Al considerar que no cumplió con su función de proteger a la población civil en la masacre de Mapiripán, la Corte Suprema confirmó la condena al general (r) Jaime Humberto Uscátegui.
El oficial había sido sentenciado a 37 años de cárcel y aunque el alto Tribunal consideró que el oficial, entonces comandante de la VII Brigada del Ejército, hubiera actuado en complicidad con los paramilitares que entre el 15 y el 20 de julio de 1997 asesinaron a un número indeterminado de personas en Mapiripán, Meta, no cumplió con su deber
La Corte encontró que pese a que fue advertido por el comandante del Batallón de Infantería Joaquín París, mayor Hernán Orozco, “omitió adoptar medidas en favor de los habitantes de la localidad”.
El Alto Tribunal explicó que Uscátegui no tuvo participación como coautor de los delitos contra dicha comunidad, ni nexos con los paramilitares que cometieron la masacre, sí tuvo responsabilidad en los hechos porque “incumplió el deber de protección a la población civil pese a tener la posición de garante institucional que le asigna la Constitución Política a los miembros de la Fuerza Pública”.