“En Colombia, la justicia debe hablar por víctimas” | El Nuevo Siglo
Martes, 26 de Mayo de 2015

“La violencia sexual contra mujeres y hombres es un hecho que, en el marco del conflicto armado, ha concentrado en los civiles sus efectos más perversos. Los cuerpos de mujeres y hombres se convierten en los campos de batalla para atemorizar, amenazar y desplazar a poblaciones enteras”, afirmó Christian Visnes, director nacional del Consejo Noruego para Refugiados.

Según Visnes, mientras el conflicto continúe las partes del conflicto deben respetar la inviolable integridad de los civiles. Aunque la labor del Gobierno se ha incrementado y fortalecido para reconocer y responder por la dignidad de las mujeres víctimas de violencia sexual en el marco del conflicto armado, el Consejo Noruego para Refugiados sigue siendo testigo de los retos para asegurar la dignidad, integridad, justicia y protección de las víctimas de violencia sexual en el territorio colombiano.

En las regiones afectadas por el conflicto armado se siguen reportando casos de víctimas de violencia sexual. “Durante el trabajo que hacemos con poblaciones locales he conocido niñas, jóvenes y mujeres que han sido víctimas de violencia sexual y que por años han guardado silencio sobre su situación. Son generaciones de mujeres sobrevivientes de este crimen que esperan justicia y un futuro en paz. La impunidad en estos casos es muy preocupante”, añadió Visnes.

Debería ser posible obtener respuestas contundentes de parte de la justicia en casos tan emblemáticos como el de la periodista Jineth Bedoya, activista de los derechos de mujeres y víctima de secuestro y agresión sexual. “Las víctimas en Colombia no tienen más tiempo para esperar y la justicia debe hablar. Yo espero que el Estado encuentre, a partir de esta fecha especial, los mecanismos para brindar mayor confianza a las víctimas de violencia sexual a través del sistema de justicia”, precisó Visnes.

Para el directivo, la determinación del actual Gobierno para reconocer a las víctimas y la Ley existente para proteger sus derechos son un ejemplo de solidaridad con todas las víctimas de violencia sexual.

Pero al mismo tiempo, hay sobrevivientes que siguen sin tener una atención integral y la justicia no ha avanzado en la identificación y judicialización de los autores de estos hechos.