Una reglamentación especial para el trabajo de los lobbistas o cabilderos otra vez tratará de ser implementada en el Congreso.
La noticia fue confirmada por el propio secretario del Senado, Gregorio Eljach, quien dijo que sería una resolución administrativa igual a la que se expidió hace algunos años la Cámara.
“Lo primero que estamos haciendo es tomando como base una resolución de la Cámara y la estamos tratando de adaptarlas al Senado”, contó Eljach.
El funcionario sostuvo que esa reglamentación es netamente administrativa y por lo tanto no se necesitaría proyecto de ley alguno.
“Eso es saber controlar quién ingresa y quién no ingresa”, según Eljach, quien agregó que se establecerían algunos requisitos como por ejemplo declarar a quiénes representan o si se acercan al Cogreso como persona jurídica o natural.
“Nuestra reglamentación va ser muy severa, muy rigurosa, implementando por ejemplo las responsabilidades que tienen, el régimen de acceso a la información y a la documentación, que no toda es pública”, explicó.
El presidente del Senado, Juan Fernando Cristo, del Partido Liberal, aseguró que hace falta una legislación mucho más fuerte en el tema del cabildeo y de los lobbistas.
“Falta reglamentar esa actividad, no para estigmatizarla, pero sí para darle transparencia en el ejercicio de esas actividad, para saber hasta dónde llega el cabildeo, para hacerlo público y transparente”, precisó.
Para el senador Cristo, es importante saber qué intereses defienden, cómo los defienden.
“Hay que saber que defienden intereses legítimos y no oscuros, e intereses por encima de la mesa y no escondidos”, agregó.
Cristo expresó que, por ahora, el tema de los lobbistas se logró superar con una decisión drástica que fue la de evitar el ingreso de estas personas al Capitolio nacional.
El vicepresidente del Senado, Carlos Barriga, del Partido Conservador, sostuvo que en muchos de los países está reglamentado el trabajo de los lobistas, sobre todo al interior de los congresos.
“Valdría la pena realmente comenzar a legislar sobre esa materia y reglamentarlo y poder saber hasta dónde puede ser el alcance de estas personas”, anotó.
Barriga expresó que es necesario determinar de una manera puntual los intereses de estas personas que muchas veces son contratadas por las empresas para tal fin.
Entre tanto, el segundo vicepresidente del Senado, Félix Valera, del Partido Verde, dijo que el lobby es un tema establecido en el mundo entero.
“Lo que se debe tener en claro son los alcances del ejercicio de la actividad de los cabilderos y que sean compatible con la ley”, agregó Valera, indicando que la falta de una reglamentación desborda cualquier posibilidad de orden que se espera que se tenga en el trámite de los proyectos.
El senador Armando Benedetti, de La U, recordó que él tuvo que restringir el acceso de estas personas y permitirles que solo se pudieran ubicar en las barras. Incluso señaló el congresista, se ganó la enemistad de más de uno.
Repetidos intentos
Siendo congresista, Germán Vargas intentó varias veces tramitar leyes al respecto, sin ningún éxito.
El proyecto número 183 de 2003 Cámara – 72 de 2003 Senado fue archivado en tercer debate el 15 de junio de 2004; el número 59 de 2005 Senado fue archivado por tránsito de legislatura el 20 de junio de 2006; el número 46 de 2001 Senado fue archivado en primer debate el 4 de diciembre de 2001; el número 171 de 2001 Senado fue archivado por tránsito de legislatura el 20 de junio de 2001; y el número 219 de 1999
Cámara – 49 de 1999 Senado fue archivado en tercer debate el 6 de septiembre de 2000.
Las iniciativas de otros congresistas corrieron igual suerte.
Pero ni siquiera siendo ministro del Interior logró Vargas convencer al Congreso de reglamentar el cabildeo, incluyéndolo, también sin éxito, en el Estatuto Anticorrupción.
“Yo creo que esta normatividad elemental va a darle transparencia, pero sobre todo publicidad a las tareas que muchos abogados, gremios y otras entidades adelantan regularmente. El propósito que nos anima es regular como lo manda la Constitución en un mínimo el concepto. Basta con que en la Secretaria de Cámara y Senado figure un libro público, en donde se deje un registro de que entidad, gremio o persona pretende emitir unos puntos de vista, y no tendrán que identificarse como cabilderos o lobistas”, indicó entonces Vargas, pregonando en el desierto.
El jefe de la cartera política señaló que las disposiciones incluidas en el articulado no buscan coartar a quienes ejercen el cabildeo, sino hacer pública su gestión.
“A donde apunta es a buscar un principio de publicidad sin que existan restricciones para que no se vea coartado ningún derecho. Prácticamente todos los países han llegado a la conclusión de que una reglamentación mínima resulta oportuna y útil”.
Aseguró además que la ciudadanía podrá conocer el registro de quienes adelantan el cabildeo en el Legislativo y en las diferentes entidades del Estado, con el único propósito de que se gobierne en una urna de cristal.
“Esa información sería pública, los ciudadanos los medios de comunicación tienen derecho a acceder a los datos sobre la realización de estos encuentros. El Gobierno propone que el cabildeo se reglamente no solo ante la rama legislativa, sino ante la rama ejecutiva, pues una de las políticas de este Gobierno es administrar con total transparencia, en un urna de cristal”, puntualizó.