Los aspirantes republicanos a la Casa Blanca arrancaron este martes el cuarto debate, con el magnate Donald Trump y el médico Ben Carson a la cabeza, pero otros candidatos subrayaron que la verdadera adversaria era la puntera demócrata Hillary Clinton.
Los ocho precandidatos mejor posicionados de los 15 en liza por la nominación del Partido Republicano, subieron a la tarima poco después de las 02H00 GMT en Milwaukee (norte), a poco menos de tres meses del inicio de las primarias: 1 de febrero en Iowa (centro) y el 9 de ese mes en New Hampshire (noreste).
"Este es un país que está siendo golpeado en cada frente, económicamente, militarmente, no hay nada que hacemos ahora para ganar", lanzó Trump, el millonario de bienes raíces, que junto con Carson capitaliza un ambiente político saturado de rabia populista.
La noche empezó sin drama ni ataques personales. Carson y Trump anunciaron que se oponen a un incremento del salario mínimo.
Otros cuatro candidatos -que apenas figuran en los sondeos- protagonizaron otro debate más temprano.
"Hillary Clinton viene por tu billetera, todo el mundo (...) preocúpense por ella", lanzó el gobernador de New Jersey, Chris Christie, llamando a la aspirante demócrata "la verdadera adversaria" de la noche.
Este exfiscal federal se destacó de sus contrincantes del 'pequeño debate', Bobby Jindal, Rick Santorum y Mike Huckabee, con un ataque contra Clinton y el presidente Barack Obama, amenazando, de llegar a la Casa Blanca, con hacer sobrevolar el avión presidencial AirForce One sobre las islas artificiales construidas por Pekín en el Mar de China.
A un año de la elección general, los 'outsiders' disfrutan de su momento.
Carson, el apacible neurocirujano y Trump, -ninguno ha ocupado nunca un cargo público-, reciben la mitad de la intención de voto de los republicanos.
Detrás le siguen los senadores Marco Rubio (Florida) y Ted Cruz (Texas), dos cuarentones de origen cubano, opositores a la reforma migratoria, que han sabido aprovechar los anteriores duelos para destacarse y ganar notoriedad.
"La mejor forma de hacer a Estados Unidos mejor (...) es con una reforma fiscal, reforma regulatoria y poner nuestra deuda bajo control", dijo Rubio, llamando a acabar con el Obamacare, el programa de salud del presidente demócrata que los republicanos aman odiar.
- Duelos -
Una rivalidad que será seguida de cerca la protagonizan Rubio y su antiguo mentor, Jeb Bush. El exgobernador de Florida y figura del establishment republicano, hijo y hermano de presidentes, se presenta como la opción seria y preparada, pero su verbo no cala y carece de garra.
En el último debate, hace dos semanas, Bush quedó en la lona tras un duelo verbal con Rubio. Esta noche muchos esperan la revancha.
"Sé que tengo que mejorar", dijo Bush a un grupo de simpatizantes la semana pasada.
Bajo presión para reducir el número de candidatos en escena, la cadena especializada Fox Business modificó el formato de los anteriores debates, y solo ocho precandidatos, cuando hasta ahora eran diez, subieron a la tarima principal del debate.
Además de los duelos Trump-Carson o Bush-Rubio, los otros candidatos en liza -los senadores Cruz y Rand Paul, el gobernador de Ohio, John Kasich y la expresidenta de Hewlett-Packard Carly Fiorina- buscaban su momento para brillar.
Carson, de 64 años, ha visto elementos de su inspiradora historia de superación personal caer en el escrutinio general: medios de prensa locales pusieron en duda aspectos clave de su adolescencia problemática y una supuesta admisión por una beca en la prestigiosa escuela militar estadounidense West Point.
"Gracias por no preguntarme qué dije a los 15 años", dijo Carson, lo que provocó risas entre el público.
El neurocirujano de hablar suave y osadas afirmaciones -asegura que las pirámides de Egipto eran graneros y no albergaban tumbas- no ha resaltado en los debates, pero ello no ha detenido su ascenso.