Hoy asume la Presidencia de México Enrique Peña Nieto. Con la llegada de este joven político a la primera magistratura en el país del águila y el nopal, nuevamente consigue el poder el Partido Revolucionario Institucional -PRI- que gobernó desde 1929 hasta 2000, cuando fue destronado por el PAN, con Vicente Fox, a quien sucedió el saliente jefe de Estado, Felipe Calderón, de ese mismo partido.
No son pocos los retos que deberá encarar el nuevo mandatario. Y algo importante, consolidar la imagen de líder moderno, y demostrar que su partido es diferente al de las viejas estructuras priistas del siglo XX. Entre las prioridades para atender, la violencia que ha marcado esa nación, en una de las etapas más sangrientas que haya registrado en su historia. Durante los 6 años de gestión de su predecesor, más de 65.000 muertos por cuenta de la guerra entre carteles rivales y la reacción bárbara del crimen organizado a la ofensiva del Gobierno.
Otro punto crucial clave en el triunfo de Peña Nieto, la inconformidad por el desempeño de la economía. En su propósito de hacer cambios para dinamizarla tiene algo a su favor: el ahora partido opositor PAN lo respalda en este propósito.