En el municipio de Soacha no existen Bandas Criminales (Bacrim), sino delincuencia común, sostuvo el gobernador de Cundinamarca, Álvaro Cruz.
El mandatario seccional indicó que se trabaja conjuntamente con la Policía y el Ejército en desarticular esas bandas, especialmente las del microtráfico.
“Como tal en Soacha hay delincuencia común y no Bandas Criminales organizadas. Con la Policía Nacional se han logrado desarticular diferentes grupos que todos ellos están orientados al microtráfico”, dijo Cruz.
El gobernante dio a conocer que en Cundinamarca se trabaja en el posconflicto desde el año anterior y que se le propuso al Gobierno nacional realizar un acompañamiento al proceso a través del Ministerio del Interior. “Tenemos dos municipios pilotos, La Palma y Viotá donde estamos trabajando desde 2012 estrategias de posconflicto”, manifestó.
<INTERTIT> Alertas
<BODY TEXT> Las alertas se encendieron hace unas semanas a raíz de un anuncio de la bacrim de Los Urabeños que convocó a los líderes de Altos de Cazucá, en Soacha, para notificarles que en adelante prestarían el “servicio de vigilancia”. Para demostrar su eficiencia, habrían asesinado a un par de delincuentes del sector.
Sin embargo, ya desde comienzo del año se venía advirtiendo en avance de las Bacrim en Cundinamarca.
En febrero Ariel Ávila, investigador de la Corporación Nuevo Arco Iris, relacionó la extraña muerte de un patrullero en Usaquén y hechos como el secuestro y asesinato de un joven estudiante de la Universidad Sergio Arboleda con señales de que hay estructuras de delincuencia organizada en Cundinamarca y Bogotá.
Ávila precisó en su momento que estas estructuras no son como las que operan en Antioquia o Córdoba, pero aun así le hizo un llamado a la Policía y el Ejército, pues estas pequeñas Bacrim son las que manejan el microtráfico y la extorsión en toda la región: “Los Pascuales y Los Tarazonas le compran la droga que venden en Bogotá a reductos de Los Rastrojos y narcotraficantes de los Llanos Orientales. Lo preocupante es que en el occidente de Cundinamarca se instalaron Bacrim en municipios como Yacopí y La Palma, incluso Soacha”.