Cuando el presidente Juan Carlos De La Cuesta anunció la lista de refuerzos para afrontar la Copa Libertadores, a más de uno les pasó por su cabeza que el Atlético Nacional, que hizo una inversión de entre 15 y 18 mil millones de pesos en jugadores, no le ganaría nadie, que sería una aplanadora… un ‘Dream Team’.
Sin embargo, con el transcurrir de los partidos de la Liga Postobón I el equipo dirigido por Santiago Escobar fue demostrando que en el fútbol no brillan las estrellas, sino los obreros de un deporte en el que hay que correr, meter pierna, ponerle ganas y anotar goles. Escobar, quien fue reemplazado por Norberto Peluffo, hasta que contrataron a Juan Carlos Osorio, tuvo tantos ases bajo la manga que a la hora de disponer de ellos no supo quien le podría responder en la cancha, en la que había muchas figuras y pocos ‘peones’, y cuando abrió los ojos estaba lejos de clasificar en la Liga Postobón I, eso sí con una gran cosecha en la Copa Libertadores, pero De La Cuesta y sus patrones no le perdonaron que la campaña en el Torneo Apertura haya sido tan pobre, y le dieron las gracias, sacrificando lo que se venía haciendo en la Libertadores, en la que se pretendía dar una segunda vuelta olímpica, después de 23 años.
La salida del ‘Sachi’ Escobar fue un error con letras mayúsculas. El equipo verde era una tromba en la Copa y su adiós dejó cojo lo que podía ser otra histórica conquista internacional. Con la táctica de Peluffo los verdolagas sintieron que deberían jugar diferente y Vélez Sarsfield de Argentina les ganó 1-0 en Medellín, sentenciando la eliminación del equipo antioqueño, que ahora deberá hacer un milagro en el partido de vuelta de los octavos de final el próximo martes, para salvar el semestre.
Es allí donde los considerados astros, como Macnelly Torres, quien se gana mensualmente unos 100 millones de pesos, tendrá que certificar que es un volante de talla internacional. Lo mismo deberán hacer Luis Fernando Mosquera, el argentino Cristian Tula, Alexis Henríquez, Elkin Calle, Jherson Córdoba, Diego Álvarez, Alexander Mejía, Juan Fernando Quintero, Juan David Valencia, Johan Fano (peruano) y Oscar Murillo, Farid Díaz y Aviles Hurtado, a quienes les está quedando grande la camiseta.
Atlético Nacional es el arquero Gastón Pezzuti y el goleador Dorlan Pabón, y pare de contar. Los demás no se notan en la cancha, no se sabe si por las exigencias o porque no interpretaron la estrategia de Santiago Escobar, quien después de celebrar el título de la Liga Postobón I del 2011, el conjunto se vino a pique, en un hecho inexplicable que ha llevado a los hinchas a dejar de asistir al estadio Atanasio Girardot, el que vestían de verde y blanco en cada partido.
El bajón de Nacional, además de en lo deportivo, también fue en taquilla. De ahí la determinación de marginar al ‘Sachi’ Escobar y de inmediato asegurar a Juan Carlos Osorio, quien no ha asumido el puesto, pero que dio el sí. El miércoles se hará oficial en rueda de prensa. A Osorio le esperan varios retos, entre ellos darle identidad de juego al equipo y exigirles a los jugadores claves más compromiso con la institución, con el fin de devolverle la fe pérdida a un público que está silencioso y cabizbajo.
Si Torres, Mosquera, Tula y Fano no mejoran, es casi seguro que no seguirán en el segundo semestre. Son futbolistas costosos, caso de Cristian Tula, que en Colombia los hay por montones, pero que le está quitando el puesto a zagueros de la casa que lo harían mucho mejor que él.
Que vergüenza: en el Atlético Nacional sobra plata, pero está careciendo de fútbol espectáculo, el que enamora no solo a los hinchas, sino a quienes les encanta el balompié bien jugado y certero.
Juan Carlos Osorio tiene en sus manos una papa caliente y si no la sabe enfriar se podrá quemar. Nacional no es solo Pezzuti, Pabón y 9 más; no, es un grupo de jugadores calificados que poniéndose el overol, no habrá quien los frene.