En 2000 los 189 países miembros de la ONU y Colombia se comprometieron a cumplir una serie de metas para lograr un mayor desarrollo mundial. El tercer Objetivo de Desarrollo del Milenio le da un vistazo a la igualdad de géneros y al empoderamiento de la mujer en la sociedad. Se ha avanzado pero todavía falta. ¿Qué estrategias ha utilizado Bogotá para cumplir con las metas? Cuarto informe
Por: Orlando Pinzón
Periodista de El Nuevo Siglo
Promover la igualdad entre los géneros y la autonomía de la mujer es el tercer Objetivo de Desarrollo de la Organización de Naciones Unidas. Colombia y por supuesto Bogotá, ya cumplieron la meta universal: Eliminar las desigualdades entre los géneros en la enseñanza primaria y secundaria, preferiblemente en 2005, y en todos los niveles de enseñanza antes de finales de 2015.
Sin embargo, el panorama se oscurece cuando se empieza a trabajar sobre las metas específicas para el país porque se trata un tema álgido y que aún no se ha podido superar: el que tiene que ver con los diferentes tipos de violencia que sufren las mujeres. Aunque los indicadores son amplios y flexibles, la problemática todavía persiste y el trabajo sigue siendo arduo y continuo.
Medición de la violencia
Las dos metas que componen esta primera parte del objetivo en general tienen que ver, por un lado, con el desarrollo de la medición de la magnitud y características de la violencia de pareja en el país y definir las metas anuales de reducción; y por el otro, la implementación y operación de una estrategia intersectorial de vigilancia en salud pública de la violencia intrafamiliar, específicamente de la violencia de pareja contra la mujer, en Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla y Bucaramanga en 2008 y en las demás capitales de departamento en 2015.
En ese sentido, EL NUEVO SIGLO consultó con la Secretaría Distrital de la Mujer, entidad creada hace poco más de dos años y que ha enfocado su trabajo al desarrollo de políticas públicas en pro de los derechos de las mujeres.
Para la Subsecretaria de Políticas de Equidad de Género, Sandra Mojica, “decir cuántos casos es muy complicado porque, al existir la cultura de la impunidad, no existe la denuncia. Nosotras manejamos datos oficiales de Medicina Legal que son los que llegan al instituto a valoración y los datos que manejan las comisarías de familia, a través de las denuncias que también se utilizan en estos establecimientos”.
“Las cifras siguen siendo muy altas, de hecho hay incremento, que no se deben leer como aumento necesariamente de la violencia de las mujeres sino aumento en la denuncia, que es distinto. Todavía tenemos dificultades en los instrumentos que nos permitan tener una dimensión más cercana a la realidad, tenemos la dimensión que nos permite con certeza saber el número de personas que se acercaron a denunciar, que sigue siendo grande pero que venimos trabajando de forma interinstitucional con Integración Social, Gobierno, incluso, con la Fiscalía General de la Nación, para que cada vez tengamos una oferta institucional más cercana a las mujeres, más comprensiva del fenómeno de la violencia contra las mujeres, que evite la revictimización, que favorezca la denuncia”, explica la funcionaria.
No obstante, según explica Mojica, “el Distrito cuenta con un Sistema distrital de prevención de las violencias contra las mujeres, que lo llamamos el sistema Sofía. Ese sistema tiene tres subsistemas: uno de prevención; uno de protección y atención; y otro de seguimiento y monitoreo de la implementación de las políticas públicas alrededor de la atención de las violencias contra las mujeres”.
En ese orden de ideas, Mojica expresó que en esa medida “hemos venido avanzando” y que este trabajo “ha tenido unos hitos importantes en términos de que Bogotá hoy cuenta con casas de refugio para mujeres víctimas de la violencia, en el marco de lo que establece la Ley 1257 de 2008; estamos también desarrollando una estrategia de justicia de género, que tiene varios componentes, entre ellos la orientación y asesoría jurídica gratuita para mujeres, y también en esa línea estamos llevando casos de litigio de género, estamos apoderando algunas de las mujeres que ya sea por el caso de la expresión de la violencia que la mujeres han sufrido, y por las condiciones socioeconómicas no cuenta con los recursos para tener una representación jurídica”.
“Entre las casas-refugio tenemos una que llamamos la casa violeta, que es para víctimas de violencia en el conflicto armado, que es otra de las dimensiones de la violencia contra las mujeres. Acogimos a quienes han sido víctimas de desplazamiento, que están amenazadas, y que ya no solo por su pareja, sino que en ese marco se traslapan las violencias en el ámbito familiar con el social y político”.
Mojica explicó también que se viene trabajando en un programa muy amplio sobre la promoción y difusión de los derechos de las mujeres “porque esa es otra dimensión. Se ha naturalizado tanto la violencia contra las mujeres, que muchas veces no nos damos cuenta que estamos siendo víctimas de ella; es increíble pero hay mujeres que consideran que es normal que sus parejas les recriminen, las controlen, tengan un dominio total de sus vidas y de sus cuerpos, porque consideran pues que así son las cosas”.
¿Política insuficiente?
Desde el Concejo de Bogotá se han hecho cuestionamientos frente a las políticas de la Administración Distrital porque se ha evidenciado un incremento en actos de violencia y discriminación contra las mujeres en la ciudad.
Para la concejala María Victoria Vargas, en diálogo con este diario las políticas de la Secretaría de la Mujer “no reflejan que se haya avanzado en esta materia, entonces nos lleva a replantearnos: la política pública estuvo mal formulada o que la misma es insuficiente”.
No obstante, la cabildante señaló que “me parece que si bien es cierto que la violencia contra la mujer ha venido aumentando, la discriminación por razón de género, los feminicidios en la ciudad, pues eso también tiene que ver, digamos con modelos que se han visto en el hogar y posteriormente se replican”.
En ese sentido, Vargas indicó que “aquí se requiere educación desde el mismo hogar, también el hecho de existir una cultura machista, donde siempre se quiere ver a la mujer como un objeto y que finalmente así la ven y entonces no se le valora como ser humano: debe ser bonita para ser querida, para ser amada, y dejando de lado el alma de la mujer, su espiritualidad, su parte anterior”.
Por lo que se requiere entonces, “formular adecuadamente una política pública que responda realmente a ese problema y que llegue a todos los sectores, que se haga por ejemplo en los colegios, en las universidades, en el hogar, en los jardines infantiles, desde chiquitos con educación podemos lograr muchísimo que disminuyan los feminicidios en la ciudad y en el resto del país”.
Igualmente, es necesario atender otros casos en donde la mujer es permisiva con la violencia, porque según Vargas, “no la denuncia, y muchas veces no lo hacen porque les da temor con el marido que tome mayores represalias, otras porque no ven una pronta y debida justicia una vez se produzca la denuncia, de manera que aquí nos parece fundamental pues que se reformule si es el caso esa política pública por parte del Distrito Especial de la ciudad y que pues tomemos todos conciencia, tanto las mujeres como los hombres”.
Equidad laboral
Dentro de las metas para Colombia se busca también que haya una incorporación y un seguimiento a la equidad de género en materia salarial y calidad de empleo.
En esta materia, la subsecretaria Sandra Mojica, explicó que “ese es un ámbito bien complejo porque además, de alguna manera, escapa de la competencia del nivel distrital, también responde más a las políticas estructurales del Estado frente al empleo, allí hay como ciertas barreras”.
Mojica agregó que “se está trabajando con la Secretaría de Desarrollo Económico en términos de generar oportunidades laborales para las mujeres y también oportunidades de formación para el trabajo para las mujeres, de tal forma que ellas puedan acceder al mercado y de una manera más tímida y no a la velocidad que queremos, hemos venido trabajando con el Ministerio de Trabajo, justamente para que se den lineamientos de política pública, que nos permitan a nosotros en el nivel distrital, mejores herramientas para avanzar en esta línea de trabajo”.
Participación política
La última meta específica para Colombia también indica a que se debe incrementar por encima del 30%, la participación de la mujer en los niveles decisorios de las diferentes ramas y órganos del poder público. En este, el Estado estableció la Ley de Cuotas, con el fin de incluir más a las mujeres en la función pública.
Sin embargo, tanto en el país en general dice Mojica “ha habido una dificultad y ha sido: que la entidad responsable para hacer el seguimiento a la implementación es la Procuraduría General y si uno mira, no ha habido reportes ni informes de seguimiento, esa es una primera alerta”.
“Cuando uno mira ya el Distrito, sí se está cumpliendo la Ley, de hecho está por encima porque además yo no tendría que decir esto: La ley es que mínimo es el 30, tendríamos que estar y de hecho es una apuesta de la Administración y la Secretaría de la Mujer, que vayamos avanzando más hacia la paridad política”.
Explicó que “el año pasado le dimos vida a un proceso que llamamos la ‘escuela de formación política’ por el derecho de las mujeres a gobernar Bogotá, graduamos a 304 mujeres y lo que queremos es darles a ellas las herramientas y posibilidades para que participen en la vida política de la ciudad, lo que esperamos es que se incremente el número de mujeres candidatas, no solo a la Alcaldía Mayor sino al Concejo y a las Juntas Administradoras Locales”.
Habrá debate
Por ahora, lo cierto es que el tema de la mujer no ha salido del rol del Concejo, por ejemplo, para el concejal Horacio José Serpa “semana tras semana nos damos cuenta que las violencias contra las mujeres día a día se incrementan. Ahora resulta que también les cortan el pelo y lo venden, es un mercado que ahora se está formando y es lamentable”.
El cabildante expresó que “por eso, nosotros en el Concejo de Bogotá creamos los Concejos de Seguridad de la Mujer, para que desde cada una de las localidades se evalúe qué es lo que está ocurriendo en materia de feminicidios, en materia de actos de violencia y que cada localidad trabajando, junto con la Secretaría de la Mujer, las Alcaldías Locales, la Policía, saque adelante una estrategia para empezar a disminuir todos estos índices de violencia”.
Serpa le contó a EL NUEVO SIGLO que “es muy importante pasar del papel y empezar a entregar resultados, que no se quede todo en el papel, en una política pública, que de pronto no está funcionando. Nosotros tenemos aprobada una proposición de control político para hacer un debate, que espero sea en el mes de mayo, para evaluar todos estos índices y estadísticas de violencia en contra de las mujeres, para ver si en verdad están funcionando o no”.
Logros y estrategias
· Aumentó en un 300% la cobertura de acogida temporal a mujeres víctimas de violencia.
· Implementación de la Línea de Orientación a Mujeres Víctimas de Violencias 155.
· Elaboración de la Guía de Atención a Mujeres Víctimas de Violencia Intrafamiliar.
· Elaboración de la Guía de actuación para el primer respondiente en casos de agresión con agentes químicos.
· Implementación estrategia para la prevención, atención y protección de violencias contra las mujeres en Transmilenio
· Aumento de un 187% en el número de intervenciones socio-jurídicas, en dos años se han realizado 16.190 asesorías.
· Instalación de 20 Consejos Locales de Seguridad para las Mujeres.
· En operación de 20 Casas de Igualdad de Oportunidades para las Mujeres en las localidades: 41.658 mujeres atendidas.
· La creación del Observatorio de Mujeres y Equidad de Género (OMEG).
· Escuela de Formación Política “Por el Derecho de las Mujeres a Gobernar Bogotá” que graduó a 300 mujeres.
· Modelo de abordaje integral a mujeres en ejercicio de prostitución: Apertura de la “Casa de todas”.
· Implementación del Plan de Igualdad de Oportunidades para la Equidad de Género.
“Se ha naturalizado tanto la violencia contra las mujeres, que muchas veces no nos damos cuenta que estamos siendo víctimas de ella”, expresa la subsecretaria de Políticas de Equidad de Género, Sandra Mojica.