¡Enero negro! | El Nuevo Siglo
Domingo, 31 de Enero de 2016

La economía colombiana registró uno de los comienzos de año más negativos de los últimos años, al arrastrar el impacto de la caída de los precios del crudo y de las materias primas. Estos dos hechos, marcaron indicadores preocupantes para el país.

 

Uno de estos resultados negativos es la alta inflación que se arrastra desde el segundo semestre del año pasado, pero que parece estar en plena ebullición este año, con una disparada en el precio de los alimentos y de muchos productos de la canasta básica de los colombianos.

 

En el medio de todo este panorama, está el fortalecimiento del fenómeno climático de El Niño que está dejando a su paso la peor sequía que ha sacudido al país, con pérdida de cultivos, disminución notable en el suministro del agua y una disparada en el precio de los servicios.

 

De acuerdo con analistas privados, este es un enero negro que no dio tregua y que por el contrario marca un cambio que puede ser más negativo para la economía a lo largo del año.

 

De acuerdo con los analistas del Bancolombia, durante el inicio de 2016 los principales riesgos externos a los que se enfrenta la economía colombiana parecen estarse materializando. Es así como las perspectivas de crecimiento global, y en particular las del mundo emergente, se han revisado a la baja. Asimismo, la caída de los precios de las materias primas se ha intensificado, siendo el petróleo el producto más afectado. Los flujos de capitales externos continúan en tendencia descendente. La combinación de dichos factores llevaría a que el proceso de ajuste por el que atraviesa nuestra economía se torne más pronunciado e incierto.

 

1.- Crecimiento (2,6%)

 

La economía se habría expandido 3,1% el año anterior. Durante los tres primeros trimestres de 2015 la economía creció 3,0% anual. Los indicadores adelantados de actividad real recopilados en el Indicador de Seguimiento a la Economía sugieren que el ritmo de expansión de la actividad real podría haberse mantenido en torno al 3,4% en el cuarto trimestre del año pasado. En nuestras proyecciones anteriores el escenario base de crecimiento para 2016 se ubicaba en 2,8%. Al considerar la nueva información disponible revisamos en 20 pbs, hasta 2,6%, el crecimiento esperado en para este año. Este escenario descansa en un eventual aumento de los precios del crudo a niveles promedio de US$40 para la referencia WTI, junto con una recuperación más marcada de la industria.

 

2.- Consumo (1,1%)

 

Se prevé que la suma de la inversión, el consumo público y el privado crezcan 2,7% en 2016, después de hacerlo a un ritmo de 3,3% en 2015 y de 5,8% en 2014. En enero, la inversión ha estado impulsada por el componente de obras civiles, en tanto que la adquisición de vivienda avanza a menor ritmo por cuenta del alza en el costo del financiamiento y de la moderación en la intención de compra de estos bienes. Asimismo, el consumo privado perdería dinamismo frente a 2015, en línea con el deterioro de las expectativas de los consumidores, las mayores tasas de interés y la dinámica del ingreso real, con lo que el indicador estará en 1,1%.

 

3.- Sector externo (-65,5%)

 

En los primeros once meses del año 2015 se presentó un déficit comercial de US$14.508,1 millones FOB, en el mismo periodo del año 2014 se había registrado un déficit de US$4.840,3 millones, con un descuadre de -65,5%.Sin embargo, para este año, el sector externo podría contribuir positivamente al crecimiento. Ello por cuenta de una variación esperada de 1,5% en las exportaciones y de -2% en las importaciones en las cuentas nacionales. Vale la pena mencionar que sobre las ventas al exterior nuestra expectativa se revisa a la baja desde 2,7% y en las importaciones desde -1,8%. Ello porque el componente de exportaciones tradicionales seguiría contrayéndose este año, y porque la desaceleración de la economía traerá como resultado una menor demanda de productos importados.

 

4.- Construcción (4,8%)

 

Desde el lado de la oferta, el crecimiento estaría impulsado por la construcción. “En efecto, mantenemos nuestra expectativa de que la construcción será el sector de mayor crecimiento en 2016. No obstante, debido a un menor incremento de las edificaciones (4,0%) frente a las obras civiles (5,6%), revisamos a la baja la expansión del sector constructor para todo el año desde 6,3% hasta 4,8%, cifra que resulta menor que la esperada para 2015 (5,4%)”, indican los analistas.

 

5.- Industria (2,0%)

 

Para 2016 pronosticamos que la sustitución de bienes importados por producción local resultante de la devaluación del peso y el efecto positivo de la operación de la Refinería de Cartagena llevarán a que el sector industrial crezca 4,2%. Por el contrario, una menor inversión y unos precios internacionales más bajos conducirán a que la minería se contraiga 1,1%. Por último, si bien la agricultura podría mantener una expansión similar al de 2016, la ocurrencia del fenómeno de El Niño podría afectar su desempeño. Por lo tanto, revisamos su crecimiento esperado de 2,2% a 2%.

 

6.- Comercio interno (2,1%)

 

Creemos que el comercio pudo crecer a un ritmo del 4,5% en 2015 y perdería tracción este año, como resultado del encarecimiento de los bienes durables importados, el aumento en las tasas de los créditos de consumo y el menor optimismo de las familias. Sin embargo, por cuenta de la devaluación el componente de turismo, servicios de reparación y restaurantes podría mantenerse dinámico, tal como ocurrió en 2015. Entre tanto, los componentes de energía, gas y agua, y de transporte, almacenamiento y comunicaciones crecerían a tasas cercanas al 2,1%, las cuales son similares a las previstas para el año anterior.

 

7.- Déficit de cuenta corriente (-6,9%)

 

El déficit en cuenta corriente se moderaría a una velocidad más lenta, y su monto continuará siendo una fuente de fragilidad. De hecho, después de cerrar el año anterior en un estimado de US$15.753 millones (el más abultado en la historia del país) proyectamos que en 2016 el déficit comercial sea de US$15.204 millones. En nuestro nuevo escenario central el balance de la cuenta corriente de la balanza de pagos se torna más negativo tanto para 2015 como para 2016. Para el año anterior esperamos un déficit de US$19.958 millones, que corresponde a 6,9% del PIB (frente a estimaciones previas de US$17.211 millones y 6,2% del PIB, respectivamente).

 

8.- Capitales (-5%)

 

Esperamos una desaceleración de los flujos de capitales externos. Prevemos los montos de la inversión extranjera directa (IED) y de portafolio se reduzcan frente a lo observado en 2015, por cuenta del deterioro de las condiciones financieras globales y el cambio en las perspectivas económicas. Para el caso de la IED, las entradas de capitales pasarían de US$12.345 millones en 2015 a US$11.495 millones en 2016. Esta última cifra incluye los recursos contemplados en la venta de Isagen, así como la inversión prevista en proyectos de infraestructura 4G. Para la inversión de portafolio los flujos se reducirían desde US$9.800 el año anterior hasta US$8.740, lo que correspondería a un descenso de 5%.

 

9.- Déficit fiscal (-4,3%)

 

En 2016 el déficit fiscal podría ampliarse por encima de lo previsto anteriormente. En efecto, desde un 4% del PIB estimado hace tres meses ajustamos nuestra proyección de déficit del GNC a 4,3% del PIB para este año. Esta revisión resulta de considerar nuestro nuevo escenario de crecimiento de 3,1% para 2015 y de 2,6% para 2016, este último inferior en 60 pbs a lo estimado en la última actualización del Plan Financiero del 2016. La revisión también contempla el ajuste al alza en la inflación proyectada de 4% a 4,4% y la reducción en el precio promedio del petróleo para 2016. Además, nuestros modelos sugieren que la presión sobre el déficit del GNC continuará siendo significativa en 2017.

10.- Desempleo (8,9%)

 

El cierre de empresas petroleras marca el rumbo del desempleo. Dado el panorama de desaceleración que enfrentarían varios sectores productivos, en 2016 prevemos un incremento del desempleo a niveles de 9,2% en las principales ciudades y de 8,7% en el ámbito nacional. En efecto, la revisión a la baja en el crecimiento de actividades muy relevantes en la creación de puestos de trabajo, tales como el comercio y los servicios sociales, comunales y personales, se traducirá en una menor demanda en el mercado laboral. Por fortuna, esto será parcialmente compensado por el aporte de la industria y la construcción, en la medida en que estos sectores exhiban tasas de crecimiento superiores a las del resto de la economía.

 

11.- Inflación (7%)

 

De acuerdo con Fedesarrollo, la inflación en enero llegaría a 7 por ciento, casi el doble que registró en el mismo mes del año pasado cuando registró un 3,86% anual. No se debe olvidar que la inflación anual en 2015 fuera de 6,77%, mucho mayor que la registrada en 2014 (3,66%). Más aún, la inflación del año pasado fue la más elevada desde 2008, año en que los precios al consumidor se elevaron 7,67%. Debido a lo anterior, la inflación total anual completó 11 meses por encima del rango meta del Banco de la República. Los alimentos fueron la principal fuente de inflación en Colombia en 2015. Su variación de precios llegó a 10,84%, la tasa más alta desde febrero de 2009 (9,51%).

 

12.- Tasas de interés (6%)

 

Continuando con la política monetaria de finales del 2015, en enero el Banco de la República  siguió incrementando las tasas de interés de referencia a 6 por ciento, con lo que se sigue encareciendo el costo del dinero. Para los analistas, no hay duda que en el primer trimestre continuaría la senda alcista de la tasa repo. Ello, en la medida en que es probable que la inflación observada se situé por encima del 7% los próximos meses, y que en consecuencia las expectativas de inflación permanecerían elevadas. En la actual coyuntura el Emisor buscaría que sus decisiones de política monetaria contribuyan a moderar el desbalance externo del país, puesto que representa una fuente de fragilidad macroeconómica significativa.

13.- Tasa de cambio ($3.300)

 

Con una devaluación bordeando el 25 por ciento este año, la tasa de cambio siguió subiendo en enero promediando los 3.300 pesos y amenazando con llegar a los 3.400 pesos. De allí que los a analistas revisaran un nivel de cierre de 2016 de $3.130 a $3.410, y de un promedio anual de $3.056 a $3.340. Asimismo, consideramos que las presiones al alza podrían intensificarse en el cuarto trimestre, en la medida en que el FED retome en ese momento los incrementos en la tasa de los fondos federales. La depreciación nominal promedio anual pase de 37,1% en 2015 a 21,8% en 2016. Vale la pena aclarar que nuestras proyecciones incorporan el hecho de que durante 2016 el Gobierno Nacional será un oferente relevante de dólares en el mercado cambiario.

 

14.- Petróleo (-19%)

EL PRECIO del crudo ha caído 19 por ciento en lo que va corrido de este año. El barril de petróleo cayó por debajo de 28 dólares por primera vez desde 2003. La última ola de ventas deja al crudo con caída de 19% solo este año. Eso representa un increíble descenso de 72% con respecto al precio de junio de 2014, cuando alcanzó casi los 108 dólares. Este hecho hizo que el Gobierno revisara a la baja su presupuesto del precio de 50 dólares a 34,70 dólares, lo que significa una pérdida adicional para las finanzas cercana a los 6,4 billones de pesos. De acuerdo con los analistas, por cada dólar que cae el valor del crudo, el país deja de recibir ingresos por 400.000 millones de pesos. Sin embargo, esta situación se agrava si se le suma que al presupuesto de regalías se le tendrían que descontar que por cada dólar que cae la cotización, se pierden ingresos de 80.000 millones de pesos, lo que significa un recorte adicional de 1,17 billones de pesos para el actual presupuesto.