Lunes, 3 de Octubre de 2011
Aunque hay un plazo de tres meses para que el Congreso de Estados Unidos apruebe los tratados de libre comercio con Colombia, Panamá y Corea del Sur, cuyos textos ayer le fueron entregados por la Casa Blanca, existe una alta probabilidad que reciban el visto bueno a finales de este mes, si no todos, al menos el de nuestro país, ante el reiterado compromiso que en tal fin ha expresado el presidente Barack Obama.
"Esta serie de acuerdos de libre comercio que entrego al Congreso harán más fácil para las compañías estadounidenses vender sus productos a Corea del Sur, Colombia y Panamá y representarán un gran impulso para nuestras exportaciones", señaló un comunicado de la Casa Blanca.
Los tres TLC, que podrían representar un aumento del volumen de comercio estadounidense del orden de 12.000 millones de dólares, fueron firmados originalmente durante el precedente gobierno de George W. Bush.
Su ratificación por el Congreso ha sido objeto de un largo y duro pulso legislativo entre demócratas y republicanos. Se prevé que ocurrirá algo similar en los debates, pero la bancada de oposición es la que más ha insistido en que se presentaran prontamente los textos, argumentando, específicamente en el caso de Colombia, que el acuerdo de libre comercio es una forma de corresponder a un socio estratégico y clave.
El acuerdo con Colombia fue firmado por ambos gobiernos en 2006, el de Panamá y Corea del Sur al año siguiente.
"El retraso fue inaceptablemente largo y costó puestos de trabajo, pero estoy satisfecho de que el gobierno (del presidente) Obama hizo finalmente su tarea y mandó esos acuerdos de comercio al Congreso", señaló por su parte el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner.
"Iniciaremos rápidamente el proceso para examinar estas leyes y tenemos la intención de votarlas consecutivamente y al mismo tiempo que la legislación del TAA aprobada en el Senado", agregó.
Tras conocerse la noticia, el presidente Juan Manuel Santos indicó que “Obama nos ha cumplido” y agregó que “celebro mucho este paso, porque en el fondo significa más crecimiento económico y más empleo. Esto precisamente encaja en nuestro Plan Nacional de Desarrollo, que tiene como objetivos más seguridad, más empleo y menos pobreza", añadió.
A la vez, hizo un llamado a demócratas y republicanos para que, "por favor, rápidamente aprueben el tratado" y, de esa manera, las relaciones entre ambos países se fortalezcan "de manera significativa".
Los problemas de violencia contra sindicalistas en Colombia, la transparencia fiscal en Panamá y el acceso al mercado surcoreano de los autos estadounidenses mantuvieron esos tratados bloqueados durante años.
Los demócratas, que pasaron a dominar el Congreso al final de la presidencia Bush y tienen una fuerte base de apoyo en sectores sindicales opuestos a este tipo de pactos, exigían al presidente Bush cambios en los textos firmados. Con la llegada al poder de Obama en 2008 esos tratados continuaron sin ser ratificados, y se añadió además el pulso político con los republicanos por el impacto del libre comercio en plena recesión.
Obama quería que junto a esos TLC se renovara, con fondos ampliamente incrementados, un programa de subvenciones para decenas de miles de trabajadores afectados por el libre comercio, conocido como TAA.
Colombia, Panamá y Corea del Sur introdujeron reformas internas para adaptarse a las exigencias de los demócratas.
"Con Colombia tenemos un muy buen socio" cuyas reformas legales protegerán a los sindicalistas, explicó un alto cargo del gobierno Obama.
En el caso colombiano, el 90% de las exportaciones de ese país ya entraban libres de aranceles a Estados Unidos gracias a otro tratado, el de preferencias arancelarias andinas, que sin embargo quedó suspendido en febrero de este año.
Al respecto la cancillería colombiana declaró su "complacencia en que la Ley de Preferencias Arancelarias Andinas y Erradicación de la Droga (Atpdea) haya sido incluida en el paquete que se someterá a votación del Congreso" y aseguró que dicha norma "se extenderá por un período de dos años más, hasta la puesta en vigor del TLC".
Por su parte el embajador de Colombia en Washington, Gabriel Silva, estimó que la presentación del TLC demuestra que el gobierno estadounidense cree que Bogotá cumple con sus obligaciones en materia de derechos humanos.
"El acto de enviar el tratado es un acto de confianza", dijo Silva, quien se mostró esperanzado en que el acuerdo sea ratificado antes de concluir noviembre.
El Senado aprobó el TAA junto a otra medida arancelaria hace dos semanas, y una comisión legislativa de la Cámara de Representantes se disponía este mismo anoche. Una vez la Cámara, dominada por los republicanos, apruebe el denominado TAA y le incorpore los TLC, ese nuevo paquete será entregado al Senado, para su aprobación definitiva y envío a la Casa Blanca.
Finalmente, Luis Carlos Villegas, presidente de la Asociación Nacional de Industriales, consideró que la presentación del TLC ante el Congreso estadounidense "es la etapa final" al cabo de seis años y una “buena noticia para despejar dudas sobre el 2012, por si golpea duro la crisis”.