Caveliere” como un intolerante ensañamiento judicial
La dura sentencia fue pronunciada tan sólo tres días después de que Berlusconi anunciara oficialmente su retiro de las elecciones legislativas de abril del 2013.
El tribunal de Milán (norte) dispuso también la prohibición a Berlusconi de ejercer cargos públicos durante los próximos cinco años, en vez de tres como inicialmente anunciado, precisó la misma fuente, que aclaró que de los cuatro años de condena tres han sido amnistiados.
Las dos medidas no podrán ser aplicadas inmediatamente debido a que se trata de una sentencia en primer grado y quedan dos instancias para que pueda recurrir.
Berlusconi fue juzgado por aumentar artificialmente el precio de los derechos de difusión de filmes, comprados por sociedades pantalla de su propiedad y vendidos a su imperio audiovisual Mediaset, un sistema que permitía al grupo reducir los beneficios en Italia y pagar menos impuestos.
Para ello el grupo habría organizado en el extranjero una contabilidad paralela, según los jueces, que iniciaron las investigaciones hace casi 10 años.
"Se trata de una sentencia increíble, que contradice los resultados del proceso", denunciaron los abogados defensores Piero Longo y Niccoló Ghedini.
El proceso fue suspendido en varias ocasiones y en particular durante el año 2010 después de que se adoptara una ley que acordaba impunidad penal durante 18 meses a Berlusconi, entonces primer ministro.
La ley fue anulada parcialmente el año sucesivo por la Corte Constitucional, lo que propició la reanudación del proceso contra Berlusconi.
La condena es mayor inclusive a la que pidió la fiscalía, que era de 3 años y 8 meses de cárcel, ya que considera al ex primer ministro el responsable de haber inventado el complejo sistema de transacciones para engañar al fisco italiano.
Según el fiscal, Fabio De Pasquale, Mediaset "exageró" los costos de la compra de filmes, fijándolos en 368 millones de dólares entre 1994-1998, mientras entre 2001-2003 esa cifra descendió a 40 millones de euros.
"Berlusconi era en 1998 el jefe de la cadena de mando en el sector de los derechos televisivos", afirmó el fiscal, el cual pidió también la misma condena para el presidente actual de Mediaset, Fedele Confalonieri, brazo derecho del magnate de las comunicaciones, quien fue absuelto en cambio por el tribunal.
El juicio se inició hace seis años, y tras varias suspensiones, comenzó de nuevo en febrero pasado. Otros diez ejecutivos del grupo fueron juzgados.
La condena recae en un momento delicado para el magnate de las comunicaciones y ex primer ministro, de 76 años, quien renunció justamente el miércoles pasado a presentarse como candidato en las elecciones del 2013 como jefe de gobierno de Italia, cargo que ocupó durante casi 10 diez años, una decisión que sonó casi como un adiós.
"Puro ensañamiento judicial", reaccionó indignado Angelino Alfano, su delfín en el partido por él fundado, Pueblo de la Libertad (PDL), mientras el diputado conservador Fabrizio Ciccchito llegó a calificarla de "intento de homicidio político".
Para el histórico adversario de Berlusconi, el ex juez anticorrupción Antonio Di Pietro, "tarde que temprano la verdad sale a flote" y "es bueno que los italianos y el mundo sepa que hay un sentencia en primer grado que considera a Berlusconi un delincuente", dijo.
Los problemas judiciales de Berlusconi comenzaron en 1993, cuando decidió entrar en política y llegó a ser nombrado jefe de Gobierno.
El tribunal de Milán (norte) lo acusó de corrupción, una acusación que terminó por obligarlo a renunciar al cargo siete meses después de su llegada al poder, en 1994.
Il Cavaliere, como suele ser llamado, se ha enfrentado a más de una docena de procesos penales en los últimos 30 años y en tres de ellos ha sido condenado.
Entre los casos más conocidos figura el caso de la Logia masónica P-2, por el que fue sentenciado en la década de los 80 a prisión y posteriormente amnistiado.
En la década de los 90 fue tres veces condenado en primera instancia por corrupción, falsos balances y financiación ilícita de partidos políticos.
Desde entonces y gracias a un ejército de abogados, fue absuelto o el delito por el que era juzgado cayó en prescripción.
Una de las figuras más controvertidas y a la vez carismáticas de Italia, ya que concentra un enorme poder económico y político, fue tres veces primer ministro y protagonizó inéditos escándalos sexuales, judiciales y clamorosas metidas de pata internacionales.