Un joven manifestante murió este domingo en Túnez y más de 15 policías y militantes salafistas resultaron heridos en los enfrentamientos ocurridos en la ciudad de Kairuán entre las fuerzas de seguridad y partidarios del movimiento islamista radical Ansar Ashariaa al que el primer ministro tunecino calificó por primera vez de "terrorista".
"Quince policías resultaron heridos, tres de gravedad, uno de los cuales está en reanimación. Tres manifestantes fueron heridos y uno murió", declaró el portavoz del ministerio del Interior, Mohamed Ali Arui.
El hospital Mongi Slim identificó al fallecido como Moez Dahmani, nacido en 1986, e indicó que había muerto por un disparo.
Por su parte, el primer ministro, Ali Larayedh, declaró que "Ansar Ashariaa es una organización ilegal que desafía y provoca a la autoridad del Estado", a la televisión pública durante un viaje a Catar.
Este grupo "está relacionado e implicado en el terrorismo", añadió este alto responsable del partido islamista Ennahda que dirige el gobierno.
Ansar Ashariaa está considerado como cercano a Al Qaida, en un momento en que Túnez vive un ascenso de los grupúsculos yihadistas desde la revolución de 2011.
El ministerio del Interior también indicó que fueron los militantes de Ansar Ashariaa los que desencadenaron los enfrentamientos del domingo en las afueras de Túnez.
Tras la prohibición de reunirse en Kairuán (150 km al sur de Túnez), Ansar Ashariaa pidió este domingo a sus militantes que se reunieran en Cité Ettadhamen, un barrio salafista a 15 km al oeste de la capital que ya había sido escenario de enfrentamientos la semana pasada.
Los choques estallaron hacia el mediodía en el barrio y continuaron en la ciudad vecina de Intilaka, donde cientos de manifestantes provistos de piedras, armas blancas y cócteles Molotov se refugiaron tras haber sido rechazados con disparos, gases lacrimógenos y por el avance de los tanques.
El domingo por la noche todavía se registraban enfrentamientos esporádicos, pero la policía parecía tener el control de estos barrios.
En Kairuán, reinaba la calma y se retiró el dispositivo de seguridad.
Por la mañana hubo enfrentamientos en la ciudad entre la policía y un pequeño grupo de salafistas. Por la tarde los manifestantes fueron en su mayoría jóvenes que no parecían formar parte del movimiento islamista radical
El gobierno tunecino, dirigido por el partido islamista Ennahda prohibió el congreso de Ansar Ashariaa por considerar que era "una amenaza para la seguridad".
Detenciones de salafistas
Según una fuente de seguridad en el lugar, 70 militantes salafistas fueron detenidos en Kairuán. No se proporcionó ninguna cifra precisa sobre las detenciones en Túnez, aunque el ministerio del Interior ya informó de "varias decenas de arrestos de bandidos y de salafitas" en todo el país.
El portavoz de Ansar Ashariaa, Seifedine Rais, fue uno de los detenidos este domingo, indicó su organización y una fuente de seguridad.
Al Qaida en el Magreb Islámico (Aqmi) dio apoyo el sábado por la noche a Ansar Ashariaa e hizo un llamamiento a los militantes tunecinos a no ceder a las provocaciones de las autoridades.
"No os dejéis provocar por el régimen y su barbarismo para cometer actos imprudentes que podrían afectar el apoyo popular que tenéis", dijo Abu Yahia Al Shanqiti, miembro del comité Al Charia de Aqmi.
"Tenéis que ser gente sabia y paciente", añadió.
Desde su llegada al poder Ennahda ha sido acusado de ser permisivo con los grupos que proclaman la guerra santa. Sin embargo el partido endureció mucho su posición desde que 16 militares y gendarmes resultaron heridos entre finales de abril y principios de mayo por unas minas colocadas por grupos armados en una zona cerca de la frontera con Argelia.
Ansar Ashariaa acusa a su vez a Ennahda de aplicar una política antiislámica y amenazó al gobierno con una "guerra".
Desde la revolución de 2011, los enfrentamientos violentos provocados por el movimiento salafista se han multiplicado en Túnez. El país también se ha visto desestabilizado por una profunda crisis política y por los conflictos sociales provocados por la pobreza de la población.
El jefe de Ansar Ashariaa, Saif Alá Bin Husein, llamado Abú Iyadh, es un veterano de Afganistán que luchó junto a Al Qaida. Está huido desde el ataque de la embajada de Estados Unidos en septiembre de 2012, una acción de la que las autoridades le consideran responsable y que dejó cuatro muertos entre los asaltantes.
AFP.