¿En qué quedó el referendo Catalán tras detenciones? | El Nuevo Siglo
Foto Agence France Press
Jueves, 21 de Septiembre de 2017
Pablo Uribe Ruan
En un operativo de la Guardia Civil, fueron detenidos 14 líderes independentistas e incautadas millones de papeletas para el referendo. Sin embargo, la dirigencia catalana dijo que el 1 de octubre los catalanes votarán. Panorama complejo y sin salida, al menos hoy

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La puja entre el gobierno central de España y Cataluña no es nueva. Pero el ambiente cada vez está más tenso, más nublado.  A pocos días del referendo  de autodeterminación –también conocido como independentista-, el gobierno español lanzó un dispositivo policial para detener a algunos de los promotores de la independencia, incautar material electoral y, como ha dicho Mariano Rajoy, ratificar el Estado de Derecho, olvidado, según Madrid, por los secesionistas.

En un operativo comandado por la Guardia Civil, 14 altos funcionarios del Govern –ejecutivo catalán- fueron arrestados y se llevaron a cabo 41 inspecciones en la Generalitat –sede de gobierno-, para recolectar material probatorio en una causa que adelanta la justicia española contra los líderes independentista por supuesta malversación y prevaricato, reportó La Vanguardia de Barcelona.

La unidad española está en disputa. Siempre lo ha estado,  pero  ahora más. Tras la inspección de la Guardia Civil, se incautaron más de 9,8 millones de papeletas, dejando a los promotores del  referendo sin material electoral para el 1 octubre, día del referendo. Al menos, en el papel.

El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, dijo que pese al incautamiento de material, cada catalán “saldrá de su casa con un papeleta”, en un reto más a Madrid, que ha lanzado todas sus fuerzas para impedir que se celebre el referendo, hecho calificado por los líderes independentistas como “una vergüenza democrática”.

¿Hay salida?

Ninguna de las partes cede en sus pretensiones. Los catalanes justifican que, como parte de sus derechos constitucionales a la autodeterminación como región autónoma de la república española, pueden celebrar el referendo. En cambio, el Gobierno dice que las decisiones que ha tomado el Parlamente catalán, para hacer la consulta popular, son inconstitucionales y sobrepasan los derechos concedidos como región.

Aparentemente, el tema es de interpretación constitucional. Lo difícil, en esa línea, es saber quién tiene la razón, como en cualquier disputa judicial. Pero el tema va más allá de ello: hay elementos simbólicos, políticos y culturales.

De un tiempo para acá, los catalanes han sentido que Madrid ha recortado cualquier iniciativa que busca darles mayor independencia de España. En 2010, cuando presentaron el Estatuto de Autonomía Catalán,  intentando ampliar sus competencias autonómicas, Parlamento y Gobierno recortaron sus pretensiones fiscales, judiciales y lingüísticas. 

Eso generó un inmediato auge independentista, que siempre lo ha habido, pero no en las magnitudes de ahora. A partir del recorte del Estatuto, los partidos independentistas se organizaron, a tal punto que Convergencia, de derecha, y Esquerra Republicana, de izquierda, se unieron, pese a sus diferencias ideológicas.

Tras los procesos judiciales contra Artur Mas, que lo alejaron de la política, el independentismo se radicalizó con la llegada de Puigdemont. Algunos dicen que ha sido tal el nivel de radicalismo que los partidos independentistas incluso han pasado por las leyes aprobadas por el mismo Parlament en ocasiones anteriores.

 

“La unidad española está en disputa. Siempre lo ha estado,  pero  ahora más”

En agosto, el legislativo catalán aprobó dos leyes que permitían activar el proceso secesionista. Se trató de la Ley de Transitoriedad Jurídica y Fundacional de la República, que busca declarar una República 35 días después del 1 de octubre y crear una constitución en menos de un año. Las bases del independentismo.

Madrid demandó esa Ley –y otra más- ante el máximo Tribunal español.  En la causa, dijo que los derechos de los catalanes no están por encima de los de los españoles y calificó de ilegal e inconstitucional las determinaciones del Parlament.

Guerra de acusaciones

El Gobierno había advertido a la cúpula catalana que actuaría en caso de que siguiera con los preparativos del referendo. Ayer, finalmente, lanzó todo un operativo para bloquear el referendo y envió un mensaje a los líderes independentistas de que “el referendo es una quimera”, en alocución de Rajoy.

Horas antes, Puigdemont había dicho que “el Gobierno de la Generalitat ha sido objeto hoy de una agresión coordinada de las fuerzas policiales del Ministerio del Interior”, tratando de inculpar a Rajoy.

Lo cierto, como ha dicho EL PAÍS, es que un juez de Instrucción de Barcelona fue quien dio la orden para que intervinieran y detuvieran a los 14 líder independentistas, demostrando que Madrid, en esto, no tuvo nada que ver.

Pero sí es vedad que detrás de las acciones de la Guardia Civil, consideradas como “totalitarias” por los catalanes, está el gobierno de Rajoy. El Ministro del Interior, Iñigo Méndez de Vigo, dijo que “el Estado está para defender los derechos de todos los ciudadanos y no solo de una parte. Nadie está por encima de las sentencias del Tribunal Constitucional”, en un claro llamado a los organismo del Estado para frenar el referendo.

La Generalitat ha dicho que España cada vez se parece más a Turquía, a la Turquía de Erdogan, por su “totalitarismo”. Madrid y aquellos que están en contrato del intento secesionista le han respondido que el totalitario es él, quien intenta pasar por encima de las leyes nacionales por una supuesta mayoría –no comprobada en las encuestas-.

Tampoco dejar de ser cierto que los catalanes han participado en 35 elecciones y tres referendos desde 1977. Pero nunca antes habían abordado por la vía electoral el independentismo; al menos, la secesión total de España (sin vuelta atrás).

Pese al llamado de Rajoy, de los partidos tradicionales y de la mayoría de España, los líderes catalanes siguen dispuestos a celebrar el referendo del 1 de octubre. Carme Forcadell, presidenta del Parlamento, después de las detenciones e incautaciones, llamó “a todos los ciudadanos al referendo del 1-O”, afirmando que sea cual sea el resultada Cataluña “habrá ganado”.

Por el desarrollo de los últimos días, parece poco probable que Cataluña en la noche del primero de octubre inicie su proceso de secesión. Pero sienta un precedente inescrutable. “España debería catalanizarse”, dijo Unamuno. Tal vez ese será.

 

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