Las fuerzas de seguridad israelíes se enfrentaron a manifestantes palestinos en Jerusalén y Cisjordania, día semanal de rezo para los musulmanes, en medio de temores sobre el futuro estatuto de la Explanada de las Mezquitas.
En Jerusalén, tres policías fueron heridos por una bomba incendiaria que golpeó un vehículo policial en el barrio de Jabal Mukaber y cinco palestinos fueron arrestados, incluyendo a tres menores.
Al caer la noche, la tensión crecía en la zona, con una fuerte movilización de fuerzas de seguridad.
En los barrios adyacentes al Monte de los Olivos, la policía lanzó bombas de humo y balas de goma contra los manifestantes, que respondieron con piedras.
En la Ciudad Vieja la situación era calma. Las autoridades informaron que cerca de 3.000 policías han sido desplegados en tres días, donde se han registrado actos violentos en una fecha complicada, en la que también se celebró el Año Nuevo judío.
En el día, la policía israelí instaló barreras custodiadas por decenas de hombres armados en las calles que conducen desde la ciudad vieja de Jerusalén a la Explanada y en las puertas del recinto.
No dejaban entrar a los jóvenes que se acercaban y solo permitían el paso de personas mayores, que se dirigían al rezo semanal.
Las fuerzas de seguridad israelíes impusieron la medida habitual de prohibir la entrada al sitio de hombres menores de 40 años con el fin de reducir los riesgos de violencia.
La policía israelí había anunciado un refuerzo de sus efectivos en Jerusalén, a raíz de los enfrentamientos ocurridos desde hace meses y la escalada de violencia registrada en los últimos días.
En la Cisjordania ocupada, los enfrentamientos fueron más intensos que un viernes ordinario, constató la AFP. En Kafr Kadum, cerca de Naplusa, las fuerzas de seguridad israelíes hirieron a balazos en los brazos o las piernas a tres palestinos, según la Media Luna Roja.
Hamas, el movimiento islamista considerado por Israel como "terrorista", había instado por su parte a celebrar un "día de cólera" para defender la Explanada de las Mezquitas.
Los manifestantes temen que Israel cambie el estatuto que rige sobre el lugar sagrado, en un momento en que los grupos de ultraderecha israelíes presionan por tener un mayor acceso al lugar, con miras a una reconstrucción del antiguo templo judío, que está en la misma zona.
- Respeto del "statu quo" -
Un palestino de 26 años, Ahmed Jatatbe, resultó gravemente herido por disparos de soldados israelíes el jueves por la noche cerca de Naplusa, señalaron fuentes médicas palestinas. Él y otro hombre, detenido desde entonces, habían lanzado un artefacto incendiario contra un vehículo que pasaba por la carretera en dirección a la colonia de Itamar, informó el ejército israelí.
En la localidad, cientos de personas marcharon bajo la consigna "Con nuestra alma, con nuestra sangre, nos vamos a sacrificar por ti Al Aqsa", en referencia a la mezquita.
La Explanada de las Mezquitas está situada en Jerusalén Este, la parte palestina de Jerusalén, ocupada por Israel en 1967 y anexionada. Se trata de un lugar sagrado para ambas religiones: allí se encuentran la Cúpula de la Roca y la mezquita de Al Aqsa, el tercer lugar más santo del islam, y el Muro de las Lamentaciones, venerado por los judíos, quienes denominan al sitio "Muro del Templo".
Entre el pasado domingo y el martes se produjeron allí enfrentamientos entre palestinos y la policía israelí, coincidiendo con la celebración del Año Nuevo Judío.
Con todo, la norma que rige el sitio (el "statu quo") prohíbe a los judíos rezar allí y desplegar símbolos nacionales.
Las visitas de los judíos suelen ser fuente de disputas, alentadas por el discurso minoritario pero cada vez más audible de una parte de los judíos que reclama poder rezar en la Explanada y el gobierno del sitio.
El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, repitió el jueves por teléfono al secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, que se comprometía a respetar "estrictamente" el "statu quo".
Por su parte, el presidente palestino, Mahmud Abas, declaró el miércoles que "Al Aqsa es nuestra, el Santo Sepulcro es nuestro".