llama de los Juegos Olímpicos de Londres-2012, que comenzarán el 27 de julio, fue encendida es en Olimpia, Grecia, según la tradición de la antigua Olimpia, sede de los primeros Juegos de la historia, antes de cruzar el país y viajar a Gran Bretaña.
La Gran Sacerdotisa Ino Menegaki fue la encargada de proceder al encendido de la antorcha, siguiendo la tradición griega, en la que se invocaba al dios Apolo en el Templo de Hera, usando un espejo cóncavo para reflejar los rayos del sol.
La ceremonia se llevó a cabo ante la presencia del presidente del Comité Olímpico Internacional (COI), el belga Jacques Rogge, y el presidente del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos de Londres-2012, Sebastian Coe, entre otras muchas personalidades tanto británicas como griegas y también de distintas federaciones deportivas.
La antorcha olímpica iniciará a partir de ahora un viaje de una semana a lo largo de Grecia, visitando cinco grandes sitios arqueológicos, incluyendo la Acrópolis, para llegar el 17 de mayo al antiguo Estadio Olímpico de Atenas, sede de los Juegos modernos de 1896, donde se le entregará a la delegación británica al final de una ceremonia nocturna.
Una vez encendida la llama olímpica, el honor de ser su primer portador recayó en el campeón olímpico de natación Spyros Gianniotis, que a su vez se la entregó al boxeador británico Alexander Loukos, de 19 años e hijo de un inmigrante griego.
En total, la antorcha olímpica pasará, a lo largo de un recorrido de casi 3.000 kilómetros por el país heleno, por las manos de 490 portadores, hasta su llegada al antiguo estadio Panatinaico de Atenas, prevista para el 17 de mayo.
El relevo británico se producirá a partir del 19 de mayo, con un recorrido de 12.875 kilómetros que durará 70 días, hasta su llegada a la ceremonia inaugural de la cita olímpica en Londres, el 27 de julio.
Antes de llegar a su destino final, en la capital británica, la antorcha viajará también a Irlanda.
El acto de encendido del gran símbolo olímpico tiene lugar en medio de la difícil situación política y económica que atraviesa Grecia, al borde del colapso tras la celebración de elecciones presidenciales el pasado fin de semana, sin haber alcanzado todavía un acuerdo de gobierno entre los distintos partidos políticos.